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Gringo – Tupamaro





23 enero, 2018
Columnistas

Hebert Revetria. Columnista

Haciendo un leve repaso en mi memoria, recuerdo como si fuera una pantalla de cine, apenas empezaban  apagar las luces y aparecía “EL MUNDO AL  INSTANTE”, con una voz muy particular nos relataba las noticias que escuchábamos por la radio. Con Walter Corbo me sucede lo mismo, era el golero de Racing Club de Montevideo en ese momento. El partido ante Peñarol en el estadio, ante todas sus figuras inolvidables, Abaddie, Rocha, Silva, Spencer y Joya, El Capitán Goncalves  comandando ese conjunto histórico de grandes jugadores.

Carlos Sole relatando, con esa voz grave, a veces afónica que nos llevaba al partido como si lo estuvieramos viendo. -¡Ah, ah, ay  increíble!- Heber Pintos relataba -¡qué tapada  de Corbo ante el megatonico y furibundo remate de Pedro Virgilio Rocha! ¡Gran cabezazo de Spencer y vuela el golero de Racing, una muralla en el arco de la Academia!- Perdieron en el último tiro de esquina del encuentro, gol de cabeza Pedro Virgilio Rocha- relataba Sole.

Ese año, el equipo de Racing Club de Montevideo quedó en 3er lugar del campeonato  uruguayo, tremenda campaña.

Yo veía a Walter Corbo enorme, con su equipo todo negro, volando de palo a palo, era muy atlético. Pienso que con el tiempo a todos nos ven iguales, más grande de lo que somos realmente fuera el campo.

Esta historia deja un periodo de mi vida muy importante y me detengo en Brasil, primera escala de  “MI MUNDO AL INSTANTE”. Cruzeiro Esporte Clube, un equipo increíble; teníamos todo, yo venía de Nacional (que es un grande de Uruguay), igual no tenía comparación, desde la concentración “Toca Da Raposa”, (cueva de la zorra). Un complejo que tiene hasta cine incluido. La ropa deportiva, los calzados, tenía de todo en mi casillero.

Llego a la “Toca” en mi presentación ante el técnico Aimore Moreira, Campeón del Mundo en el año 1962 en Chile, hermano de “Zeze”  Moreira, ex técnico de Nacional.

Entro a la sala principal, decorada con sillones negros y largos, copas de los muchos torneos que ganó Cruzeiro, una capilla a mi izquierda, sala de televisión a mi derecha y más al fondo lo que serian las habitaciones de concentración. Pienso que algún día cuando reviva alguna anécdota vivida con Cruzeiro escribiré con más detalles de mi época en Cruzeiro.

Salen varios jugadores a recibirme y el primero fue Nelinho, pensé “ahora se desquita del partido en Maracaná, esta fiera nos hizo el gol en el Centenario. No entiendo portugués y por ahí la saco” Me pregunta -¿Voçe es amigo de Pablo Forlan? Respondo -Si, si, sou amigou (en mi primeras armas de portuñol), parecía el indio charrúa en versión español, mal hablado. Me dijo -Ah, entonces voçe es meu amigao! Y yo ahí respire  -¡SOU MUITO AMIGAU hasta cuasi hermanou! Jajaja. Me salvó que él había jugado en Venezuela y hablaba español bastante bien.

Con 21 años, un hijo de 1 año, y mi señora Gabriela con sus escasos 20 años partimos a Brasil. Llegaba al país campeón el Mundo, al de la zamba, el carnaval, todo era un desafío. Me habían transferido recién levantado de la cama, curado de una hepatitis de 73 días, y ellos me recuperarían entrenando bajo sus órdenes. Así fue, pasaron largos meses de duro entrenamiento sin entender nada de los nombres de los ejercicios; cuando picaban, yo trotaba, y así varias veces más. Los profesores Lacerda y Benecy Queiroz me decían -¡GRINGO! ¡Así no!- Y yo les respondía -Fala en español, no entiendo nada.- El gringo era yo, pensaba en las películas de Fard West, los gringos eran los americanos que invadían el suelo mexicano, yo era apenas un yorugua, siguiendo los pasos del “chiquito” Mazurkiewicz o del “Piolín” Cincunegui, ídolos en Minas Gerais, pero en el equipo rival El Atlético Mineiro.

Así pasaron los meses y también mis partidos con el Cruzeiro, pero eso en otro momento lo traeré a la luz desde mi baúl de los recuerdos.

