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El sinónimo




Les bajaron la bandera.


6 julio, 2012
Sin Categoría

“El fútbol es una energía, como la nuclear o la del sol”, definió Fontanarrosa genialmente, “es la dinámica de lo impensando” tituló Dante Panzeri especificando un poco más, pero ¿cuál es el sinónimo del fútbol?, tuve que preguntarme, al pensar qué nombre le pondría a esta columna.

Como la vida es sin fuera de juego, no necesita juez de línea que marque el off side.

¿El Gol? No. En algunos tiene otros nombres pero el gol es común a todos los juegos de pelota y vallas. El gol es el orgasmo -en una visión freudiana del fútbol, donde la penetración ocurre cada vez que un ataque supera a una defensa ajustándose a la regla determinante que distingue al fútbol de todos los otros juegos deportivos: la ley del orsai-.

Esta ley hace que en el fútbol cambien constantemente los límites efectivos del campo de juego (por eso han cambiado las figuras tácticas cada vez que la ley del orsai tuvo alguna variación), que tenga tanta importancia “la línea de la pelota” para ubicar al equipo y que leer los partidos sea parte decisiva de jugarlos, porque se puede “achicar” o “agrandar” la cancha donde se elige jugar. Los equipos tienden entonces a moverse en bloques, donde tanto vale atacar y defender como de qué forma se pasa de ataque a defensa y viceversa  y así –retomemos la mirada freudiana- la cópula entre los equipos se nos representa, involucrándonos, en un espectáculo con semejante intensidad y dinamismo.

Pero el fútbol es una energía (“como la nuclear o la del sol”) y es “la dinámica de lo impensado”, por algo más que la regla del fuera de juego, por algo que trasciende cualquier característica del juego en sí mismo una vez que se ha distinguido, popularizado y alcanzado (contra todos los intentos prohibicionistas que debió sortear hasta bien entrado el siglo XX) la cumbre de la notoriedad masiva.

“El fútbol es el deporte más democrático del mundo –me dijo una vez Óscar Omar Míguez-, porque cualquiera con una media rota rellena de trapos puede llegar” y él se encargó de levantar en Piriápolis, El Monumento a la Pelota de Trapo.

En definitiva es esa justicia el auténtico sinónimo del fútbol, por eso nos importa desmesuradamente si fue penal o no, si fue orsai o no y lo marcamos con la misma fuerza con que soltamos el orgásmico grito de gol. Porque por más que yerre un juez de fútbol, todas las otras canchas de la vida están más flechadas que ésa y necesitamos cuidar el paradigma, el espejo, la posibilidad de la integración y la justicia.

El fútbol es la vida sin fuera de juego.