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¿De la casa solo? ¿Por qué?




Raúl Moller, DT de El Tanque.


15 noviembre, 2012
Columnistas

No sé bien cuando empezó esa “muletilla”, que tendría que significar que se es nacido en el club.

Si en un pasado lejano o reciente se hubiera impuesto esta frase Hugo Bagnulo no podía haber sido campeón con Peñarol (ni Uruguayo, ni de América o del Mundo).

Washington Etchamendi  tampoco lo hubiera sido con esa misma trilogía en Nacional.

Exactamente  el brillante Nacional  del 88 a Roberto Fleitas no lo hubiera tenido así como tampoco en el uruguayo del 92.

Gregorio Pérez no hubiera llegado al segundo Quinquenio de Peñarol.

Washington Tabarez no hubiera levantado la Copa Libertadores del 87 con el carbonero.

Liber Arispe estaría privado de poner en la historia a Central Español como campeón uruguayo.

Raúl Moller estaría fuera de la historia de Defensor campeón en 1987.

Manuel Keosseian  no estaría en la foto del Bella Vista exitoso  del 90.

Ildo Maneiro no figuraría en el histórico campeonato uruguayo de Danubio del 88. Al igual que más adelante lo lograrían  Gerardo Pelusso  y Gustavo Matosas con el mismo equipo.

Hay muchísimos más ejemplos de éxitos de entrenadores de “fuera de la casa”, pero queda claro que el término  “de la casa” se adecua más a una realidad  que se quiere con esa frase a alguien que ante una derrota tenga la espalda bien fuerte, que soporte todas las criticas y las desvié  de otros destinatarios.

Por supuesto que el ser “de la casa” es algo que implica  también un reconocimiento;  eso halaga y está bien. Sumado a que  con esta frase también hay ejemplos brillantes como Juan Mugica con Nacional del 80, Roberto Scarone en Peñarol del primer quinquenio y sumándole el logro de América y el Mundo; el gran Roque Máspoli tocando el cielo con las manos en infinidad de veces con los aurinegros. En estos también hay muchos ejemplos más.

Hay de las dos frases;  pero muchas veces en una decisión pesa más lo “de adentro “que lo “de afuera”.

El futbol es éxito bien logrado; no importando donde se haya nacido futbolísticamente. Otras cosas deberían pesar en una elección. A  jugadores o entrenadores.

Las dos frases son buenas pero mejor es la balanza que equilibra todo.