El equipo de Gremio con Walter Corbo en el arco.

El tema es Walter Corbo, mi archi enemigo, golero que me ganó y le gané. Ahí estábamos otra vez frente a frente, en mi imaginación de Felipe de Mafalda, Nacional vs. Peñarol, pero era Cruzeiro vs. Gremio, en el Mineirao. Entramos ambos equipos, miradas fieras  y mis pensamientos “no te conozco, yo tampoco, ahora te voy a romper las muñecas tal como me había pedido hace años el “Pulpa” Etchamendi en un clásico anterior al de la Libertadores de América, así ya lo lesionaba y no podría jugar por las que duelen.”

Me miraba como sobrándome, igual yo, prontos los insultos de ambos lados, ¿quién sería el primero? Eso sin ninguna duda me correspondía a mí, como anfitrión y jugando en casa. Pasaron los primeros 45` y nada, los centros me los cortaba, ya me conocía y se adelantaba a la jugada; otra opción era el foul cerca del área, jajaja ahí estaba Nelinho, lo crucificaría de un taponazo. Tendría que hacer la de Palinha, apenas me toquen me tiro y después el grito de goool. Era imposible que nuestro jugador estrella no le hiciera un agujero a él y a la red. Volvimos del segundo tiempo y logré conectar un centro de Eduardo, pero Walter me la saca al corner o tiro de esquina. Lo miro y lo insulto con la mirada, ya el clima estaba tenso. Por la derecha sube Nelinho pared  con Joanzinho a Erivelto (numero 10), y saco el misil, lo grito antes de llegar; pero me tengo que tragar el grito, veo a Corbo volar y quedar en forma vertical al palo del arco y la atrapa, no la dejó ni picar porque yo estaba encima  de él por si la soltaba, siempre hacía lo mismo, los acechaba, los ponía nerviosos, era mi juego sicológico. -La pqtp, ¡ahora la agarras todas!-  empezó ese dialogo tan “respetuoso”,  ya no daba para más, había que desconcentrarlo, enojarlo. Corbo me dice  -¿Ah como andas? ¿No sabía que estabas jugando?- Le respondo -Dentro de poco vas a saber, mira que no terminó el partido, ¡que no se te escape!-  Si tranquilo ¡hijo mío!- Yo le respondo – ¡Vos sos mi hijo, siempre te hice goles!- Me muestra la mano y me hace señas con los 5 dedos, era cierto, había perdido un clásico por esos goles. Me fui re caliente.

Gran atajada. “Walter me la saca al corner o tiro de esquina”

Terminamos 0 a 0, no hubo más momentos que pudiéramos tirarnos con flores,  nos abrazamos y reímos. -Anda por el hotel y cenamos ¿qué te parece?-  fue la invitación de Walter. Le respondí -Genial siempre es lindo hablar en español. Porque yo con mi portunhol venía haciendo destrozos, nadie me entendía nada. Mis compañeros me decían -¡¡Oh Gringo zafado!! ¡¡Ninguen comprende nada de lo que voçe fala!!

Después de un partido en el cual había convertido goles  muy importantes, me entrevista Tv Globo reconociendo mi gran performance; Yo en mi casa escuchando la nota, al final el reportero concluye diciendo – el que habló fue Revetria, no se sabe lo que habló-, y yo escuchando no sabía en qué idioma había hablado.

-¿Te acordás del viaje con la selección a Paraguay?- Así empezó la charla distendida de dos conocidos rivales, y también compañeros circunstanciales en la selección Uruguaya.

Walter me responde –Sí, como no me voy a acordar, fui el único jugador de Peñarol que viajó, porque en tres días jugábamos la libertadores y como golero no tenía gran desgaste, me autorizaron, fui el capitán. Aparte se dio que tenía un tema personal con Víctor Hugo Morales, periodista de  radio Oriental, que también viajó, me venía fenómeno, tenía una conversaciónpendiente.

– ¡¡Contame!! Mi pregunta tenía como destino esa charla en privado y nunca supe bien lo que pasó… Había sido testigo de todo menos del final de esa historia…

Me pregunta  -¿¿Te  acordas del “Loco”  Eduardo Rivera, aquel jugador de Rampla??

-Sí, era un cable pelado.

