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¡¡ LOS OLVIDADOS DE LOS DIOSES !!





15 enero, 2018
Columnistas

Hebert Revetria. Columnista

Hay anécdotas que quedan inconclusas, o son también historias de las vidas de otras personas que las encuadramos en un relato con título.

Tal es así que uno va recordando momentos vividos y de pronto cuando uno cree haber escrito la historia, en su gran parte, me acuerdo de otro pasaje de mis “anécdotas”.

CALCUTA-INDIA

Me había concentrado tanto en mi narración sobre lo que más me había impactado, que deje detalles que para mí son importantes.

Estando en el hotel por la tardecita casi noche, sentimos gritos y eran uruguayos, ¡¡fuego, fuego!!, salimos como estábamos vestidos, algunos en calzoncillos, otros en short, sin zapatillas, solo con las medias, ¿dónde? ¿qué pasó? ¿porqué gritan así?, yo no veo nada.

Salí a la ventana y mira cómo se estaba quemando el mercado, al que  concurríamos diariamente, veíamos con tristeza la mercadería que se les hacía humo, los gritos de los comerciantes pidiendo ayuda, los llantos, los rezos a sus Dioses, Shiva, Kali, Krishna. Había leído sobre su religión, sabía de sus poderes de sanación, LA FE, en la cual ellos viven y predican, de sus mantras, pero ahí estaban, la lucha por su alimento diario, el subsistir a la pobreza día a día. Sinceramente viendo ese panorama y con los coches de bomberos, tratando pero no pudiendo apagar el fuego, era triste y anticipando el final sin ser vidente.

Estábamos por el costado de la entrada principal, algunas habitaciones daban también al costado del mismo. Entramos a una y vimos las llamas enormes, el calor del fuego nos impactaba en los rostros, se sentía por todo el cuerpo, entramos rápidamente sin saber que hacer por el temor que pudiera cruzar la calle y tomara el hotel con sus enormes cortinados y fuera la chispa que nos faltaba, miro para el baño porque sentía agua y veo al doctor con la tina llena hasta arriba metido como si fuera a tomar un baño, ¡¡doctor hay fuego vámonos, salgamos del hotel!!, ¡¡no tranquilo, acá estoy a salvo!! Todos nos miramos sin responderle.

Al otro día y con la luz solar, observábamos la destrucción total de la construcción y lógicamente toda la mercadería, tendrían que empezar de cero.

Ellos lo saben mejor que nosotros, cada día es un regalo de sus Dioses KRISHNA, de Shiva, también conocido por Destructor, El equilibra la vida y la muerte, para que alguien nazca otro tiene que morir, cada alimento lo agradecen con ambas manos juntas al frente y se inclinan haciendo una reverencia.

La humildad de las personas, ¿sería también su resignación?, pienso como occidental, me costaba resignarme, agachar la cabeza, juntar las manos, hasta había aprendido a dar las gracias en idioma Hindú (lenguaje hindi).

Teníamos junto a la delegación un attache, que estaba todo el día con nosotros, siempre nos acompañaba y traducía todo lo que le pedíamos al inglés, tanto fue la vinculación que nos invitó a almorzar a su casa, al llegar, tuvimos que sacarnos los zapatos o calzados deportivos y dejarlos en la puerta de entrada. Luego pasamos a una sala muy modesta y pequeña, con una mesa ratona con todos los alimentos que nos había hecho para agasajarnos, nos arrodillamos, porque tampoco tenía sillas, estaba un dulce de membrillo y un corte de queso que nosotros le habíamos regalado por su simpatía y disposición durante la estadía.

Cuando nos fuimos a servir alguien me comentó que teníamos que comer con la mano derecha porque la mano izquierda es para higienizarse. Con la izquierda se limpian el ano después de defecar, es una mano impura. Me hice flor de lío, había muchos platos chicos con diferentes gustos, parecía curry, nunca supe, puse  mi mano siniestra debajo de mi pierna y no la movía por si involuntariamente metía la pata, jajaja fue una cena sufrida porque no había cubiertos, y cuando me llevaba algo para probarlo con los dedos se me volcaba más de la mitad, parecía un bebé.

Indira Gandhi, con el balón entre sus manos en la inauguración del torneo.

EL GRAN RÍO GANGES

Teníamos mucho tiempo libre ya que entre partidos había días de descanso suficiente para conocer la ciudad, mi próximo destino era el gran Rio Ganges.

Así que fuimos a conocerlo, al llegar me sorprendió la cantidad de personas sentadas en escalones como haciendo fila o esperar su turno, estaba en lo correcto, cada vez que una persona salía otra entraba, los observé tratando de comprender todo, siempre fui muy observador, veo algo y enseguida mi mente capta lo más importante, el detalle que lo identifique, la belleza de un paisaje, me hago siempre el distraído pero son como fotos que guardo para siempre en mi memoria.

Vi el río más contaminado del mundo, flotando cadáveres de ganado, mucha basura y la gente bañándose con jabón su cuerpo y también las ropas que usaban.

Hacen sus necesidades y toman de sus aguas para beber, el río es caudaloso y por el medio alcancé a ver como un cuerpo humano todo envuelto en nylon, podría ser también un animal, no supe, si me dijeron que a los que no pueden pagar, usan el rió como cementerio.

Nos fuimos a ver el palacio de la Reina Victoria que tenía cerca de 100 años, con grandes esculturas y cuadros de la época, muy lindo pero descuidado.

Lo mejor fue un hindú con un monito haciendo monadas para ganarse una propina.

Y lo último que podía encontrar lo encontramos, vimos caminar a una mujer alta y morocha, con vestidos indios nos grita “¡Peñarol?” nos dimos vuelta, “¡¡soy uruguaya!!”

URUGUAY NOMA’, era una hindú más, imposible darse cuenta, tenía hasta el punto rojo en el medio de la frente, la piel curtida por el sol, “¿qué haces acá, en el culo el mundo?” respondió “hace 3 meses que ando conociendo la India, y cuando me enteré que venía un equipo uruguayo me vine a Kolkata (Calcuta)”. Creo que venía de Bangladesh, contame “¿estás loca y andas sola?” “Sí, es maravilloso, estuve en retiro espiritual, con un monje una semana”, por lo que la observaba le pregunte “¿tenés hambre?”, “¡¡me muero de hambre!!”, “almorza con nosotros, te invitamos”, encantada me dijo, “de paso, me seguís contando tu viaje, es místico”.

“Lo más importante es la espiritualidad” “¿Hebert?”, “¡SI!”. Es el ambiente que hay en toda la India, mientras comía sus milanesas, recordando su sabor con placer.

Ella vivía en Rivera y Ponce con sus padres, no recuerdo su nombre, creo que jugando por Peñarol, llamó un día para agradecernos.

“CIUDAD DE LA ALEGRÍA”, “KOLKATA”, CALCUTA, MADRE TERESA DE CALCUTA, ESPIRITUALIDAD, RESIGNACIÓN, HAMBRE, MISERIA, ¡¡LOS OLVIDADOS DE LOS DIOSES!!


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