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¿CÓMO ME VIO?




Hebert y Gabriela


4 septiembre, 2018
Columnistas

Hebert y Gabriela

Recibí un e-mail de una persona  que lee mis anécdotas, y me gusto mucho lo que me escribió; Hebert con tus anécdotas nos transportas al pasado, a nuestra niñez, viajamos contigo por diferentes canchas de fútbol, nos peleamos en México, fuimos presos en Brasil, paseamos por el  río Ganges en la India, gritamos los goles en el Centenario.  Lo bueno es que recordando lo vivido yo mismo reviví mi vida deportiva y también mi infancia. Lo que me alegra es que pude dar vida a las letras que son frías, es difícil describir lo vivido y más difícil que los lectores puedan reírse captando mi sentido del humor  y también de miedo, que en ese momento tuve.

Las anécdotas a veces nos esquivan porque los recuerdos se olvidan,  también es difícil contar las de otros muchachos, porque no se trasmitir esa emoción vivida.

-Juan Carlos Mamelli, (“Palito” para nosotros), un amigo de toda la vida, cuando recién empezaba mi carrera profesional, siempre me alentaba, era el jugador que tenia mas amistad, del crack que tenía esa  generación de futbolistas que mandaban en América y Europa. Campeones de la Libertadores de América y también del Mundo de clubes. Tenía un auto Peugeot 404, placa argentina, color bordo, por dentro maravilloso,  siempre salíamos a comer (el pagaba) o tomar un café, una noche, se organizo una comida en el restaurante del “gallego” de la Marañada, yo vivía en el buceo, Rivera y Propios, (actual, Batlle y Ordoñez), 3er piso por escalera.  Hacía poco que me había casado, y lógicamente tenía que volver temprano, pero realmente las cosas se dan por si solas, terminó la comida y siempre hay alguno, que dice ¿es temprano, que hacemos?, ese es el momento para las cagadas, el minuto fatal para cualquier equipo, que aguantas el cero hasta el final y cuando crees que no perdes te vacunan, 1 a 0 y pelota al medio… Esa frase,  encierra todo, los que se van, son unos boludos, los que nos quedamos, los inteligentes, y yo me anotaba en todas, y bueno “Palo” una vuelta y nos vamos. En ese tiempo no había tantos coches y de madrugada menos, así que empezamos nuestro raid,  por “Pykaros”, en la calle Convención,  como la música de Jaime Ross, Durazno y Convención, un par de horas y seguimos para la ciudad vieja, Baar “Fun Fun” en el Mercado Central y  a la famosa Boîte  Bonanza, sinceramente escuchábamos música, aunque no crean, y como nos conocían nos dejan entrar gratis, gastábamos en un refresco porque aun no bebo nada de alcohol, “mirábamos algo” y después nos íbamos. Pero nunca nos percatamos de la hora, me dice “Palito”, “Cabeza” son las 04:00 de la madrugada, ¡¡QUE!! No me jodas, me matan…¡¡vámonos dale!!  Tomamos 18 de Julio hacia el Obelisco, yo ya estaba pensando de todo, tenía que mentir, pero no encontraba nada que justifique esa cena tan larga… ¿Bo “Palo” que hacemos? ¿Qué se yo me decía? Estilo y acento catamarqueño, veníamos tan concentrados en pensar que decir, que al cruzar Bul. Artigas y 18 de Julio, “Palito” no se dio cuenta que venía un taxi por Bulevar hacia tres cruces,  recuerdo que vi al chofer del taxi hablar con el pasajero que estaba sentado atrás, y tampoco se dio cuenta de nuestra presencia, le grito ¡¡OJO!! -¡¡”Palo” el taxi!!… Acelera para tratar de esquivarlo, eso me salvo, porque me daba a mí de lleno, nos golpeo de costado en el guarda barros  trasero. Quedamos mirando hacia la plaza Independencia, de dónde veníamos, nuestro Prócer, El General, José Gervasio  Artigas y su caballo me imagino se estarían riendo de nuestro “Éxodo” nocturno. Nos bajamos, y le dijimos de todo, el “Palo” ¡Boludo! Fijate por dónde vas, la “puta que te pareo”… yo también me subía a los insultos y encima le recriminaba que estaba mirando para atrás hablando con el pasajero, era cierto, en ese entonces no había semáforos.  Volvía a mirar la hora y pensaba, hubiera sido mejor que me lastimara, las agujas del tiempo seguían corriendo y yo seguía pensando, ¡Soy hombre muerto! , Que digo, de cualquier manera no me van a creer. Mintiendo o diciendo la verdad. Pasa todo el lio, los seguros, el remolque, miro otra vez y eran las 05:30 de la madrugada. “Palo” me voy  le digo, tomo un taxi y con voz temblorosa  le digo, Propios y Rivera o me voy a los Céspedes directo, no sabía qué hacer… Prefiero correr dormido el test de Cooper, que aguantar lo que se me viene…

