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Spencer, Linazza y Pedra, comprados por Peñarol, desataron una guerra política




La delantera de Peñarol en el partido ante Nacional del 20 de marzo de 1960, final del Campeonato Uruguayo de 1959 donde ambos empataron en el primer lugar. Cubilla, LInazza, Hohberg, Spencer y Borges también eran fenómenos, pero quienes no los veían en vivo no podían disfrutarlos.


4 marzo, 2014
Pelota al medio

Peñarol y Nacional culminaron igualados en el primer lugar de la tabla de posiciones del Campeonato Uruguayo de 1959. La final no se pudo jugar inmediatamente porque la AUF comprometió la participación de Uruguay en el Campeonato Sudamericano Extra de Guayaquil, de diciembre de 1959, para inaugurar el Estadio Modelo. En Ecuador debutó Spencer, dirigido por el uruguayo mundialista de Maracaná, Juan López. Para la final se desató una guerra política por la inclusión en Peñarol de tres jugadores que adquirió expresamente para la final.

La línea delantera de Peñarol en el partido ante Nacional del 20 de marzo de 1960, final del Campeonato Uruguayo de 1959 donde ambos empataron en el primer lugar. Cubilla, LInazza, Hohberg, Spencer y Borges.

La línea delantera de Peñarol en el partido ante Nacional del 20 de marzo de 1960, final del Campeonato Uruguayo de 1959 donde ambos empataron en el primer lugar. Cubilla, LInazza, Hohberg, Spencer y Borges.

NOTA 7 – Escribe: Atilio Garrido

El “Tri” y la amenaza del segundo Quinquenio de Oro de Nacional, originaron una inusual lucha electoral en Peñarol en enero de 1958. Con cinco listas en pugna triunfó la renovación liderada por el joven Cr. Gastón Guelfi y el veterano Fernando Parrabere para la presidencia y vice. El nuevo conductor del club, propietario de una conocida casa de electrodomésticos en la entonces calle Agraciada, tomó la conducción y encaró la elección del director técnico. Escogió a Hugo Bagnulo no sólo por su actuación con Uruguay en el Sudamericano de 1956, sino también por la actividad muy buena desplegada como entrenador de Danubio primero y Defensor después. Sin embargo “al Hugo” le costó agarrarle la mano a Peñarol. No encontraba el equipo titular y, para peor, dudaba entre confirmar al brasileño Salvador como centre-half, toda técnica y calidad o inclinarse por el joven Néstor Goncalvez, jugador temperamental e influyente.

En el ataque Carlos Borges fue titular indiscutido jugando indistintamente como puntero derecho o  izquierdo, la misma posición del mundial de 1954.Los resultados no fueron buenos. El Campeonato Uruguayo fue cabeza a cabeza entre los dos “grandes”. Al final, Bagnulo apeló a un equipo que nunca había actuado junto antes, subiendo a varios juveniles. Armó la línea delantera con Coccinello, Hein, Hohberg, Roberto García y Borges. Tres juveniles y dos consagrados. Ese ataque ganó a Danubio en Jardines del Hipodromo, triunfó de atrás en el clásico ante Nacional y empató con Defensor en la última fecha consiguiendo el título de Campeón Uruguayo quebrando la cuarta consagración consecutiva delos albos y la llegada a la antesala del Quinquenio de Oro.

 NACIONAL DESCUENTA GRAN VENTAJA E IGUALAN EN EL PRIMER PUESTO CON PEÑAROL EN 1959

Como resultaba lógico Hugo Bagnulo fue confirmado como director técnico de Peñarol en 1959. Nacional dejó de lado el fracaso y mantuvo a Ondino Viera .En este año los aurinegros sacaron una ventaja enorme en la tabla de posiciones del Campeonato Uruguayo. Llegaron a festejar faltando seis fechas para el final del certamen, la conquista del título. Sin embargo la enorme ventaja de puntos se fue escurriendo como agua entre los dedos. Carlos Borges en esta ocasión fue titular indiscutido siempre de puntero izquierdo. Al igual que el año anterior Bagnulo promovió varios juveniles (Araújo, Griecco y Moscarelli, alternando con el terceto del año anterior: Coccinello, Hein y Roberto García).

