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Ojalá la banda logre mantenerse




Federico Valverde


10 octubre, 2017
Sin Categoría

Federico Valverde

Escribe Atilio Garrido

Al  finalizar el partido del jueves pasado entre Venezuela y Uruguay en el estadio poliderportivo Pueblo Nuevo de la ciudad de San Cristóbal, reflejé en las conclusiones el aspecto positivo, no sólo del empate que le otorgaba a los celestes la clasificación para Rusia 2018, sino también del fútbol que el equipo desplegó a partir de los ingresos de Rodrigo Bentancur y Giorgian De Arrascaeta, unidos al rendimiento que exhibían Federico Valverde y Matías Vecino.

Allí, en medio de la vacía tribuna de prensa del escenario de la ciudad más futbolera de Venezuela, escribí sobre el cambio positivo que experimentó el fútbol celeste con las variantes.  Genera una ilusión –expresé-. Una esperanza. Una posibilidad de que de una buena vez el equipo uruguayo funcione como tal y de forma que permita que Suárez y Cavani rindan al nivel que exhiben cada fin de semana en el Barcelona y el París Saint Germain.

¿Qué origina en mi mente esta ilusión? La decisión del técnico Tabárez de reunir en la cancha a jugadores de la misma sintonía futbolística que desde el medio campo hacia adelante intenten “otra cosa” diferente que la apuesta que se ha venido haciendo de lanzar pelotazos para que Cavani y Suárez se las arreglen como puedan.

El ingreso de Rodrigo Bentancur para complementar los excelentes trabajos de Federico Valverde y Matías Vecino, ilusiona con la posibilidad de que, una vez concretada la clasificación para Rusia 2018, la selección celeste busque reeditar la actuación de Sudáfrica 2010 con un planteamiento que mantenga la clásica capacidad de marcación defensiva de los orientales, y recupere el viejo estilo nacido desde 1917 en adelante, definido por el recordado Vasco Cea –uno de sus protagonistas- como el de “cortita y al pie”. Dispositivo de jugo que no es el tiki-tiki de la escuela de la Macía catalana. Es un estilo propio que nació allá lejos en el fútbol uruguayo, caracterizado por la fortaleza férrea de la marcación en la defensa y el fútbol de alto nivel generado desde el medio campo hacia adelante, por jugadores que además de marcar manejaban la pelota como malabaristas.

El futuro surge promisorio luego de lo observado esta noche a partir de las confirmaciones de Federico Valverde y Matías Vecino y el ingreso de Rodrigo Bentancur. Desde que el joven jugador de la Juventus ingresó al campo, sumado a lo que venían realizando Federico Valverde y Matías Vecino, los celestes desplegaron un juego que concluyó con varias situaciones de gol creadas, que hubieran merecido que el triunfo viajara esta noche con la delegación celeste junto a la clasificación para Rusia 2018 que –insisto- está asegurada. Si a esto agregamos alguna pincelada poética de Giorgian De Arrascaeta, queda como último conclusión el nacimiento de una esperanza venturosa”.

Al retornar a Montevideo el entrenador Tabárez confirmó el camino iniciado en San Cristóbal, manteniendo en la titularidad a los jugadores jóvenes que le cambiaron la cara al equipo con un soplo esperanzador.

A partir de esta noche llega para los pichones celestes la prueba más dura. Antonio Ubaldo Rattín, el legendario centre half de Boca Jrs. y la selección argentina reflejaba estas situaciones que origina el ascenso de los jóvenes a los primeras planos, en una frase que apareció en aquel tiempo en El Gráfico y que nunca olvidé. No sólo no olvidé sino que la apliqué para todos los aspectos en que se expresa la vida de un ser humano durante su tránsito por el mundo. “Lo difícil no es llegar, sino mantenerse”. ¡Gran verdad! Ojalá la banda de los pichones celestes logren mantenerse. Hoy comienza la prueba. Veremos que ocurre.

Rodrigo Bentancur


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