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Mathías Sosa y Cristian Lemes en su llegada a Carrasco


30 julio, 2015
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Mathías Sosa y Cristian Lemes en su llegada a Carrasco

Mathías Sosa y Cristian Lemes en su llegada a Carrasco

 

El handball uruguayo dejó su huella en los Juegos Panamericanos de Toronto. A la medalla de bronce y el cuarto puesto logrados en femenino y masculino respectivamente, debemos sumar la destacada actuación de la dupla arbitral integrada por Mathías Sosa y Cristian Lemes.

Pitando juntos desde 2009, Cristian y Mathías trabajan, en el ámbito local, en las ligas ACB, Universitaria y Federación, entre otras. En lo que va del año participaron de tres instancias internacionales: torneo junior masculino en Foz de Iguazú (Brasil), Panamericano de handball en Cuba y los recientes Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá.

El papel llevado a cabo en Toronto (arbitraron en nueve encuentros y tuvieron devoluciones favorables en la mayoría de ellos) los dejó a un paso de lograr la categoría de árbitros internacionales. De este y otros temas dialogamos tras su retorno al país.

Entrevista con Mathías Sosa:

¿Qué sintieron al ser nominados para arbitrar la final del Panamericano en la rama femenina?

–  Fue una mezcla de sentimientos, pero la alegría vino después del partido; antes fueron presión, ansiedad, nerviosismo y otras cosas que no se pueden explicar.

No sabíamos que íbamos a arbitrar la final hasta que un día llegamos al hotel y nos enteramos de casualidad, cuando en la puerta nos felicitó la pareja internacional de Dinamarca. Después vino todo el mundo a saludarnos y felicitarnos. Si bien uno se imagina que el partido puede tocar, la verdad que no lo esperábamos, porque había muchas parejas de experiencia en el torneo. Fue una alegría grande.

¿Cómo calmaban tanta ansiedad?

– Nos separamos; Cristian se fue al cuarto y yo me quedé abajo, cada uno meditando. Después, una hora y media antes de empezar el partido dormí en el piso del vestuario, mientras Cristian se fue a una esquina del gimnasio a tomar mate, solo. Esa fue la manera de calmar la ansiedad.

¿Cómo fue el trámite del partido?

– En realidad todo lo que planificamos para ese partido no nos sirvió para nada. En base a experiencias anteriores creíamos que Brasil era muy superior -es el actual campeón del mundo- y Argentina no había hecho un torneo tan bueno como para pelearlo. Nos planteamos un partido imaginando a Brasil desde el principio arriba y se dio todo lo contrario, comenzó Argentina siendo superior física y mentalmente, así que nos tuvimos que ir adaptando con el paso de los minutos.

¿Qué les dijeron después del partido?

– Más que nada fueron felicitaciones, porque era la primera final a nivel de Juegos Panamericanos para nosotros. Fueron momentos de mucha alegría y mucha emoción.

¿Cuál es el balance sobre su desempeño?

– La verdad que nos fue muy bien en el torneo, aunque, obviamente, hay cosas por mejorar. Esto fue una responsabilidad inmensa, porque ahora no se puede bajar el nivel en los próximos torneos.

¿Cómo influye en su carrera este torneo?

– Influye positivamente. Nosotros estamos en una carrera hacia la categoría internacional, porque hoy somos árbitros a nivel panamericano. Nos ven muchos jefes, las devoluciones que les hacen a los integrantes de la federación internacional son buenas, lo que también nos carga de responsabilidad.

¿Cuál sería el próximo paso para lograr la categoría internacional?

– Nosotros tenemos la meta fijada en marzo o abril de 2016, fecha en que se va a desarrollar un GRTP (posiblemente en Brasil), que es un curso que se da para recibir parejas a nivel internacional. Apuntamos a mantener el nivel del Panamericano y así poder recibirnos.

¿Cómo vivieron la participación de las selecciones masculina y femenina?

– Uruguay fue la revelación en handball en las dos ramas, así como ocurrió en la parte arbitral con nosotros. Las repercusiones se sintieron; por ejemplo, los planteles de Brasil y Argentina vinieron a saludar a las chicas de la selección, que hicieron historia al ganarle por primera vez a Cuba y terminaron llevándose el bronce, algo que es sumamente importante.

 

Entrevista con Cristian Lemes:

¿Qué partido del Panamericano te resultó más complicado y cuál disfrutaste más?

Para mí todos fueron difíciles porque cada partido definía algo, tanto en varones como en damas; por eso había que estar al cien por ciento en todos los encuentros. El que más disfruté fue la final del femenino, fue algo increíble, porque fue nuestro debut en juegos Panamericanos y pitar ese partido fue culminar un torneo inolvidable.

 ¿Qué opinas del nivel del arbitraje uruguayo en  relación a jueces de otros países?

En mi opinión hoy no tenemos nada que envidiarle a ninguna pareja de América; se está trabajando duro para mantener una línea que hoy nos pone donde estamos, tanto a nivel arbitral como a nivel de selecciones. Hay nuevos métodos de trabajo donde uno, por lo menos dos veces al año, tiene cursos de actualización.

¿Cómo ves al handball uruguayo a nivel internacional? ¿Ha habido una mejora?

Como te dije, creo que el handball uruguayo está en crecimiento, es más competitivo y los chicos lo demostraron en ambas ramas ganando partidos muy duros, haciéndoles partido a todos los países. Es el camino a seguir y creo que de acá en más va a ser cada vez mejor, tanto a nivel de jugadores como de árbitros.

 ¿Cómo se prepara un árbitro antes de un torneo tan importante como el de Toronto?

La preparación para cualquier torneo es muy importante. Nosotros siempre los afrontamos de la misma forma: meses de estudio y preparación física diaria son fundamentales, ya que en este deporte, donde día a día la intensidad de juego aumenta, el árbitro tiene que ser un atleta más para estar a la altura de cualquier partido.

¿Qué te dejó en lo personal tu participación en el Panamericano?

En lo personal mucha felicidad, fue una emoción enorme poder disfrutar de un torneo así, que es el más importante de América. Pitar la final fue algo increíble, lo disfruté como nunca. Un sueño sería representar a nuestro país en una copa del mundo, sería lo máximo, creo que lo disfrutaría de una manera única.

 

Foto: Graciela Gordalina

Por Álvaro Ruiz Díaz