El clásico de la última fecha definía el título. Con el empate Peñarol mantenía los dos puntos de diferencia sobre Nacional y en la última fecha con un triunfo ante el equipo chico conseguía el “Bi”. Sin embargo, nada menos que Walter Gómez marcó el único gol en el clásico. Nacional igualó la línea de Peñarol en el primer lugar, confirmándose la igualdad al vencer los dos clubes en la última fecha del Campeonato Uruguayo.

La puja entre los “grandes” despertó por la fijación del partido decisivo. Nacional que descontó una notable diferencia de puntos buscó por todas las formas que la final se jugara inmediatamente al finalizar noviembre de 1959. Pero la AUF estaba comprometida a participar en el Campeonato Sudamericano Extraordinario de Guayaquil a partir del 5 de diciembre, lo que hacía imposible la fijación de la final en forma inmediata, por falta de fechas. La postergación benefició a Peñarol club que durante seis meses hostilizó a la Comisión de Selección llevando la voz cantante el delegado Washington Cataldi. Finalmente los aurinegros –una vez más-, negaron el concurso de sus jugadores al combinado. Dirigidos por Juan Carlos Corazo –el abuelo de Diego Forlán y suegro de Pablo-, con un equipo cuya base la formaron los jugadores de Nacional, Uruguay retornó de Guayaquil con el título de Campeón en calidad de invicto, ganando el certamen con anticipación debido al enorme “goal-average” de que disponía.

 SPENCER, LINAZZA Y PEDRA LLEGAN A PEÑAROL PARA LA FINAL EN ¿FORMA ANTIRREGLAMENTARIA?

¿Alguien podía pensar que Nacional perdería la final del Campeonato Uruguayo que se fijó para el 20 de marzo, a la vista de los antecedentes inmediatos? Igualó la posición de Peñarol al tope de la tabla ganando el clásico; la base de su equipo era la de la Selección de Uruguay Campeón Sudamericano en Guayaquil y contaba con Ondino Viera como timonel sereno. Los aurinegros, en cambio, se sumieron en el caos. En los primeros días de enero, mediante una estrategia de Washington Cataldi para salvar su pellejo como Delegado ante la AUF, donde perdió la guerra política con Nacional, lanzó un ataque contra el técnico Bagnulo quién presentó renuncia. Retornó al país para dirigir a Peñarol el experimentado Roberto Scarone quien recomendó al argentino Carlos Linazza, en tanto el mismo Presidente Cr. Guelfi viajó a Ecuador para contratar a Alberto Spencer.

Estas decisiones de ambas compras, a las que se sumó Guillermlo Pedra, No. 10 de Liverpool, desataron una batalla política. Nacional sostenía -como era lógico-, que en la final de la temporada 1959 no podían incluirse nuevos jugadores a la nómina donde figuraban los que reglamentariamente teníancontrato hasta el comienzo de la segunda rueda del torneo. La situación de Pedra resultaba un símbolo. Con su juego notable ayudó a que Liverpool no descendiera y en la final podía contribuir a que Peñarol se consagrara campeón.

Sin embargo los aurinegros con el Cr. Guelfi al frente y con una estrategia que incluyó al Partido Colorado gobernante donde la figura de Luis Tróccoli -Presidente de Cerro- resultó decisiva, logró los siete votos que le otorgaron la mayoría habilitando a jugar a los tres futbolistas. Aunque aquel 20 de marzo de 1960 sólo actuaron Spencer y Linazza, la validez jurídica de la decisión cuestionada, permitió que Peñarol ganara 2:0 a Nacional consagrándose Campeón Uruguayo de 1959. A los aurinegros le costó mucho llegar al triunfo, teniendo en cuenta que Nacional jugó todo el segundo tiempo con Walter Gómez en inferioridad física. Recuerdo una vez más que en aquel tiempo no se permitían los cambios. El primer gol lo hizo Cubilla a los 78’ desatándose una gresca tremenda que culminó con ocho expulsados: cuatro por cada lado. El “Lucho” participó activamente en la pelea culminando con su cara completamente ensangrentada –según registran las fotos de los diarios- siendo expulsado. Algunos lo acusaron de promotor de los incidentes, festejando el tanto de Cubilla en forma desmedida. A poco del final, de tiro penal el argentino Linazza puso el 2:0 definitivo.

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Etiquetas: Carlos Borges Peñarol