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Segundo tiempo: Final previsible




Paulinho, el goleador brasileño, dedica el segundo tanto al banco.


23 marzo, 2017
Sin Categoría

Paulinho, el goleador brasileño, dedica el segundo tanto al banco.

Paulinho, el goleador brasileño, dedica su segundo tanto personal al banco visitante.

Escribe Atilio Garrido / Fotografía Fernando González

Sin cambios en los dos equipos comenzó la segunda etapa. En las dos primeras jugadas de ataque uruguayo, se advirtió una clara disposición del juez Loustau de proteger a Brasil. Cobró dos infracciones inexistentes cuando los orientales quedaban en posición de la pelota para continuar los avances. En una tercera acción, donde chocaron Marcelo y Sánchez, yéndose la pelota afuera, el referi sancionó el tercer fallo favorable a Brasil. Cobró foul a favor de la visita.

De esa infracción mal sancionada nació otro avance penetrante e imparable de Neymar, así como una nueva debilidad defensiva de Uruguay por el sector izquierdo. La estrella de Brasil superó a Maximiliano Pereira y le cometió infracción Coates. El remate de Neymar obligó a una nueva gran intervención de Martín Silva, quién con los puños envió la pelota al lateral. De la reposición nació el segundo gol de Brasil. El esférico derivó hacia la zona derecha, controló Firmino en la boca del área, superó a Coates y remató al arco. Tapó muy bien Martín Silva, cedió rebote que recogió en diagonal Paulinho, sin que Godín pudiera controlarlo.

En desventaja, Uruguay salió en búsqueda de la igualdad a punta de corazón más que de capacidad futbolística. El árbitro reiteró su predisposición para favorecer a Brasil –cobró dos posiciones adelantadas inexistentes-, en tanto no tuvo más remedio que sancionar dos muy claras infracciones de Marcelo y Dani Álvez, exhibiendo la tarjeta amarilla para los dos. La primera sobre la derecha y la segunda a la izquierda del ataque. Ambas fueron ejecutadas por Cavani. En gran forma la segunda que exigió una tapada de Alison desviando al córner. Del tiro de esquina se generó otra acción de peligro, cabeceando Cristian Rodríguez al arco desde corta distancia. Minutos antes Cristian Stuani ingresó por Diego Rolan.

La desesperación por el contraste llevó a que el capitán Godín se mostrara muy nervioso. Pasó a jugar en el medio campo, reclamó en forma vehemente ante un nuevo error del juez Loustou ganándose la tarjeta amarilla, mientras Brasil acrecentó su juego defensivo pasando a armar línea de seis defensas en el fondo. Se soltaba rápido en los contragolpes, con un abanderado de lujo. Un Neymar imparable, verdadera pesadilla para Maximiliarno Pereira que no lo pudo parar en toda la noche, generó dos jugadas de nuevo peligro. Una de ellas cortada por Coates con una dura infracción. La tercera fue la vencida. Neymar corrió una pelota larga, se cuerpeó con Coates a quién desplazó -¿dónde estaba Maximiliano Pereira?- y definió en gran forma por encima de Martín Silva. El 3:0 concluyente tenía explicación. Un Neymar excepcional contó con las facilidades que le otorgó el sector defensivo izquierdo de Uruguay.

Minutos más tarde, cuando Uruguay perdió todo el orden y la prolijidad necesaria para intentar revertir un marcador amplio en su contra, el técnico envió a la cancha a Abel Hernández por Carlos Sánchez. Un cambio inoportuno que debilitó el medio campo, cuando lo que requería la oportunidad  era un elemento veloz por los extremos y el fortalecimiento de la zona defensiva izquierda. Tite, el técnico de Brasil, mandó al terreno a William en lugar de P. Coutinho y luego a Diego Souza por Firmino. El partido estaba liquidado desde que Neymar lo cerró con su golazo. Sin embargo, le quedó tiempo a Brasil para llegar a la cuarta conquista. Jugada por la derecha en la salida de un córner, recogió Dani Alvez quién elevó un centro perfecto al punto de penal donde llegó vacío y sin marcha Paulinho para empujar la pelota con el pecho y marcar el su tercer gol del partido. Un final inexorable y previsible, como consecuencia de la reiteración de errores defensivos, como pocas veces ha cometido este equipo dirigido por Oscar Tabárez.

URUGUAY 1:4 BRASIL

Cancha: Estadio Centenario. Público: 55.000 personas.

Juez: Patricio Loustau. Líneas: Diego Bonfa y Gustavo Rossi. Cuarto árbitro: Fernando Rapallini (Cuarteta de Argentina).

URUGUAY: Martín Silva, Maximiliano Pereira, Sebastián Coates, Diego Godín, Gastón Silva, Carlos Sánchez (76′ Abel Hernández), Egidio Arévalo Ríos, Matías Vecino, Cristian Rodríguez, Edinson Cavani y Diego Rolan (57′ Cristhian Stuani). Director técnico: Oscar Tabárez. Suplentes: Martín Campaña, Esteban Conde, Mathías Corujo, José María Giménez,  Jorge Fucile, Diego Laxalt, Alvaro González, Nicolás Lodeiro, Jonathan Urretaviscaya y Giorgian De Arrascaeta.

BRASIL: Allison Becker,  Dani Alves, Miranda, Marquinhos, Marcelo, Casemiro, Paulinho, Renato Augusto (81′ Fernandinho), Philippe Coutinho (85′ Willian), Neymar y Roberto Firmino (88′ Diego Souza). Director técnico: Tite. Suplentes: Weverton, Ederson, Gil, Filipe Luis, Dudú, Thiago Silva, Giuliano, Diego y Fagner.

GOLES: 9′ Edinson Cavani (U) de penal, 18′ Paulinho (B), 52′ Paulinho (B), 74′ Neymar (B), 90′ Paulinho (B).

Tarjetas amarillas: 34′ Maximiliano Pereira (U), 44′ Casemiro (B), 56′ Marcelo (B), 60′ Dani Alves (B), 64′ Diego Godín (U), 70′ Sebastián Coates (U).