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Donde muere la sonrisa




Héctor Núñez en su llegada a la Selección uruguaya.


5 agosto, 2013
Columnistas

Siempre ha sido difícil para cualquier entrenador mantener la sonrisa de la llegada. Ella siempre dependió del éxito; sin que haya otra interpretación. Hay quienes sonríen siempre se pierda o se gane. Porque el éxito deportivo no pasa por su estabilidad laboral. Incluso se puede hacer chistes aun  en pleno partido.

Tuve la suerte y el privilegio de formar dupla con un grande como Héctor Núñez en el 2007 cuando el reapareció después de muchos años de no estar en actividad. Me eligió  para estar a su lado en Tacuarembó FC. Luego por diferentes circunstancias y todas económicas no seguimos en el club.  Nunca jamás dejo la sonrisa de lado. Cuando enseñaba, cuando declaraba, e  incluso cuando discutía.

El rostro de Héctor Núñez en su llegada a la Selección uruguaya.

El rostro de Héctor Núñez en su llegada a la Selección uruguaya.

El llegó  a la selección de Uruguay en un momento muy difícil para ella ya que habíamos quedado eliminado de un mundial (E.E.U.U 1994) y con el reto de la Copa América  1995 por delante; evento este que no se ganaba desde 1987 ya que en 1989,1991 y 1993 no se había llegado al podio mayor.

Llegó sonriendo o riendo tal cual era su característica y transcurrió su camino en la selección  con la magnífica  reconquista de la Copa América 1995 para nuestras vitrinas y nunca perdió esa mueca  de su rostro salvo en el transcurrir de la eliminatoria para Francia 1998 y  donde esa sonrisa se fue transformando en mueca de dolor (algo impensado en él)  después del partido con Chile en Santiago; donde fue cesado.

Muchos son los entrenadores que sonríen o ríen en  el momento feliz de la llegada,  y luego el rostro se desfigura porque el dolor es grande ya que uno solo es campeón , aunque los que ríen en plenos partidos no sepan ni tengan idea de lo que se sufre de parte del entrenador.  No hay idea porque siguen trabajando y ganando. Sumando que es poco su aporte a la marcha del fútbol, sino más bien se sirven del apoyo que se le hace al fútbol.

El alejamiento como DT de la Selección de Héctor Núñez y un rostro que lo dice todo.

El alejamiento como DT de la Selección de Héctor Núñez y un rostro que lo dice todo.

Me río muy poco dentro del fútbol,  y no creo el cuento de que el fútbol es para disfrutarlo. Aferrándome a la declaración del queridísimo Profesor De León al diario La Mañana: “Si quieren espectáculo vayan al circo”. El fútbol es una responsabilidad para quien lo comanda (en este caso el entrenador) porque un país con la tradición de este no da para que sea a las risas.

Muchos colegas sufren más de la cuenta en sus salidas, y yo sufro con ellos; estoy con ellos. Sin embargo con este o  con aquel,  a la salida o la llegada del siguiente hay sonrisas mientras el “negocio”  del fútbol siga;  aunque los que “salten” sean los entrenadores. A veces puede ser porque los eligieron, porque no se pone ninguno sino que los eligen ¿y entonces?……….

Ahora están haciendo “otra carnicería” con Arruabarrena siguiendo la persecución que hicieron con Gustavo Díaz. No olvido hace muy poco lo despiadado de los juzgamientos hacia Verzeri.

Donde se pierde la sonrisa solo los entrenadores lo saben; es en el área técnica; lugar este que para juzgarlo habría que haberla pisado; para saber ciertos argumentos. Y no solo arreglarlo con que: …….”me equivoqué” o “me ganó”  porque mientras “decapitan”  “mucha agua corre bajo el puente”

Y además recordar que el fútbol existe porque hay jugadores de fútbol que también muchas veces “caen” en las picadoras de carne humana y que estos nos  transformamos con el tiempo   en  entrenadores de fútbol.