Walter me cuenta -Le dio una patada muy fuerte a l rival y Víctor Hugo dijo -¡esto es inadmisible, esa patada solo la puede dar un caballo! no un jugador de fútbol. ¿Y de la Boite Chez Carlos? (YO NO ME ACUERDO, le respondí), dale mentiroso, tenías la mesa reservada en primera fila, jajajaja. El dueño era Siri, muy hincha de Peñarol.

Gran atajada de Walter Corbo ante otro rival.

Le pregunto -¿Pero qué tiene que ver Siri con la patada y la opinión de Victor Hugo?

– Tranquilo te cuento: Siri era famoso, andaba por las tribunas y en ese mismo partido se peleó con un hincha vaya a saber por qué,  junto con su hijo lo cagaron a trompadas, Víctor Hugo lo estaba viendo y emite su opinión desde la cabina “Siri que lo estoy viendo, está  masacrando a un hincha junto con su hijo, un acto de cobardía”.

Terminó el partido y nos volvimos a la concentración, teníamos una seguidilla de partidos y nuestro D.T. Hugo Bagnulo nos cuidaba mucho; de pronto viene un dirigente y nos dice -muchachos estuve escuchando a Víctor Hugo y no le puede decir “Caballo” a Rivera por más fuerte que haya sido la “patada”, se le fue la boca- yo tomé la palabra y le dije -bueno entonces voy hablar con él y le voy a decir que si no se retracta no le hablamos más.

Trate de hablar con él, lo llamé varias veces pero no me atendió, llegó el próximo partido y quiso hacer varias notas pero ninguno habló en su programa. Él pensó que era por Siri, por sus comentarios por radio; pero no era así, habíamos  decidido que hasta que no se aclarara la situación de nuestro compañero, no cederíamos  lo resuelto.

Él seguía matándonos a Fernando Morena y a mí.

Walter me decía que como antes había jugado  al basquetbol, para él salir en los centros y bajar la pelota con una mano era la más normal, no lo hacía por agrandado. Entonces Victor Hugo decía -¡Corbo no la agarra con las dos y la va a agarrar con una!.

Eso pasó por unos 6 o 7 meses, surge el viaje a Paraguay, Walter pensó “este es mi momento para hablar con Víctor Hugo.”

Walter sabía que él pensaba que era por Siri, pero nadie le había dicho la realidad, después del partido que ganamos 1 a 0, lo esperó en la sala del hotel.

Me acuerdo de ese momento, porque fui testigo de esa situación; Víctor Hugo y Juan Carlos Paullier que lo acompañaba me dijo antes de entrar -bueno espero salir vivo de esta, porque Walter Corbo me puede matar- Le contesté – Suerte. Jajaja.

-¡¡Mira!!- le dijo Walter -¡Yo tengo que hablar contigo!

Le dijo –Bueno.

-Te quiero aclarar una cosa, creo que entre hombres los problemas se tienen que hablar mano a mano.- le dijo

-¡Sí!, ¿Qué?- le responde.

-Vos estas confundido, tomaste una determinación de matarme a mí, exagerando mis errores y banalizando mis virtudes. Vos estas cometiendo un error, te pensas que me estas  perjudicando y sin embargo no es así, porque en el país todos hablan de mí, no por lo que atajo sino por las barbaridades que decís de mí.

-Si tenés razón-  dice Victor Hugo.

-Sabes el motivo, fue en el momento que vos dijiste  que los “Siri” estaban pegando cobardemente al hincha, fue el mismo partido que bautizaste de “caballo” a Eduardo Rivera, y el motivo que no te hablamos es que vos a ningún jugador de Peñarol le podes decir “caballo”. La medida que tomamos nosotros contigo fue por eso.

-¡No te puedo creer! – dijo.

-Sí, sé que estabas confundido, pero yo te llame varias veces y nunca me pasaron las llamadas.

Y vos como comentarista, o como jefe de la trasmisión, me hubieras llamado por teléfono y por lo menos me hubieras pedido que te diera una explicación para dejarte de hablar, entonces se hubiera solucionado de inmediato.

-Sí, tenés razón- responde.

Y tan así, que en libro que hizo Víctor Hugo, uno de los errores que admitió fue que se equivocó con Walter, porque el motivo real del conflicto lo supo 8 meses después.

Y Walter si no estaba solo no iba a hablar con él, porque iba a decir que los jugadores se reunieron, tomaron decisiones, etc. En fin, lo que se dice siempre, argumentos y nunca llegamos a la verdad.

