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El emblema, el goleador….y el cerebro





3 febrero, 2018
Columnistas

Ariel Longo. Columnista

Los titulares de la prensa mundial no escatiman elogios en cuanto a la capacidad de un rubro al cual los uruguayos a lo largo de la historia no nos acostumbraron.

Las características nuestras asociadas a la “garra” no hacían frecuentar la permanencia de goleadores por encima de los emblemas de esa “garra charrúa”.

Con  la aparición de Nasazzi, se opacó a Piendibene; que era el emblema de Uruguay de aquellas épocas.

Lorenzo Fernández acompañó esa imagen de indestructibles uruguayos olímpicos y mundiales.

Sin embargo estaban Pedro Petrone y Héctor “Manco” Castro. Uno goleador de raza y el otro temible centro delantero que siempre aportó el gol. Y tenían a “cerebros” que posibilitaban que esos goles llegaran; Héctor Scarone y Pedro “Vasco” Cea.

Pero los emblemas de esa “garra” fueron siempre “El Mariscal” y “El gallego”.

Con el paso del tiempo y enfocándonos en mojones históricos; el emblema de 1950 fue y es Obdulio Jacinto Varela.

Alberto Spencer junto a Ariel Longo.

El gran capitán estaba apoyado en el juego y “cerebro” de Juan Alberto Schiaffino y al decir de él  mismo; Julio Pérez fue el gran jugador de ese mundial. Omar Miguez sería el goleador uruguayo de ese mundial, concretando el trabajo elaborado por los dos generadores de fútbol.

El Peñarol de los 60´ fue identificado y lo es con Néstor “Tito” Goncalvez, el gran capitán y conductor en campo de sus equipos; un icono indiscutible.

Pedro Rocha, fue el generador de fútbol; atildado y potente, apodado “El verdugo”, un extraordinario jugador que estará siempre en la memoria de quienes lo vimos jugar. Alberto Pedro Spencer, un ecuatoriano-uruguayo, máximo goleador de Copa Libertadores en la historia, era el encargado de perforar las redes rivales, y será recordado, en lo personal y en lo colectivo como inolvidable e implacable goleador.

Pero Tito identifica a ese Peñarol.

Así sería  también con el Nacional de los 70´, donde Luis “Peta” Ubiña, Julio Montero Castillo y Víctor Esparrago eran los identificados con la garra charrúa. Y el inmenso argentino Luis Artime era insaciable con la red, siendo un goleador que “peleó” palmo a palmo el cetro de goleador mundial, con el mismísimo Pelé.

Ildo Maneiro.

Pero había un cerebro, un estratega extraordinario en ese equipo; Ildo Maneiro. Elegante, fino, técnico y feroz cuando tenía que serlo.

Podríamos dar más ejemplos; pero para ilustrar lo medular del tema, creo que es claro.

Es decir que, podemos “dividir” en 3 partes los conceptos de este relato.

El emblema de la garra charrúa, el goleador, y el cerebro.

Trayéndolo a este tiempo y ya de cara al mundial de Rusia 2018.

El emblema de la garra sería Diego Godin; sin dejar de lado que otros están en condiciones de aportar en ese rubro; en el caso del goleador, tenemos el dulce privilegio como

Luis Suárez y Edinson Cavani, abrazo de gol.

decíamos al principio de esta nota, de que los elogios y realidades mundiales con respecto a Luis Suárez y Edinson Cavani, nos ubican en un lugar de privilegio al tenerlos, como artilleros reconocidos en todo el planeta y actuales, en un punto máximo de sus carreras.

Estos “rubros” sin duda alguna ya consolidados a nivel mundial.

A ellos hay que abastecerlos en juego, para que se puedan “perforar” redes.

Oscar Washington Tabárez y su sapiencia, mas su gran experiencia, encontrará la fórmula que completen ese tercer punto emblemático, que se consolidará en este mundial, y  nos acompaño en hitos históricos.