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Aquel Tabárez de 1983, el de hoy y el apoyo del Presidente Bauzá




Tabárez en el pizarrón de la escuela del Cerro, en 1983, cuando logró su primer título de Campeón con la celeste, en el Panamericano de Caracas.


15 octubre, 2012
Fútbol Uruguayo Primera

Reflexiones a raíz de las declaraciones del entrenador de la selección de Uruguay en la conferencia de prensa de ayer; su trayectoria en el fútbol y la valiente decisión histórica del Presidente de la AUF, de asegurar después de la derrota ante Argentina, que no se adoptará ninguna decisión drástica en caso que mañana la celeste pierda con Bolivia.

Tabárez en el pizarrón de la escuela del Cerro, en 1983, cuando logró su primer título de Campeón con la celeste, en el Panamericano de Caracas.

Escribe: Atilio Garrido (enviado especial a Santa Cruz) / Fotografía de archivo.

Comienzos de los años ochenta. Ese gran profesional y excelente persona que sigue siendo el Prof. Esteban Gesto, me destacó que uno de los mejores alumnos que concurría a las clases que impartía en el curso de Entrenadores de Fútbol, se llamaba Oscar Tabárez. Era un desconocido. Su paso por el fútbol, desde su posición de back derecho, nunca se caracterizó por el tránsito en la marquesina del éxito. Apenas había dejado su nombre escrito en la pequeña historia de Wanderers cuando una noche de enero de 1975 le ganó a Nacional y los bohemios se convirtieron en el primer club “chico” en llegar a la Copa Libertadores. El querido y estimado Prof. Omar Borrás, entrenador de aquel equipo, un hombre con una particular inteligencia, se fijó en la faz humana de aquel muchacho diferente. ¡Y no se olvidó!

En 1983 seguía siendo una figura ignota cuando lo invitó a integrarse al cuerpo técnico que él lideraba al frente de la Selección de Uruguay. Quiso el destino que el mismo Prof. Borrás, imposibilitado de armar un equipo para ir a competir a los Juegos Panamericanos en un compromiso que había asumido la AUF y al que no querían concurrir, encomendara a Oscar Tabárez la misión de armar, contra reloj, un “rejuntado” para ir a cumplir…

¡Volvieron campeones! Aunque había obtenido el título, la gran mayoría del periodismo le dio la espalda a esa conquista que pasó de largo, sin pena ni gloria. En ese momento, por intermedio de aquellos hoy ya antiguos teléfonos de línea, de color negro, hablé con él. Me presenté y le plantee la realización de una nota especial. Conocedor y cumplidor de los reglamentos, exigió que se pidiera autorización al Consejo de Enseñanza Primera. Después, junto con Alberto Schiavonne y el fotógrafo Cesaguéz Hernández, arrancamos una mañana rumbo al Liceo del Cerro donde Tabárez se desempeñaba como Director. Aquel registro gráfico con la palabra “Campeones” en el pizarrón –que Tabárez se negó a escribir–, rodeado de niños con túnicas y moñas, y el texto que la acompañó, fue la primera nota grande en la historia del entonces joven e inexperiente entrenador. Pero adornado de grande cualidades, según la confesión del Prof. Borrás.

Desde entonces hemos mantenido con Tabárez una muy cordial relación. Con la suerte de haber transitado con éxito el camino del periodismo, he convivido con los grandes logros obtenidos en el exterior por equipos por él conducidos. También con los fracasos, porque la vida en sí misma es eso. Sucesión de risas y llanto…

En el pináculo su de máximo esplendor, en Sudáfrica 2010, cada encuentro con el periodismo, Tabarez lo convertía en una verdadera aula donde dictaba clase. Esto no lo comprendí en el momento, pero la valoré y disfruté en toda su dimensión cuando rescaté los materiales para “Leones Celestes”, el lujoso libro que editó Tenfield S.A. sobre aquella gesta. Libro que, como comentó Tabárez cuando lo tuvo en sus manos, “es el mejor de todos los que se publicaron porque contiene textos y fotografías que muestran cabalmente la cronología de lo ocurrido”.

Ayer, en medio de este nuevo difícil momento que vive al mando de la celeste, volvió a enfrentar al periodismo en una lamentable “montonera” de prensa –por las carencias organizativas–, y como en tantas otras ocasiones del pasado, incluidas las de Sudáfrica, el entrenador dictó cátedra. La misma serenidad de todos los momentos, matizada con alguna ironía como la que destinó al colega boliviano que tontamente le preguntó ¿cuál era la propuesta que iba a plantear Uruguay? También con la actitud gestual de sus ojos acompañando sus reflexiones, cuando entendió que valía la pena dejar de lado la respuesta en “casette” y profundizar en la explicación de su pensamiento.

De ellas destaco sus expresiones cuando le manifesté mi opinión sobre la positiva actitud del Presidente de la AUF, Dr. Sebastián Bauzá, en nota que le realizara el sábado de mañana, descartando tomar cualquier resolución en caso que Uruguay salga derrotado del estadio “Hernando Siles” de La Paz. Lo afirmado rotundamente por el Dr. Bauzá, a nuestro juicio, constituía algo con pocos antecedentes en nuestro fútbol.

¿Qué pasa si Uruguay pierde?, le preguntamos.

-“No, no… Una derrota en La Paz no generará ninguna decisión como alguno puede pensar. Vamos a seguir apoyando y confiando en el proceso”, respondió.

Vale la pena leer los conceptos que Oscar Tabárez volcó sobre estas afirmaciones del Dr. Bauza. Están “colgados” desde anoche en nuestro sitio. Muestran a un ser humano sazonado por la experiencia, que es ese golpearse contra la vida y las cosas. Un timonel seguro, con su peculiar y particular estilo que él mismo lo definió anoche en el final de sus palabras: “Yo creo que la duda es una cosa importante en las personas. Solo nos pasa a las personas que reflexionan o que no son demasiado agrandadas. Yo pienso mucho y puedo tener alguna duda, pero en el momento de la decisión tengo que hacer la apuesta”.

¡Y vaya si Tabárez las piensa!

 

 

 

 


Etiquetas: Oscar Tabárez