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Le dieron “con un fierro” y devolvió una copa




"Perdimos tres puntos importantes, pero faltan cinco partidos y esto no se va a definir hasta el final", decía el entrenador carbonero Jorge Da Silva.


7 junio, 2013
Columnistas

Leí con gran atención, hace un tiempo,  una gran nota, justa, coherente, fiel a su estilo  que  luego de leída  se transformó en alegría. La misma era de Joselo Olascoaga y su título fue  “La salida de Jorge Da Silva” donde  escribía  sobre la situación difícil  de aquel momento del entrenador de Peñarol, y exponía antecedentes donde los presidentes influían, para el éxito,  en la continuidad de los conductores técnicos.

Un entrenador debe tener convicciones firmes, que a veces le salen bien y otras no; porque su pensamiento y acción están reflejadas en el campo de juego pero que son llevadas adelante por  los jugadores;  que son lo máximo del fútbol y los actores que interpretan “la partitura” del orientador.

Hacían “cola” para pegarle “con un fierro”, sacaban número porque eran muchos, y entonces tener un orden para “agarrar el fierro”. Se ordenaron; de mañana, de tarde, de noche y porque no alguna madrugada.

"Perdimos tres puntos importantes, pero faltan cinco partidos y esto no se va a definir hasta el final", decía el entrenador carbonero Jorge Da Silva.

“Perdimos tres puntos importantes, pero esto no se va a definir hasta el final”, decía el entrenador carbonero Jorge Da Silva.

Después del partido con Defensor Sporting en el Franzini , había que poner  para la “corona” porque era un difunto entrenador.

El mismo, o quizás más, fue el  caudal  de los ríos de tinta, las horas de radio, las infinitas imágenes de TV  para “condenar” su actuación sumado a  los silencios o murmullos de seguidores cuando la integración de Peñarol era finalizada  por los altavoces con el nombre de Jorge Da Silva.

AHORA se han transformado o mutado en elogios que algunos se comparan  a  cuando uno le pregunta  a su hijo pequeñito……..”¿Hasta  dónde  quieres a papá?”  y el niño responde: “¡hasta el cielo!”.

De la misma manera que muchas veces se les solicita a jugadores, dirigentes, árbitros o entrenadores que tengan autocritica; sería un acto de justicia que se pudiera aplicar en todos los espectros del futbol y que la coherencia reine. “Ni tan calvo ni con dos pelucas”.

El  lo debe recordar muy bien, el principio de su carrera de entrenador  cuando quien escribe esto mediante una de mis presidencias de A.U.D.E.F  se le entregó una llave para que pudiera recibir todos los aplausos que merece, gracias a su coherencia y firmeza  deportiva.

Le dieron “con un fierro” y el  con sus jugadores  transformaron ese metal,  en un Trofeo que le dio otro Titulo  al carbonero para  engalanar  sus vitrinas.

Sergio Cabrera y "Polilla" Da Silva en el abrazo emocionado del cuerpo técnico campeón.

Sergio Cabrera y “Polilla” Da Silva en el abrazo emocionado del cuerpo técnico campeón.