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Inexplicable empate

Liverpool y Fénix igualaron 2:2 en el Estadio Belvedere, por la quinta fecha del Torneo Apertura.




Martín Correa en la marca de Manuel Ugarte.


15 agosto, 2020
Primera

Un empate raro, verdaderamente inexplicable, fue el producto del partido que enfrentó a Liverpool con Fénix.

Es que Liverpool fue superior en lo futbolístico, pero perdonó una y otra vez debido a su ineficacia ofensiva. Y lo pagó dejando dos unidades por el camino. Fénix aprovechó el regalo y, de esa forma, se llevó un impensado punto de Belvedere.

 

El primer tiempo fue realmente muy bueno, por demás entretenido y con fútbol de primera. Con los dos equipos apostando al arco contrario. En ese panorama sobresalió el negriazul por su mejor tenencia de balón y por su superior juego colectivo, que lo llevó por momentos a manejar el trámite y a apostarse en campo rival, con la manija de Hernán Figueredo.

 

Y no fue de extrañar que se supiera en ventaja con gol precisamente del experimentado volante talense. Poco le duró la alegría, ya que de movida, y con un tiro cruzado, Maureen Franco logró la igualdad, sacando provecho de su reconocida contundencia.

 

Pareció reaccionar el albivioleta que con triangulaciones por izquierda, comenzó a generar en ataque, aprovechando deficiencias defensivas rivales. Fue una ráfaga, porque, en una aparición de típico goleador, Juan Ignacio Ramírez mandó la pelota al fondo del arco para poner al dueño de casa nuevamente arriba y retomar el control absoluto del trámite.

 

El complemento fue de ida y vuelta, con los ataques superando claramente a las defensas. Con distintos argumentos, y con la supremacía de posesión de balón del dueño de casa, que por momentos manejó el trámite a su antojo. Por su parte, la visita, cuando logró recuperar la pelota, apostó a la velocidad por banda para generar peligro.

 

El gol rondó los dos arcos. Los arqueros respondieron con atajadas estupendas, sobre todo Francisco Casanova. El golero de Fénix una y otra vez le ganó sendos mano a mano a Juan Ignacio Ramírez. Se convirtió en figura y fue su soberbia actuación la que mantuvo  a su equipo a flote y le permitió llegar a la agónica igualdad, gracias al penal que cambió por gol Maureen Franco en el último minuto.

 

Liverpool terminó masticando bronca. Pero Fénix se fue con una gran sonrisa de alivio por el punto rescatado.