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“Romario” Acuña, goleador del Apertura, no baja de 11 goles por torneo y se lo disputan para el Clausura




Héctor "Romario" Acuña, goleador del Apertura.


18 diciembre, 2013
Fútbol Uruguayo Primera

Héctor Acuña nació en el Cerro, cerca de la playa. Vivió catorce años en Cerro Norte. En el baby de Cerromar, donde jugó siete años, le llamaban Pelé, pero su ídolo era Romario: “fue mi espejo, era el jugador que más me gustaba ver y lo imitaba en todo. No marcaba mucho, pero tenía una calidad para definir rápido impresionante, me gustaba cómo definía él, con todos los recursos; sobre todo, miraba mucho cómo Romario atacaba la pelota de cabeza…

Héctor "Romario" Acuña, goleador del Apertura.

Héctor “Romario” Acuña, goleador del Apertura.

-¿Y cuándo empezaron a llamarte por su nombre?

En la cuarta de Rampla, un compañero de equipo, Andrés González, que sabía cómo yo admiraba a Romario y como a veces me salía alguna cosa del brasilero, empezó a llamarme “Romarito” y “Romario” y así quedó. Andrés ahora está en la Coca Cola, trabaja con los camiones. De vez en cuando me lo cruzo en la calle, porque vivimos cerca (en Jacinto Vera), él anda repartiendo, yo salgo a hacer mandados… nos reímos de que ahora todo el mundo me reconoce por Romario.

SOLIDARIO CON EL EQUIPO, CONTRACCIÓN AL TRABAJO FÍSICO

Héctor “Romario” Acuña fue goleador del Apertura con once goles, vino a reiterar la marca del anterior torneo que jugó en Uruguay, en El Tanque Sisley, en el Apertura 2012. Este año en Cerro, donde lo conocen desde niño -por Cerromar donde fue compañero de generación en baby fútbol, de Jorge Bava (“era el arquero de mi categoría) , del Rafa Cotelo, de Denis Elías (“que jugaba conmigo arriba, de 9), entre los más conocidos (“fui a Cerromar por una familia amiga de mi papá, Teresa y José, de Cerro Norte, barrio 19 de abril, donde vivíamos; me veían jugar en el campito y empezaron a llevarme a entrenar todos los días“).

Jugó en Rampla Juniors, Rentistas, Liverpool, Racing, Miramar Misiones, Cerrito, El Tanque Sisley, Santiago Morning de Chile, Dorados de México, Maratón de Honduras, Gimnasia y Esgrima de La Plata de Argentina. Ahora en Cerro volvió a su barrio; tiene contrato con Cerro, pero su representante tiene ofertas de otros clubes que lo codician. Su característica de goleador muy solidario con el juego del equipo es valorada por los técnicos.

En el Primero de Rampla, tenía de entrenador a Héctor Tuja (que fue arquero) y él siempre me decía que la primera marca es la del delantero y que además es la más efectiva porque estamos cerca del arco y más próximos a hacer un gol. Me quedó grabado y de ahí siempre traté de ayudar al equipo, de hacer las cosas bien para ayudar a los compañeros.

Otra característica a resaltar de Romario Acuña es su condición física de alto rendimiento. Quedó para la anécdota que cuando fue a probarse en la preséptima de Rampla Juniors, tuvo que esperar seis meses para entrar porque “elegían primero a los más altos y yo en esa época, estirado y todo, era una mojarra“.

Finalizado el Apertura 2012, en el que no llegó a goleador máximo como en éste con Cerro, pero también convirtió once goles, habiendo anotado el gol más tempranero del Torneo, antes del minuto y también el último, cerrando la gran campaña que llevó a El Tanque a la Copa, con un gol a los 90′, escribí un apunte de humor que tiene la misma vigencia que entonces por las actuaciones de Héctor Acuña:

Cerro gritó los goles de "Romario" en el Apertura.

Cerro gritó los goles de “Romario” en el Apertura.

EL HERMANO DE ROMARIO

–¿El fútbol de ahora es mejor que el antes? –le preguntaron a Obdulio Varela en una de las últimas entrevistas que le hicieron.

–Era mucho mejor el de antes –dijo, con tanta categoría y contundencia que al periodista apenas le quedó aire para preguntar.

–¿Por qué?

–Porque yo era más joven –contestó Obdulio.

En la comparación con quienes lo antecedieron, la desventaja del jugador actual es que solo una generación no era más joven cuando jugaban aquellos. Pero si este jugador tiene además el mismo nombre de un crack reciente, la desventaja en la comparación es aún mayor. Algunas camisetas pesan, dicen, y tanto es así que en la AFA se había planteado en un momento eliminar el número 10 de la camiseta argentina. Algunos nombres también.

Pero para que la comparación exista tienen que jugar juntos o al menos en la misma Liga. Si esto no ocurre se reproduce el famoso mito del hermano que jugaba mejor que el crack pero se lesionó, se dio a la bebida, prefería los libros o desdeñaba la fama.

Pasó con los hermanos de Maradona. Por eso Diego quiso terminar su carrera de futbolista jugando en Boca Juniors, compartiendo la delantera con su hermano Lalo. ¿Porque es hincha de Boca? Sí. ¿Porque prefería vivir en Argentina? También. Pero además porque uno de los mitos más fuertes en esta parte del mundo es precisamente el del hermano mejor que no pudo llegar. Preguntale a cualquier veterano y te va a decir que Schiaffino tenía un hermano que jugaba mejor que él, pero no pudo llegar por un problema de lesión. Y esto debe ser lo más cercano a la verdad de todo el mito.

–Raúl, el Toto, jugaba mejor que el Pepe. Te lo digo yo que jugaba en la calle con ellos. ¡Si vivían a la vuelta de mi casa!

Es incuestionable que ambos Schiaffino fueron verdaderos fenómenos, muy distintos en su juego. Pero existe el regodeo en el mito, que superó sus marcas la noche que escuchamos a Pelé, “O Rei”, confesar que tiene un hermano que jugaba mejor que él, pero… se dedicó a la medicina.

El que se salva es Gardel, porque según unos era huérfano y según otros, hijo único.

Maradona quería volver a jugar en Boca y que los xeneises contratasen a su hermano Lalo, para que jugasen los Maradona juntos. ¿por amor fraternal? ¡Macanas! No quería que después, cualquier nacido en Villa Fiorito anduviera diciendo por ahí que el que la gastaba era el Lalo, que a Diego se la pasaba por el jopo.

Ahora, el caso de nuestro Romario es aún más meritorio, porque él ni siquiera es hermano del crack brasileño. Le pusieron el nombre por el parecido de su juego y para estar a la altura de las exigencias, Héctor Acuña tenía que hacer lo que hizo en este Apertura, ser “la sensación” de “la gran sorpresa”, el que “con menos logró más” en este Torneo.

Podemos decir, tranquilamente, que Romario tiene un hermano en Montevideo que está jugando a la par de él y, para desmitificar, tienen que llevarlo a la liga carioca.

Vos dirás que le di muchas vueltas al asunto. ¡Porque no sabés las que le da mi hermano!

¡Salud, Roma, felices fiestas!

Héctor "Romario" Acuña, goleador empedernido.

Héctor “Romario” Acuña, goleador empedernido.


Etiquetas: Cerro