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En el fondo está sucio…muy sucio




La reacción de los uruguayos por la sanción de la FIFA a Luis Suárez.


27 junio, 2014
Columnistas

Cuando fuimos campeones de todo, por el 1924, el 1928 “en Colombes y Amsterdam”, dice la canción que nació con los uruguayos, hasta el 1930 aquí en el rancho nuestro y en la quimérica hazaña de Maracaná, a la que le tienen tanto temor de “repetición de bola …”, la celeste se destacó siempre.

Otro tiempo, otro mundo.

Antes no importaba que Uruguay fuera el campeón porque, no existía el concepto de la FIFA multinacional que traga dólares, euros y demás monedas por concepto de auspiciantes, avisadores, empresas que ponen millonadas para que sus productos sean comercializados por el mundo.

Este es el sentimiento del pueblo futbolero uruguayo esperando a Suárez en el aeropuerto.

Es decir, hoy Uruguay no es negocio para la FIFA, ni para nadie. Antes no importaba. Hoy sí.

Si nos va bien en el mundial, los grandes de verdad, éstos de la multinacional, no reciben un peso porque somos “tres gatos locos” y no hay inversión que resista o soporte a los poquitos orientales que andamos en la vuelta.

Esto es por plata. Pero por muchísima plata.

Entonces, salvo una patriada excepcional, que ganemos todos los partidos apretados, pero claramente, se nos complicó hace mucho tiempo éste asunto de los mundiales.

No le vendemos nada a nadie. No somos mercado. Porque somos poquitos, mi amigo.

Hay que hacer maravillas para subsistir, esa es la verdad económica de los chicos.

No hablo de Suárez, un genio en el campo, con sus aciertos y errores que los tiene que admitir, por reiteración de falta, cosas descontrolados de un estado emocional a mil.

No de malo, no de agresivo, acaso sí, de infantil, de cosas intrascendentes que no lesionan, como dejar el zapato, eso sí, “a lo bobo”, frente a la tibia de un rival o “sin querer” reventarle la rodilla en carrera que llega a destino. O un codazo con riesgo cierto de lesionar la vista del deportista.

Esas cosas de Suárez, que lo descalifican para la multinacional, que lo estaban esperando, como el lobo feroz, las repitió hasta casi sin darse cuenta. Intempestivo gesto. Imprevisto, incluso, hasta para él, estamos convencidos.

Pero … atrás de todo ésto, está lo otro.

La economía. La que se sabe y la que no se sabe de ésta gente.

La que va al bolso y la que pasa por caja.

Uruguay no es negocio. Si somos campeones del mundo, venderemos doce refrescos más por día y un par de hamburguesas, si el día está lindo.

Suarez tapa boca

Luis Suárez recibió de la FIFA la máxima pena de un jugador en los mundiales.

Ya hicimos “un daño irrreparable” dejamos atrás a los ingleses, “oh my god”  y a los tanos,” porca miseria”, que, siendo uno de descendencia italiana, queda sorprendido por la actitud teatral, exagerada y malintencionada de Chiellini, un futbolista con antecedentes violentos, como quedó demostrado en recientes documentos.

A Suárez lo ejecutaron. Literalmente deberá jugar sin dientes, de aquí en adelante o algo por el estilo.

Pero, atrás de todo ésto, hay una gran movida “eurodólar” de la multinacional.

Uruguay no es negocio para éstos mozos. No se la llevan en toneladas como ahora.

Siempre es conveniente que aparezca uno o dos que jueguen lindo, pero la bolsa tiene que estar custodiada por ellos.

Es por la realidad económica, de ésa que hablan tanto cada vez que eligen una sede para el próximo mundial.

Hay corrupción y grande. Lo dicen ellos mismos. Se “investigan”, “pour la galerie” …

Cuando se nota mucho el robo, echan a un grandote, a un par de medianos y así quedan “limpios”.

Es un sistema de autodefensa de los corruptos de alto vuelo del deporte mundial.

Entonces, cada vez que pueden y cuando “se la dejan picando”, aplican la moralina bastarda y mugrienta, para “lavar sus pecados”.

No somos mercado para la multinacional así juguemos para ser los mejores del planeta.

Hay que ganar, por lejos en la cancha y con una diferencia abismal, para volver a ser los mejores como en aquellos años en que, un sorprendido veterano de sombrero y lentes, como Jules Rimet, le entregó sin decir una palabra al gran Obdulio en un Maracaná en silencio de misa …

“Casi a escondidas le entregué la Copa al señor Varela …” admitió Rimet, después.

Confundido, sorprendido y consternado porque había hasta preparado el discurso para Brasil campeón del mundo.

Orgullosos de ser así, de sentirnos uruguayos y que se tengan que preocupar por nosotros de una manera u otra.

Acaso Suárez les abrió la puerta para la invasión. Es posible.

Eso sí. lo ejecutaron como delincuente altamente peligroso. Les faltó la inyección letal, nada más.

Un absurdo calculado y facilitado, también.

Pero detrás de todo ésto, está también la verdad económica, aquello que no somos negocio para unos cuantos corruptos que se acusan entre ellos cada vez que estiran la mano para designar la sede de un mundial.

Una vez más, esto es por plata, por tanta que ni usted, ni yo, imaginaremos nunca.

Esto no significa que estemos sentenciados a no ganar nunca más.

De ninguna manera. Por el contrario, está claro que deberemos vencer no solamente en la cancha, sino estar preparado para todo tipo de ataque extra fútbol y no darles razón alguna para que nos juzguen siquiera no por saludar, no sea cosa que nos eliminen de por vida por encontrarnos culpables por inconducta e indisciplina ante el mismísimo Fair Play.

Ese juego limpio tan promocionado por esta gente y tan irónicamente vendido al mejor postor.

No está en el frente lo feo y lo sucio … está en el fondo, señor.

Y muy sucio.