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El trabajo de Tabárez, fundamental




Fernando Muslera


8 octubre, 2015
Selección

Por Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González

Fernando Muslera

Fernando Muslera

El planteo de Uruguay arrancó de acuerdo a lo previsto. Buscó enlentecer el juego. Ahorrar energías y mantenerse “apretado” con las dos líneas de cuatro pegadas. La estructura se conmovió al minuto. Una infracción de Álvaro González que no existió, originó un tiro libre en forma de “buscapié” que se escapó afuera. La respuesta de Uruguay, apoyada por el error defensivo de la última línea defensiva de Bolivia, fue impactante. Pelotazo largo, salto de Stuani que ganó en el aire, cabeceó la pelota que quedó sola, picando, al atacante Hernández. Estaba el gol. No se pueden errar oportunidades como esas… El remate de Abel Hernández, abajo, contra el palo izquierdo de Vaca, lo sacó al córner el golero.

Bolivia respondió con un ataque rápido que culminó en tiro de esquina. Centro desde la derecha, rebote para el No. 10, Campos y… apenas afuera lamiendo el palo izquierdo de Muslera.

Inmediatamente Uruguay generó otra inesperada chance. Stuani recibió la pelota en posición de insider derecho. Maniobró, gambeteó dejando dos jugadores en el camino, entró al área en diagonal por la derecha… Demoró el remate cuando estaba el gol. Tuvo que ensayar un pase exigido para Cristian Rodríguez, despejando la defensa.

Bolivia respondió con el juego clásico y tradicional de los equipos locales que quiere explotar la “altura”. Aceleró el ritmo. Capturó una pelota el No. 10, Campos, se internó en diagonal y sacó el remate fuerte. Muslera detuvo en gran esfuerzo.

La salida de la pelota de las manos de golero uruguayo, terminó en la red de su colega Vaca. Sanchez trepó por la derecha como hace en River Plate, mandó un centro al área que recepcionó Hernández –otra vez sólo- cabeceando la pelota al arco. Vaca en gran esfuerzo, desvió sobre el palo izquierdo entregó reboté y… apareció Cáceres quién con gran intuición se lanzó al ataque siguiendo la incidencia. Paró el esférico y definió con enorme calidad, marcando el gol uruguayo.

Bolivia no sintió el impacto. Siguió aferrado a su libreto. Toque y toque de pelota, de derecha a izquierda, largo envío para el No. 9 Duk como puntero diestro. Corrió cuerpo a cuerpo con Godín, le ganó al capitán dentro del área y, desde un lugar muy difícil, en forma totalmente oblicua, sacó el derecho seco que se estrelló en el horizontal.

A partir de entonces la lucha se planteó entre el ritmo endemoniado que imprimió Bolivia y la pausa que intentó lograr Uruguay. Los celestes, cuando tomaban contacto con la pelota, buscaban progresar en forma tranquila y segura. Así surgió un gran contragolpe de Stuani por la izquierda, con pase para Sánchez que se proyectó por la derecha y… lo derribó en la boca del área e No. 13, Torrico que vio amarilla. Tiro libre peligroso. Remató en forma impecable el mismo Sánchez y salvó Vaca en gran pirueta debajo de sus palos, sacando el córner. Del tiro de esquina, delante de los ojos del árbitro, Cáceres procuró cabecear forcejeando con un rival y cayó. El lateral del Juventus reclamó airadamente. ¿Penal? Dio esa impresión desde la tribuna de prensa, donde no hay televisión para definir la opinión.

Bolivia, siempre sin bajar el ritmo, respondió con dos remates estupendos. El primero un tiro libre que ejecutó el No. 10, Campos, en gran forma, al palo que tapaba la barrera. La estirada notable de Muslera evitó el gol echando al córner. La segunda, una diagonal de izquierda a derecha que Chumacero culminó con un sorpresivo tiro que volvió a contener Muslera en gran acción.

Ante el ritmo frenético que mantuvo Bolivia, los celestes se aferraron a su consigna de quitarle revoluciones al partido. Atinadamente, no hubo apuros en reponer las faltas y, cuando capturó la pelota, la puso contra en el piso intentando progresar en forma segura. Así llegó una nueva oportunidad –no tan clara como las anteriores-; un córner sin consecuencias y otra infracción, por falta a Corujo, con cabezazo impecable de Godín que desvió Vaca con su mano izquierda, cuando el línea argentino señalaba posición adelantada dudosa.

Sobre el final de la etapa reapareció Bolivia. Cristian Rodríguez quedó en el suelo. Solicitó la atención médica para ganar tiempo. No podía más. Ingresó Camilo Mayada en su lugar, pasando a jugar por la derecha. Álvaro González se instaló en la izquierda rearmándose la figura táctica. La misma que rindió frutos, con la marca escalonada, cuando Giménez cortó en su área una pelota. La peleó y salió limpio hacia adelante. Se fue con enorme entereza al ataque, dejando dos bolivianos por el camino. Cuando llegaba el último defensor, en posición de insider derecho, lanzó la pelota hacia delante, ganaba en la carrera camino al gol y lo derribo de atrás el No. 5 Martelli. Foul y tarjeta amarilla. Y además una pelota quieta que no trajo consecuencias.

Quedó tiempo para una nueva atajada de Muslera –algo más fácil que las otras-, ante nuevo remate quieto del No. 10, Campos, por infracción inexistente de Cáceres. Y otra acción, ante una pelota que llegó por aire desde la izquierda, ante la cual se lanzó para embolsarla sobre su palo izquierdo. Godín llegó presuroso para que el golero se quedara en esa posición ganando tiempo.

Así se llegó al final de la etapa con el triunfo de Uruguay en el infierno de la altura de La Paz. Pudo ampliar el tanteador, retirándose con una diferencia mayor. La actuación del golero Vaca, estupendo en todas ellas, lo impidió. Restan otros 45 minutos de calvario donde todo puede ocurrir. Más aún cuando al entrenador le quedan sólo dos cambios.


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