Gabriela; “Mi señora es hija de “Gallega” , es muy brava”

Me bajo del taxi en Rivera en la estación Esso, de combustible que está justo en la esquina,  al lado de los apartamentos que yo vivía, miro por desconfiado que estuvieran abiertas las cortinas y veo todo cerrado, tiene dos ventanas que dan a Propios. Me dirijo a mi apartamento y  saludo al sereno de la estación, que me conocía desde que compre, ¡¡-Buenas noches!! el me responde ¡¡Buenos días!! ya está saliendo el  sol, si, le digo, tuvimos un accidente en el coche de mi amigo, se me hizo tarde, no sé como la arreglo, si empiezan a caer valijas y ropa es la mía, así que júntamelas… jajaja se reía, lo digo no enserio, mi señora es hija de “Gallega” , es muy brava… Le cuento lo que me había pasado y se le ocurre una gran idea… escuchame  Hebert, échate nafta así, cuando sienta el olor te cree, ¡qué buena idea, le digo!  Igual mire bien por las dudas que me vean, hasta el día de hoy, sigo recordando las cortinas cerradas, me bañe en nafta, y le pregunto al sereno, se ¿siente el olor?, ¡¡-Pa!! La verdad pareces un zorrillo… Yo también me olía y me lloraban los ojos… -Ahora si me van a creer, pensaba, con este olor me salvo, jajaja que buena idea tuvo mi amigo el “Sereno”… Subí los tres pisos dejando un olor terrible a combustible, era un entrevero a cigarros del ambiente que había ido, más el sudor del choque que era insoportable.

-Entro despacito, mirando como viene la mano, al cerrar la puerta, por más despacio y silencioso que lo hacia se prendía automáticamente la luz de la mesita al costado de la cama, no paso eso, ¿Qué raro? Pensé, bueno estará dormida, la verdad estoy llegando y siento los gallos cantar, me saco la ropa haciendo un poco de ruido adrede para despertarla y nada,  encima con un olor a nafta que si prendían un cigarro explotaba. Yo quería contarle lo que me había pasado, salteando lógicamente, el Raid nocturno,  y agregarle más horas al choque, cerraba justo mi odisea de asado y “paseo nocturno”.  La “despierto”!! Gaby? ¿¿Qué?? -Me responde!!  -A la mierda, eso no fue de recién despierta, la conocía… el tono de voz me lo decía, lo que se me vendría… Todo tierno y en mi mejor tono de voz, le digo,¡¡Chocamos con el “Palo”!!, ¿Ah sí?, mira que macana… Enseguida cambie mi estrategia, al ataque, vamos perdiendo y falta poco.. , Pero sos boluda? Casi me mato, ¡¡-Que mala suerte que tengo!!-Me responde. ¿Oléme? -Mira como estoy de ayudar al “Palo” a mover el coche, nos dimos vuelta, me golpee contra todo, quedamos mirando al revés de dónde veníamos y vos me tomas el pelo, me salve de pedo. Me faltó decirle que, había volado y caído en el agua del Obelisco, debajo de  la palabra, “Libertad” cerca de la “Ley” y tener  la “Fuerza” necesaria,  para cuando a uno le suceden estos accidentes… El Obelisco era el mudo testigo, así que tenía que hacerlo hablar.   ¡¡-Que actor!! Se perdió “Nene Cascallar”, nombre artístico, (Alicia Inés Botto), que era la directora de muchas telenovelas argentinas. Mira “hijo de puta” te vi, cuando te bajaste del taxi y también roseándote de nafta abajo en la estación  y no te duermas porque te tiro un fósforo así terminas muerto por el choque…

-Hasta el día de hoy sigo “Ofendido”, sin responderle del Raid que pase esa noche del “choque” y me sigo preguntando:

¿COMO ME VIO?

 

Nuestra familia…