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Juegos de podios




Grandioso fútbol uruguayo. Sigue dando criollos el tiempo. Junto al técnico Fabián Coito posan luego del título de campeón obtenido en Toronto. Foto de EFE


31 julio, 2015
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Cuando empezaron los Panamericanos de Toronto, los especialistas, muy sensatamente (recuerdo, por ejemplo, a Adriana Lacca por VTV) nos advirtieron que sería muy difícil obtener lugares en los podios, que acaso la responsabilidad la llevase el fútbol y que había posibilidades en algunos deportes (los que luego obtuvieron medallas), pero que no nos hiciéramos demasiadas expectativas en ese sentido, porque de lo que se trataba era de la superación personal de cada atleta, la competencia en el ámbito panamericano es de altísima exigencia. Ya en el Panamericano anterior (Guadalajara) se había obtenido cinco medallas, de las cuales tres en juegos de paleta, que en Toronto no estuvieron en disputa porque no los practican en muy buen nivel más que España, Francia, México, Uruguay, Argentina, entre otros países de fuerte inmigración vasca, española o francesa.

Es recíproco el agradecimiento  a nuestros seguidores.

Es recíproco el agradecimiento a nuestros seguidores.

El objetivo se cumplió. Casi todos nuestros atletas se superaron, todos estuvieron donde había que estar para saber y además difundieron sus deportes incluso en el propio país, a través de las coberturas de prensa que mereció Toronto 2015, pero encima ganaron cinco medallas, oro en fútbol, plata en vela (Dolores Moreira), dos bronces en Atletismo (Déborah Rodríguez y Emiliano Lasa) y bronce en handball (Las Charrúas, que fueron así bautizadas por el público durante estos juegos a través de votaciones en twitter), clasificación de Nelson Nielsen (ecuestres) y Dolores Moreira a los Juegos Olímpicos y triunfos resonantes en handball masculino llegando a semifinales, en hockey femenino, en beach voley de ambos géneros, en tenis de mesa, en ecuestres, alguno en taekwondo con Brian Elliot cerca de acceder al reprechaje por el bronce y participación importante en pentatlon, maratón, natación, karate, canotaje, tenis, judo, ciclismo, pesas, remo, rugby, golf y tiro.

Dolores "Lola" Moreira orgullosa con la medalla de plata que conquistó en Toronto 2015.

Dolores Moreira, Lima 2013, Nanjing 2014, Toronto 2015 y a cielo abierto

Un presente que supera al pasado, pero lo más interesante es la edad de la mayor parte de los celestes que se lucieron en Toronto, porque habla de un futuro que tiende a superar el presente. Esto no siempre fue así. Se inició una curva ascendente que es preciso destacarla. El portal llamaceleste, en determinado momento del desarrollo de los juegos, señaló a “la cantera de Nanjing”, los Juegos Olímpicos de la Juventud a los que concurrieron el año pasado seis de los deportistas que rayaron a gran altura en Toronto, la generación de Dolores Moreira (vela) Mauricio Vieyto (beach volley), María Pía Lorenzoti (tenis de mesa), Francisco Calvelo (ecuestre), Constanza Barrandeguy y Cecilia Casarotti (hockey). En Nanjing, Dolores Moreira fue novena ganando la Medal Race en la clase Byte CII. Mauricio Vieyto compitió junto a Marco Cairús, hermano menor de Renzo -su compañero en Toronto-. Francisco Calvelo fue medallista de plata por equipos. Los seis, como la mayoría de los que hicieron experiencia en Toronto, tienen unos cuantos panamericanos por delante. Ni que decir que el porvenir de Dolores Moreira es inmenso, que la actuación de Las Charrúas ganándole por primera vez a Cuba fue extraordinaria, que Débora Rodríguez y Emiliano Lasa tampoco tienen techo y ya accedieron al podio panamericanco, pero voy a detenerme en una imagen de María Pía Lorenzotti, la primera representación uruguaya en tenis de mesa en la historia de los Juegos Panamericanos.

Deborah Rodríguez en el podio de los mejores con la medalla de bronce.

Deborah Rodríguez en el podio de los mejores con la medalla de bronce.

La vi en el video de la entrevista que le hizo Andrés Cottini luego de perder el único juego que perdió en la serie, ante la colombiana que fue oro en Odesur, el partido que le hubiese dado la posibilidad de evitar en octavos de final a la competidora estadounidense que hasta 2007 compitió por China, oro por equipos. Lorenzotti había perdido en el séptimo set, por apenas tres tantos ante la campeona Odesur y estaba inconsolable, seguía concentrada en el partido y leyendo los cruces, de una manera que me hizo recordar lo competitivo que es Luis Suárez en su actitud para el juego.

Ni qué decir del fútbol. La celeste sigue dando que hablar y saliendo campeona en ámbitos que por diversas lógicas deberían estarle vedados. Hubo una época muy lejana en que ganábamos en parte por el mismo motivo que actualmente en pelota (que dicho sea de paso obtuvo resultados de superación últimamente y si hubiese estado en los Panamericanos, hubiera obtenido muy probablemente tres o cuatro medallas más para Uruguay). Al fútbol lo jugaban en alto nivel competitivo unos pocos países. Ahora no hay juego más universal que el fútbol ni que reciba mayores inversiones en el mundo y, sin embargo, Uruguay ha sabido reflotar su principal deporte, hace décadas, luego de malos momentos y desde hace diez años, con el actual proceso de selecciones, la presencia celeste en las definiciones en todos los ámbitos es recurrente. Y somos campeones panamericanos con jugadores que cuando juegan bien en el Campeonato Uruguayo y decimos que juegan bien, algún comentarista nos acusa de vender humo. En Uruguay al fútbol se juega bien. Que guste o no guste es tema de otras columnas.

Emiliano Lasa festeja con la bandera al hombro (foto de EFE)

Emiliano Lasa festeja con la bandera al hombro (foto de EFE)

Se juega para ganar, por la propia superación, por subir al podio y a lo más alto y se llega, sin duda, porque, en forma masiva, se juega también por jugar. La difusión que han tenido otros deportes en Uruguay en estos días, les ampliará seguramente esa base masiva. Enhorabuena. La cantidad genera calidad y viceversa, se desarrollan recíprocamente, cuando se compite. Es fundamental para el deporte uruguayo no dejar de concurrir a todos los eventos que se presentan, planificando, optimizando inversiones (en Atletismo el Presidente de la Federación no concurrió para dejar una plaza disponible a otro entrenador), manteniendo y aumentando los apoyos oficiales (hubo un feo episodio de un comunicado de Antel al atletismo en medio de los juegos, anunciando el retiro de un patrocinio, anuncio que luego fue desmentido o rectificado, pero hizo notar lo importante que resultó lo aportado por Antel en tantos años: en la jerga de algunos políticos y economistas suele llamársele gasto a la auténtica inversión).

Y felizmente en diciembre se reinicia la construcción del Antel Arena.