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Leandro Sosa: el jugador de la etapa




En el Access Institute, el profesor Leandro Sosa, jugador de la etapa


27 abril, 2015
Fútbol Uruguayo Primera

Leandro Sosa fue el mejor jugador de la etapa, asegurando con su gol ante Juventud de Las Piedras, la punta en exclusiva para Danubio. Este año va por volver a escribir en el pizarrón, “Danubio Champion”. Además de volante o volante lateral, Leandro Sosa es profesor de inglés. Hoy, con veinticuatro años recién cumplidos, es ya un referente en el muy joven plantel de La Curva, por todo lo que hizo además de los goles en las tres finales con que Danubio salió Campeón el año pasado.

En el Access Institute, el profesor Leandro Sosa, jugador de la etapa

En el Access Institute, el profesor Leandro Sosa, jugador de la etapa

-Empecé en Danubio con el Rafa Perrone y Gerardo Paniza, en la escuelita. Hice un año y medio de escuelita para enseguida arrancar en séptima, con Gustavo Machaín, que me dejó cosas muy importantes, ganamos un mundialito en Bolivia que fue una experiencia muy linda. Luego tuve a Gerardo Rodríguez, también flor de técnico. Nos obligaba a jugar por abajo a la usanza de Danubio. Me sentí muy identificado con él, con la manera de jugar y después vinieron tiempos de turbulencias en Danubio, tuve seis meses un técnico, seis meses otro, tuve al Rata Dalto y a Alejandro Garay, después en tercera al Apo Yeladian y a Martínez y a Larrea. Subo a Primera en 2011 con el Pecho Sánchez. Debuté en un partido con Nacional en Jardines. Se lesionó el Negro Tais y entré. Era la época de Viudez, que estaba en un nivel tremendo y el Pecho me mandó: “seguí en todos lados a Viudez” y bueno, fue lo que hice. Íbamos perdiendo y por suerte lo pudimos empatar. Ahora han cambiado mucho las cosas, me siento muy bien, en un nivel muy bueno. Espero poder seguir mejorando y encuentro también al Club en una posición muy linda, primero a cinco fechas del Campeonato, pero también en lo personal estoy muy bien, consolidado en Primera División y capaz que además un referente a los 24 años por haber vivido lo del Campeonato pasado y en lo familiar también. Estoy comprometido. Hace diez años que tenemos una relación con mi señora, ya hace casi dos años que estamos conviviendo y la verdad que muy bien, mi vida profesional es muy buena, estoy tranquilo.

-¿Cómo fueron aquellas finales?

-Hasta el día de hoy lo recuerdo y se me eriza la piel. Para mí  fue increíble porque venía de no jugar mucho, de entrar en los segundos tiempos y haber jugado los tres partidos de la final completos, con la confianza que me dio tanto el técnico como los compañeros, y haber podido rendir con goles fue muy importante, pero soy consciente de que son cosas que no pasan todos los días y menos en un club como Danubio que tiene cuatro campeonatos uruguayos, entonces lo que se vive es realmente increíble.

El grito de gol

El grito de gol

-¿Danubio para vos?

-Danubio hoy por hoy es todo. Es el club que me abrió las puertas, me formó como jugador pero más me formó como persona. Me siento identificado con su gente, con sus funcionarios, gente de bien y la verdad que no conozco otra cosa que no sea Danubio. Yo podría decirte que soy hincha de Danubio, pero al tener la condición de jugador es difícil definirte como hincha. A Danubio lo voy a ver desde que llegué al club, a los 13 años. Me encantó Danubio, su forma de jugar, sus jugadores, su gente, todo y antes no seguía a ningún cuadro. Mi padre es de Racing pero no es pasional. También jugó al fútbol y no es pasional, entonces íbamos a ver a todo lo que había en la vuelta de acá, de Belvedere. Jugaba Liverpool, lo íbamos a ver, jugaba Bella Vista, íbamos a ver a Bella Vista. Wanderers, a Wanderers y así con todos los equipos de la zona.

Perspectivas…

-Lo que sueña todo jugador de fútbol. En algún momento dar un salto personal para bien, pero tampoco me quita el sueño. Todo a su tiempo y por ahora me preocupo de rendir fin de semana a fin de semana.

-¿De qué lugar de Belvedere sos? 

-Viví toda la vida en la calle Yupes y Victoria, entre Belvedere y Nuevo París y ahora estoy viviendo definidamente en Belvedere. Tengo mi familia, mis amigos, tengo todo acá.

"Mis espejos: Roberto Carlos y el Bola Lima"

“Mis espejos: Roberto Carlos y el Bola Lima”

-¿Y cómo llegaste a Danubio?

-Estuve en la escuelita de Bella Vista muy chico, dejé de ir, estuve en Nacional un tiempo, no me gustó mucho, opté por seguir en el Baby Fútbol, jugaba en el San Francisco de Asís. Un día me vieron jugar de Danubio un partido de baby fútbol y me llevaron. Gracias a Perrone y a Panizza fui y me gustó, me sentí muy halagado y me quedé ahí nomás, aunque tenía horas de ómnibus.

-Me dijeron que sos profesor de inglés…

-Hice la escuela en el San Francisco de Asís (por ende llegué al club de Baby San Francisco de Asís) y en la escuela empecé el inglés. Después fui al liceo 56 del Prado y terminé en el Bauzá, pero siempre seguí con el inglés, porque la profesora que tenía en la escuela abrió un instituto y seguí ahí, en el Access Institute y cada año que podía lo hacía. Fui terminando el profesorado y me ofrecieron dar clases. Tenían la política de dar oportunidad a los profesores jóvenes salidos de ahí y durante un año y medio di clases en el Access Institute, hasta que se me complicó mucho por los horarios de futbolista profesional y dejé de dar clases. Algunos días entrenamos por la mañana, otros por la tarde y yo no puedo asumir la responsabilidad de tener un grupo o dos de alumnos a mi cargo, cuando no sé si puedo ir, pero para mí fue muy valioso dar clases porque, además de la ayuda económica, me dio otro aire, otro entorno, otras personas que nada que ver con el fútbol y está bueno eso también.

-¿Espejos?

-Jugué mucho tiempo de lateral izquierdo en juveniles y en juveniles es cuando uno busca un espejo. Internacionalmente siempre fui de Roberto Carlos por la pegada, la velocidad, todo, hasta el número, el número 6 que yo peleo por él y después el Bola Lima. Yo arranqué en 2003-2004 e íbamos mucho a ver a aquel Danubio y el Bola para mí era lo más parecido a Roberto Carlos que había visto, en todo y obviamente que tenerlo de compañero, después, con el tiempo, fue una sensación muy linda.

Cada vez más los futbolistas necesitan (incluso les sirven para el fútbol y para el tercer tiempo) y realizan estudios académicos fuera del fútbol, pero no es frecuente que un jugador a los veinticuatro años sea Profesor. Leandro Sosa, el jugador de la etapa, volante Campeón de Danubio y Profe de Inglés.

Leandro Sosa: "Además de la ayuda económica, dar clases me dio otro aire, otro entorno, que también está bueno".

Leandro Sosa: “Además de la ayuda económica, dar clases me dio otro aire, otro entorno, que también está bueno”.