Entonces aprovechó la ocasión, se presentó espectacular.

Después de ese problema hubo otro casi enseguida, no sé qué hablo Víctor Hugo de Cubilla, y Luis subió a la tribuna donde trasmite y le pegó a Juan Carlos Paullier.  Era el comentarista en esa época e hizo un comentario que enojó mucho a Luis Cubilla.

Ese conflicto fue famoso, porque antes se arreglaban así los problemas.

Después cuando Walter jugaba en San Lorenzo, y Victor Hugo ya estaba radicado en Argentina, le hizo varias notas, quedó buena relación al final.

Mientras cenábamos, él me comenta -¿casi no llego a este partido?-,

Sin saber le respondo -hubiera sido bárbaro hoy es tu “cumpleaños” jajaja.

Me dice -¡¡Las pase feo!!

Ya poniéndome serio le digo – ¿Qué te pasó?

-¿Te la hago corta?

-¡¡No contame!! Apurado estaba por nacer y espere 9 meses, el tiempo me sobra. Dale contame.

Me dice -cada 15 días más o menos Gremio me da un día libre más que el resto del plantel y yo me iba en coche hasta Montevideo, me  había comprado un auto Alfa Romeo y  hacía los 830 kilómetros solo, con un  tanque de 100 litros para no parar en el viaje, a las 03:00 o 04:00 am paraba en el Chuy para presentar los papeles de entrada, traía camisetas, guantes, y de todo un poco para regalar. En Porto Alegre me decían el “tupa”, el “tupamaro” Corbo. Durante un reportaje del diario Zero Hora la periodista,  una chica, me pregunta  si no me molestaba que me dijeran “tupa”, para mi es lo mismo que me digan “tupamaro”, “gringo”, si me dicen “tupamaro” como un apodo  y no porque yo fuera militante ¡¡Para mí es lo mismo!!

El lunes almorzando en familia, suena el timbre y eran de investigaciones, me preguntan – ¿Walter Corbo?

– ¡Sí!

Me dicen -nos tiene que acompañar

– ¿Por qué?- pregunté

Porque nos tiene que acompañar- Tenes que ir sin esperar respuesta. (Aclaro que eran tiempos de dictadura), me subieron a una camioneta y fui hasta la calle Maldonado, me detuvieron 2 días. Me dejaron en un cuartito muy pequeño, solo pasaban películas pornográficas, nunca supe por qué. Me habían ido a buscar porque me decían “tupamaro ”y había sido vice presidente de la Mutual, Mazurkiewicz era el presidente.

Después de 2 o 3 horas, me llaman y me dicen -mire le tenemos que mostrar algo- ahí me tiran el diario sobre la mesa, era un reportaje que me había realizado la periodista que te conté.

Me apodan “tupamaro ”no tengo problemas, porque Corbo nunca me dijeron, Corbo significa Cuervo en Portugués. Aclaro que fue un reportaje que me hicieron y nunca dije esas palabras, que para ellos, es normal decir ese apodo, es lo mismo que decir “gringo”.

-Si si está bien ¿Pero, por qué usted fue vice presidente de la Mutual?- me preguntan

-Si fui, porque cuando estaba en Racing, uno  de los principales jugadores era el “Pepe” Sasia que estaba muy involucrado con los temas de la agremiación de futbolistas.

Hebert, estaba cagado hasta las bolas,  nunca me habían detenido ni por una multa de tránsito, imaginate mi estado, Gremio mi actual club estaba llamando preocupado, porque nadie sabía nada,  yo estaba incomunicado, mis familiares también me estaban buscando, pero nadie daba con mi paradero.

-¡¡Pa!!! Qué momento!! ¿Y cómo saliste de esa situación?.

-No quiero ni acordarme, ¡¡me da miedo!! Recuerdo con alegría que un jefe de investigaciones se presentó y me dijo -está en Libertad- pensé” ¿¿es joda??”, porque primero no sabía, por qué estaba y de pronto esa noticia después de 2 días!! Me dijo -Walter, un consejo; agarrá el auto, andate y no vuelvas por 3 meses-  y yo pensé “¿qué se movió detrás mío?” No sé, simplemente la cordura y mis antecedentes.

Cuando me terminó de contar yo me reía por dentro y pensaba “jajaja, por qué no te dejaron una día mas, así no jugabas este partido.”