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¿31 AÑOS?, DEMASIADOS …




Los pies grabados de Alcides Edgardo Ghiggia en el Museo del Maracaná.


13 agosto, 2019
Columnistas

Jorge Crosa: Columnista

Convengamos que el ranking de la FIFA está realizado con un criterio en base a muchos elementos: campeonatos, resultados, goles, cantidad de juegos, rivales, actividad y otros aspectos que se toman en cuenta.

Para muchos pasa desapercibido que Uruguay figure, en estos momentos, quinto en ese ranking mundial.

Bélgica, Brasil, Francia e Inglaterra están por encima de la celeste.

Es un logro, quiérase o no, lo es. Para el escéptico, no.

Aquí nos detenemos, brevemente, porque la gloria del fútbol uruguayo, nació en París, por 1924, mire usted que lejos, ¿no?, cuando dimos la primera Vuelta Olímpica, con los Pedro Cea, el Negro, José Leandro Andrade, cuentan las crónicas, Petrone, en fin, los cracks que sorprendieron al mundo, que ni sabían dónde estaba Uruguay en el mapa.

No nos tenían registrados.

Algunas frases de la época fueron : “pobres, se vinieron hasta acá a pasar vergüenza …” …

Y la celeste dio la primera gran sorpresa mundial.

Somos así.

Eramos así.

Pero todo cambia. Y ahora, que la rectora del fútbol, (FIFA), nos ubica quintos, por encima de Portugal, Colombia, Croacia, Argentina, España, Suiza, México, se cuestiona también, porque aquí, todo es cuestionable, si se gana por dos, se debió ganar por cuatro, si se empata, bueno, viene el chaparrón y si se pierde,  hay que echar a la AUF, a los dirigentes, a los técnicos,a los jugadores y  a la gente que va al fútbol …

Que se vayan todos y listo. Así arreglamos los extremistas, los resultadistas del fútbol, el tema del fracaso o de una derrota o dos o tres ….

Somos implacables.

No nos incluímos.

Creemos que, sí, aquella época de los enormes futbolistas del 1924, 1928, ( Juegos Olímpicos, avalados como Mundiales por la FIFA) en su momento, luego el fenomenal mundial del 1930, con Scarone, Gestido, Cea, Petrone, Nasazzi, en fin, aquí en casa, pasó a ser una estrella, pero en el cielo … y fue en casa, en el recién terminado Estadio Centenario.

Luego, la proeza, (disculpe, lo son todas), pero ésta de Maracaná 1950, dejando a Brasil llorando, Obdulio gigante, Ghighia querido, Julio Pérez grande, Schiaffino  brillante,  asombró al mundo y en lugar de otra estrella, anda girando el Planeta Uruguay, por el espacio …

Es historia, lo sabemos, pero es una fantástica historia, que nadie tiene, nadie, que quede bien claro.

Ahora bien. ¿Porqué éste introito?

Porque antes no se precisaba algo que hoy es imprescindible, el o los seleccionadores, acaso, al igual que los técnicos.

El seleccionador es el director de la orquesta, algo que antes, como había tanta categoría y clase y la exigencia no era tan difícil, podía pasar, hoy no.

El seleccionador viene a ser como un buen crítico, un científico, un escritor, un  matemático, no debe fallar, debe seleccionar con precisión.

Hoy el  mundo del deporte se guía por esa avenida, la del seleccionador.

Ese hombre o varios que anotan, que califican, que observan, que toman datos, que registran, que, con la tecnología al día, saben cómo, porqué y donde suceden los hechos de esos futbolistas que ellos creen deben estar en un combinado que represente al país.

En nuestro caso, que sean los mejores del mundo, que están en acción, que vistan la celeste.

El tema técnico, es otra cosa.

¿Dónde, cómo, cuándo, esquema, estrategia, sistema? … eso va en otro canal …

Por ejemplo, cuando indicamos que hace 31 años no figuramos, por equipos en torneos internacionales, Libertadores y Sudamericana, se pone bravo el tema.

La selección después de aquel 2011, con triunfo ante Paraguay por 3 a 0 en el Monumental de Buenos Aires, amagó, pero no pegó.

Sin embargo, la cuestionada FIFA , nos ubica quintos. Bienvenida la clasificación.

Porque cuando uno ve el fútbol de España, de Inglaterra, de Alemania, el casero nomás, queda impactado porque juegan a un nivel altamente superior a lo que vemos los fines de semana en Uruguay.

Y no pretendemos descubrir nada, sino, simplemente, lo que todos sabemos.

Por ello, la figura del seleccionador y su grupo es fundamental.

Lo sería también aquí en los clubes montevideanos y del interior, que, felizmente, existe

Pero algo está fallando  y feo.

Y ése “algo” se llama calidad, concentración, figuras, enseñanzas, estrategia, disciplina, orden, planificación, que el fútbol local no tiene, el de los fines de semana, adolece.

Y el feo, va porque nos estamos alejando, a nivel de clubes, de países que no tienen mucho más que nosotros, acaso menos, pero mejor distribuidos o bien orientados.

Son una treintena de años que duelen, realmente.

Por todos los temas, por jerarquía, por clase, por juego, por economía, por todo.

¿Que no tenemos suficiente dinero?

Antes tampoco pero existía un ingenio que hoy figura poco, poquito y nada …

Mire, como en las carreras de caballos, va la paráfrasis …

Muchos años sin entrar en el marcador …

Demasiados.