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NO TODO EN CONTRA




Agustín Canobbio y Rodrígo Amaral con todo por controlar la pelota.


12 mayo, 2019
Columnistas

Jorge Crosa: Columnista

Y así fue, nomás.

En contra los goles, (Rodríguez 40′ Nacional 1-0) y Corujo 45′ Peñarol 1-1).

Mal juego, ausencia de categoría ( de los dos equipos, claro ) agregando que puede tener un toque de ánimo para Nacional al jugar con diez, todo el segundo período, por error de Bergessio, aún cuando, el arbitraje de Ostojich, no fue correcto, pudo hacerlo mejor y no supo controlar un momento difícil, además de tener dificultades notorias de apreciación, en faltas duras, Canobbio, por ejemplo, Gargano, en fin, errores que se fueron sumando y no ayudaron al desarrollo normal del clásico.

Ocho amarillas,dan la pauta del descontrol.

Clásico con la emoción para Peñarol que, con una ventaja clave, la expulsión,  nada menos que del goleador tricolor, Bergessio, no supo qué hacer.

Igualmente, se equivocó al no tomar decisión, en segunda instancia a Gargano, de partido demasiado fuerte y sólo le presentó la amarilla a los 49′ minutos.

Pero no pasó tanto por el mal arbitraje de Ostojich el asunto.

Peñarol, con todo a favor, no encontró el juego asociado en ningún momento, los laterales carecieron de acción, los cambios no dieron resultado ( Estoyanoff, Rodríguez y Pereira) no modificaron el movimiento del grupo. Faltó coordinación.

Nacional, en cambio, con su mejor exponente, Luis Mejía, está dicho casi todo, además del empeño colectivo, sin ningún destaque personal, soportó el segundo tiempo, con fuerza y mantuvo un empate, lógico porque lo trabajó el técnico correctamente y a su vez, no permitió armar al aurinegro durante el segundo período con una ventaja importante, el goleador tricolor afuera y el tema motivacional de jugar el primer clásico de la era, en el Campeón del Siglo, cosa que había suscitado una gran incógnita, no por los jugadores, que tuvieron incidentes, es cierto, pero era más la preocupación por la seguridad de la gente.

¿El espectáculo? Regular, con varios puntos hacia abajo, sin llegar a cero, pero dos puntos en diez, en lo que se refiere a calidad y buen juego.

Por consiguiente, escribiendo ésto sin saber aún, si pasó algo malo a  la salida, esperemos que no, nos referimos a las hinchadas, se nos fue el debut clásico en la casa de Peñarol, cosa impensada, pero, para nosotros, correcta, porque, en algún momento había que cambiar el sistema del miedo, como dijimos en nuestro editorial anterior.

No se puede ser “rehén del miedo” y tener a los grandes con muy buenos estadios y no jugar los clásicos “por si acaso”.

Se  jugó mal, es cierto, pero el comportamiento de la gente, teniendo en cuenta la seguridad instalada, fue altamente aceptable.

Peñarol sigue líder y ya está el campeonato casi en el rancho. Nacional queda lejos, igual que antes de entrar y aquí … ha pasado poco, poquito y nada.

¿Se podía jugar en casa del rival eterno? Se podía. Y allí apoyamos a Barrera.

Lo mismo que haremos con Decurnex que recibirá a Peñarol en el Gran Parque Central.

Es tiempo que la seguridad supere al temor. Y en eso están los grandes.

¿Del partido? Ya lo abreviamos, poco, poquito y casi nada.

Fuerza desmedida, descontrol, escasa calidad y modestísima entrega técnica.

De allí que Peñarol, por ejemplo, haya quedado afuera de otro torneo continental.

Esperemos que no suceda lo mismo con Nacional, que va mejor en la carrera.

Uno a uno.

Y aquí no ha pasado nada o mucho, según el sector que se mire.

Faltaba indicar que los ingresos en Nacional, Kevin Ramírez, Sebastián Fernández y Octavio Rivero, no pudieron modificar la acción, teniendo en cuenta la ausencia de Bergessio a los 45′.

Pasó el clásico. Empate. Un tumulto chico, dos goles en contra, mal juego y para destacar, disculpe pero nada de fútbol, sino del comportamiento del aficionado en el debut del sistema, “voy a tu casa, tratame bien, que te espero en la mía, como corresponde”.

Por ello, “no todo en contra”.

Los dos goles, sí, pero la experiencia resultó positiva y cuando algo está bien, hay que destacarlo como se debe.