“Entregate, que estas rodeao” …”
Joseph Blatter.
En este estado de situación dos cosas deberían pasar para dejar el sendero libre y que la justicia siga su curso: suspender la elección y la renuncia, indeclinable, de Blatter.
Joseph Blatter.
Pero el impenetrable suizo quiere seguir y habla – lo escuchamos en su limitado y lastimoso discurso – de “no permitir que unos pocos nos arrastren …”.
Esto es inaceptable, por donde se quiera ver.
En medio de un escándalo mundial, este inmutable ser, se desvincula de un proceso de corrupción, fraude, estafa y lavado de dinero investigado hace años por el FBI y comprobado con la acción y detención de más de 11 integrantes de esta asociación ilícita para delinquir, a como diese lugar durante más de 20 años.
Este impenetrable personaje quiere seguir dirigiendo la multinacional.
Ya le prohibieron salir de Suiza.
Se da cuenta que llegó el final. Las derivaciones de estos hechos delictivos vaya uno a saber hasta donde llegan.
Pero, si hay coherencia – y hasta este momento la hemos visto de acuerdo a la sorpresiva como inteligente operación de investigación – alguien le debe decir que “hasta aquí llegó lo suyo”.
“Entregate que estás rodeao”, (de la novela Juan Moreira), es aplicable.
No se puede desconocer el descontrol, la vergüenza, las sospechas, las comprobaciones de robo, de apropiación indebida y demás actos delicitivos comprobados.
Aquí ya no hay lugar para hablar de dignidad porque, está visto, que no existe.
Sin embargo, este impenitente señor quiere seguir jugando.
Y no puede, ni deber ser. El mundo del fútbol, enchastrado por ladrones, de traje y corbata, está en alerta más que roja.
Las derivaciones son imprevisibles. Recién se descubren las maniobras fraudulentas.
Hay presos y aumentará la lista, según los investigadores.
Entonces, este imperturbable señor, ¿qué hace?.
Acusa a los enjuiciados, pero permanece en el cargo como si él no tuviese nada que ver.
Esto es, la nave se hunde y el capitán se salva …
Algo así ya ocurrió, recuerden el naufragio del Costa Concordia.
No hay dos bibliotecas: Blatter, deberá suspender la elección de mañana y renunciar de inmediato.
Sería un gesto decente, entre tanta vileza y ruindad.
¿Es una utopía, esto último?.
