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El pizarrón de quiniela




Luis Suárez, vive el fútbol de una manera muy extrema.


18 abril, 2015
Columnistas

El asombro de los espectadores de cómo vive el fútbol Luis Suárez, reflejado en su accionar; sus movimientos físicos y sus muecas faciales donde hasta sus venas resaltan en su cuello de una manera extrema, es solo el fiel reflejo no solo de Luis Suárez sino de esta raza oriental que vive, muere y resucita  en cada jugada.

Luis Suárez, vive el fútbol de una manera muy extrema.

Luis Suárez, vive el fútbol de una manera muy extrema.

Los antecedentes de como  sentimos a nuestro fútbol son simultáneos con la aparición del mismo en estas tierras. Siempre fuimos pocos desde el inicio de nuestra historia y tuvimos que recurrir a toda nuestra energía, inteligencia, coraje, amor propio, porque “el rival” siempre era más en cantidad, en el “terreno que fuera”.

La cifra que maneja nuestra historia de que 33 orientales desembarcaron en la Playa de la Agraciada, en el departamento de Soriano,  enfrentando a los poderosos lusos-brasileños, para recuperar la Independencia de la Provincia Oriental, que comprendía a lo que es hoy Uruguay y parte de Rio Grande del Sur en Brasil, que estaba bajo dominio brasileño, lo demuestra.  Llegaron solo en 2 lanchas, y portaron una bandera que tenía una leyenda donde no había opción, “Libertad o muerte”. Si la manejamos con criterio de números parecen pocos para enfrentarse en un conflicto de tal envergadura, pero fiel a nuestra historia y como decía el Profesor José Ricardo de León; trasladándolo al fútbol; “con menos, mas”.

Así vivimos y así  jugamos. De dientes apretados, sufriendo. Cuando se dice que el fútbol, es una diversión, es cierto, pero en el de competencia; “lo sufrimos”; los del pizarrón verde, en las tribunas y cuando toca la selección, hasta los relatores y comentaristas.

Tienen muchos años los resultados NEGATIVOS en cuanto a que se nos “suelta la cadena” a, jugadores, entrenadores, publico y hasta periodistas; cuando la “presión” llega a su máximo, reaccionamos de una manera que es como vivimos este futbol pero también es una característica uruguaya; la reacción, el no dejarse, el revelarse y también, “el embarrarla” porque las pulsaciones nos vencieron.

A Walter Gómez “se le fue la moto” contra el juez Bochetti"

A Walter Gómez “se le fue la moto” contra el juez Bochetti”

Walter Gomez, el extraordinario futbolista de Nacional, se vio privado de ser campeón del mundo; ya que previo al evento mundial y en un clásico entre Nacional y Peñarol, un 9 de octubre de 1949,  “se le fue la moto” contra el juez Bochetti y fue suspendido por un año. Pasaría a River Plate de Argentina y se haría famoso el cantico de la hinchada “Millonaria”, para retribuir a su estrella máxima de la época, cuando decía a coro: “la gente ya no come por ver a Walter Gómez”, pero nosotros tuvimos su ausencia  en el evento mundial de 1950; que estuvo  disimulado, el hecho de su ausencia, porque  nada más ni nada menos que Omar Oscar Miguez  fue el comandante de la delantera,  por la gesta maravillosa y su conquista en Maracaná, debido a que  “el Botija” ( así le decían a Walter, y que es un eufemismo de niño o joven reo, de barrio y potrero pero bien uruguayo) se dejó  llevar” por su impulso.

José Sasia un histórico de nuestro fútbol en “mil batallas”, guapo, corajudo, leal, gran futbolista, tuvo “encontronazos” del que se pida, donde uno de los que más se resaltan, es en el Sudamericano en Buenos Aires en Febrero de 1959, con Brasil “en una general” donde se enfrentó a Pele y no con la pelota precisamente.

Roque Máspoli se trenzó con "Pulpa" Etchamendi

Roque Máspoli se trenzó con “Pulpa” Etchamendi

En un clásico de verano, por la Copa Montevideo, en 1971 un campeón del mundo con Uruguay como Roque Maspoli, y además con Peñarol, de la Intercontinental  y de América; se “trenzó” con otro que ese año sería campeón con Nacional, uruguayo, de América y del Mundo, como lo era Washington “Pulpa” Etchamendi.

El  entrenador de Danubio Leonardo Ramos protagonizó otro altercado dentro del futbol con las “pulsaciones a 1000” en el enfrentamiento del pasado fin de semana  contra Cerro en Jardines, no siendo precisamente con los rivales, sino en una interna “caliente”.

Y ejemplos de hechos similares en “la alta sociedad” del fútbol, también hay.

Diego Maradona por la final de la Copa del rey 1984 “sacudió” al suplente  rival, Miguel A. Solá y también “lo sacudieron” al finalizar el partido, en un Barcelona, donde jugaba el “Pelusa” y el  Bilbao.

Cristiano Ronaldo “pegó” por arriba y por abajo a Edimar del Córdoba jugando por Real Madrid.

Maradona  a Miguel A Sola en  la final de Copa del Rey 1984.

Maradona a Miguel A Sola en la final de Copa del Rey 1984.

Zinedine Zidane aplicó un inusual cabezazo, porque no fue a una pelota sino que en el pecho de  Marco Materazzi en plena Copa del Mundo 2006  defendiendo a Francia contra Italia, nada menos que en la  final.

En el parlamento uruguayo también hubo “ringui ranga”, donde para nada tiene que ver el futbol, pero si las pulsaciones, que “desacomodan”  la razón.

Juzgar “de una” puede ser que no nos haga encontrar “el nudo”; el tango “Primero campaneala” de Anselmo Aieta y Enrique Dizeo termina el mismo con esta frase: “los líos  hay que verlos, averiguarlos bien”.

La historia está llena de “combates” que solo los que lo protagonizan sabrán, si dieron en “el clavo o en la herradura”.

Lo que si se que muchas veces he “mutado” en una cancha de futbol;  de entrenador  transformándome  en “un pizarrón de quiniela” donde a veces es uno que lo viene a ver (que es un decir) y a veces una tribuna entera.


Etiquetas: Ariel Longo