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Así lo marca nuestra historia





25 junio, 2015
Columnistas

Soy un profesional desde 1969 cuando “arranqué” en el equipo de mi corazón (Sud América), y transité durante años pasando al costado de la cancha mas tarde y hasta hoy; con un “Talón de Aquiles”, soy hincha, hincha de Uruguay, es decir que si de haber un desequilibrio emocional es por mi país, mi patria y la celeste.

Toda opinión  en democracia; que sea, dentro de lo correcto, es respetable.

Sobre gustos no hay nada escrito, dice el refrán. Y es tan claro que no necesita aclaración.

Para que Uruguay siguiera siendo lo máximo en América debía perder Argentina, y así paso; Chile es el monarca del continente sur (aunque permitimos ciertas visitas, para taquilla en los Torneos). Aunque también soy partidario que si es Copa América deben ser con las 3 (Sur-Centro y Norte).

No me fijo quien debería ganar;  si mi país ya no participa, lo que si espero que siguiera con el “número 1”; y lo sigue teniendo.

No estoy en contra de nadie, estoy a favor de Uruguay.

Que disfrute Chile, porque nosotros aun en derrota, también mantenemos “la malla oro”. Y no es poca cosa. Somos los más chicos en población, y “las potencias” corren detrás de nosotros.

No es para estar feliz ni para “tirar cohetes” por el desarrollo de nuestra participación en el evento, pero mantener el “uno” ante el pentacampeón mundial, y así  también ante el que tiene a la “estrella” mundial como Messi;  y nosotros sin varios de un proceso maravilloso, y sin uno de los precios del año mundial, como Luis Suarez, y  todo lo “maquiavélico” que hubo en cuanto a la prohibición de tenerlo, hace que no haya sido facil. Países que nos superan abiertamente en cantidad de gente y donde seguimos manteniendo “per cápita” no solo en títulos sino en exportación de jugadores, títulos de entrenadores como abanderados.

Estoy escribiendo en proporción, que quede claro.

José Nasazzi, el primer libero de la historia.

José Nasazzi, el primer libero de la historia.

Los primeros campeones de América, la primera vuelta olímpica, un invicto en Torneos mundiales de futbol de 30 años (de 1924 a 1954), el primer libero de la historia (Nasazzi), el inventor del 1-4-2-4 (Ondino Viera) los primeros campeones de América a nivel de clubes en 1960 (Peñarol), el primer campeón Intercontinental en partido único en 1980 en Japón (Nacional), 4 veces campeón mundial (2 olímpicos y 2 mundiales), el mejor jugador extranjero que pisó suelo italiano, no lo digo yo sino una encuesta realizada en “la bota” fue un uruguayo, Juan Alberto Schiaffino (“ piu grande” o sea el más grande), con la lejanía de haber tenido al considerado el mejor jugador del mundo como Héctor Scarone.

Si será grande el futbol uruguayo que cuando Nacional realizó la gira de 1925  de nada más ni nada menos que de 6 meses y medio de duración; hubo un hecho anecdótico e histórico para nuestro futbol como es la realización de 3 partidos el mismo día en  3 países diferentes, el día 17 de mayo de 1925, los tricolores jugaban simultáneamente en Belgica-Bruselas contra el Entete Bruseloise y lo derrotaban por 2 a  1 con goles de Héctor Scarone; mientras que otro equipo  “del bolsillo” jugaba en la capital de Francia –Paris contra un combinado Franco-Suizo y soportando nada menos  que la ausencia del “Mariscal” Nasazzi por lesión y lo vencían 3 a 0 con goles de Suffiotti-Cea y “Tito” Borjas. Al mismo tiempo por la Copa Uruguaya Nacional jugaba en la cancha de Bella Vista en Montevideo con los locales y empataban 1 a 1, con un hecho resaltable; el “half” izquierdo era Sciutto que con el paso del tiempo pasa a ser conocido como Diego Lucero; un periodista magistral que dicto cátedra en el periodismo del Rio de la Plata. Este hecho, de 3 partidos el mismo día y en tres países diferentes, con el merito de 2 triunfos y un empate; pasó a ser inigualable y fue realizado por gente nacida en esta “Tierra de campeones”.

En la década del 60 que era la década dominante en Europa de Real Madrid, una potencia en futbol con un “abanico” de jugadores extranjeros notables; nuestro Peñarol hacia añicos al poderoso “merengue” tanto de local como en el  mismísimo Santiago Bernabeu con un claro 2 a 0 que hacía que los aurinegros fueran en tierras españolas tan locales como en el Centenario, y nada menos que después de la épica jornada donde luego de ir perdiendo 2 a 0 doblegaron a “los millonarios” de  River Plate Argentino por 4 a 2 en Santiago de Chile para consagrarse campeones de América  nuevamente y llevarse el título del Mundo en ese mismo año trayéndolo desde la “Madre patria”, haciendo “morder el polvo de la derrota” a los encumbrados españoles.

Somos los mismos que una vez tuvieron que viajar a Francia porque un dirigente sacrificó su patrimonio personal para que la delegación de futbol uruguaya pudiera concurrir a Los juegos Olímpicos de Colombes-Francia de 1924, porque no había para ese viaje y Atilio Narancio hizo el milagro a su costo, y donde en un emocionante discurso, don José Nasazzi, capitán de capitanes prometió traer la Medalla de Oro que era el equivalente a ser campeón mundial, y lo logró.

Seguimos siendo los mismos que hicieron el Monumento al futbol mundial (Estadio Centenario) comenzando el 18 de enero de 1930 y terminándolo el 11 de julio de ese año. Tiempo record.

Seguimos siendo los mismos que en una final para la mejor historia doblegamos a los paraguayos 3 a 0 en el 2011 por Copa América , y no estoy hablando de juego, ni nada de eso estoy hablando o escribiendo de “genes”. Los mismos que a lo largo de la historia se “levantaron” de cualquier caída.

Seguimos siendo esos mismos, que con errores y aciertos seguimos en la “brecha”, y que nos levantaremos como luego  de 16 años (1995-2011) de no “tocar” la Copa América, volveremos a encumbrarnos porque así lo marca nuestra historia.

Y recordar lo maravilloso del relato de don Carlos Solé en el partido con los húngaros en 1954 cuando después del segundo gol de Hohberg, luego de ir perdiendo 2 a 0 empata casi en la hora forzando el alargue, a lo que Don Carlos emocionado, entre el llanto decía…….”Cuando el león estaba mortalmente herido, sacudió su melena, y en un último zarpazo……..”