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Notable segundo tiempo celeste para ganar con justicia




Sensacional gol de Edinson Cavani en jugada notable armada por Uruguay.


10 septiembre, 2013
Selección

Oscar Tabárez con total acierto rectificó el error del armado del equipo para la etapa complementaria. Al volver a la integración de la noche limeña luego de la lesión de Forlán, con los ingresos de Gargano y Stuani se potenció el juego de medio campo y ofensivo de Uruguay. Así llegó el sensacional gol de Cavani y el segundo que liquidó el partido, con participación de protagonistas que los colombianos jamás esperaron: Fucile, Gastón Ramírez y Stuani.

Sensacional gol de Edinson Cavani en jugada notable armada por Uruguay.

Sensacional gol de Edinson Cavani en jugada notable armada por Uruguay.

Con los ingresos de Cristian Stuani por Álvaro González y Walter Gargano por Nicolás Lodeiro en Uruguay, se reinició el partido. Sugiero leer la nota que “colgué” antes del partido donde señalé que no entendía las variantes dispuestas por Tabárez en el medio campo. Se encuentra en el portal. Su título es: “¡Qué grandotes son los Colombianos y es difícil entender los cinco cambios que metió Tabárez”.

En la primera jugada una pelota que “muerde” Arévalo Ríos y se la lleva peleando, la entrega a Gargano que habilita magníficamente a Cavani ingresando al área vacío. Sin marca. Recepcionó la pelota con dificultad, se la llevó y le pegó con todo al arco cuando lo cerraba un defensa. El esférico se estrelló contra el horizontal cuando estaba el merecido gol uruguayo. A pesar de la contrariedad por la falta de suerte, no bajó el ritmo de asalto del equipo uruguayo. Gargano apareció magnífico capturando la pelota y habilitando a sus compañeros a ras del piso. Así nació una escalada de Maximiliano Pereira por el lateral, el centro y otra incidencia peligrosa para el arco de Ospina. Manteniéndose en ataque –pese a un córner que cedió Giménez en un corte acertado del juego-, los celestes mantuvieron su decisión de marcar atrás con acierto, exponiendo una actitud ofensiva sin “regalarse” en el fondo. Se generó una acción Stuani que fue sancionado con tarjeta amarilla por una acción que, a mi juicio, fue normal. El árbitro luego tuvo un parlamento largo con Ospina, reiterando el paraguayo la sensación proclive a favorecer a los colombianos.

Colombia rompió el asedio con otro ataque lanzado por la banda izquierda. Capturó el esférico Falcao, maniobró ante Gimenez pasándole la pelota por entre las piernas y el zaguero oriental, con toda la cancha del mundo, lo cerró claramente quitándole la pelota barriéndose en el suelo. En la recarga Teo Gutiérrez maniobró por la punta derecha, lanzó un centro medido conjurado con gran decisión y acierto por Muslera que despejó con el puño. De estas acciones ofensivas que realizó Colombia en este lapso, llegó la tercera consecutiva, con una pelota bien jugada por el centro, descolocada a la derecha por donde, nuevamente, ingresó Teo Gutiérrez. Buscó la diagonal, se internó y sacó el remate que exigió a Muslera a un gran estirada para quedarse con la pelota.

Uruguay rompió el asedio con un avance profundo. La pelota cayó en la puerta del área colombiana, tomó elevación y cuando bajó, le pegó Suárez de bolea con toda intensidad. La chapa del cartel de la publicidad atronó en la noche. ¡Qué lástima, otra chance perdida! A esa acción siguió otra generada también por la zona derecha donde el ingreso de Stuani contribuyó a mejorar la fluidez de la creación futbolística por ese sector. Se fue al fondo en la jugada de la muerte, mandó el centro rasante que esperaba Suárez, pero la arrojada intervención de Ospina solucionó el problema.

A los 25 minutos con Colombia buscando dejar transcurrir el tiempo en la búsqueda del empate que lo clasifique a la Copa del Mundo, el argentino Pekerman mandó a Cuadrado  para jugar de volante en lugar de Teo Gutierrez, quedando de punta James Rodríguez y Falcao. En suma, un cambio defensivo para intentar retomar el control del mediocampo que había perdido. Tabárez reaccionó inmediatamente. Advirtiendo el cansancio de Cristian Rodríguez y en la búsqueda de mejor salida al ataque y mayor poder ofensivo, envió a Gastón Ramírez al campo. Un cambio para ganar el partido. Para intentarlo en el momento justo…

Uruguay dispuso de un tiro libre peligroso, por nueva infracción a Suárez. Lo remató el salteño cuando, perfilado mejor se encontraba Gastón Ramírez. Así se ingresó al cuarto de hora final con la sensación de que el empate rondaba en el aire, con Colombia firmándolo a muerte, o el que hacía el primer gol ganaba…

En cada pelota iba la vida de los jugadores orientales. Se cuidaron de no cometer infracciones. Eso no daba pie a que el juez paraguayo “metiera” al equipo celeste dentro de su propia área. Sin embargo, su evidente parcialidad quedó demostrada en una acción en la zona defensiva de Uruguay. Un perfecto quite de Arévalo Ríos, sin tocar al adversario, el juez lo sancionó con infracción favorable a Colombia. ¡Premeditación y alevosía!

Sin embargo, aquello de que Dios no quiere cosas sucias, se hizo presente. La pelota rebota en la barrera por la mala ejecución de colombiano. De esa incidencia, tras un ir y venir, el esférico derivó hacia la zona media de la defensa uruguaya, contra el sector izquierdo. La corrió Cavani en gran esfuerzo. Trancó y se la ganó al colombiano que la procuraba. Tocó corto y rápido para Gargano a su lado y alargó éste, de primera para Arévalo Ríos. Siempre a ras del suelo –como lo planificó Tabárez-, la pelota fue cambiada totalmente de dirección hacia la derecha por donde la recibió, sólo, Maximiliano Pereira. La dominó, avanzó unos metros con ella, levantó la cabeza y mandó centro medida. ¿Para quién? ¡Para Cavani que se mandó un pique impresionante de 50 metros en diagonal, desde donde le ganó la pelota al colombiano, para llegar al corazón del área mirando la pelota que venía en el aire. El salteño miró el arco y cabeceó al palo contrario del golero. ¡Golazo! Explotaron las tribunas. Explotó el país. ¡Uruguay, su mejor juego y su planificación de ajedrez, lo merecía!

La fiesta en las tribunas fue impresionante. La comunión de los jugadores orientales en el abrazo, titulares con suplentes, emocionaba. ¡Aquel “¡sabremos cumplir!” del argentino Figueroa volvía a ponerse de manifiesto en el Estadio Centenario que tanta gloria ha contemplado…

Cuando reanudaron el partido los colombianos estaban “muertos”. En cambio, los uruguayos se los querían “comer crudos”. Y así ocurrió. Los celestes fueron como una aplanadora, como un tanque de asalto de la Segunda Guerra Mundial sobre el enemigo. En medio del desconcierto de los defensas colombianos; de los grandotes Perea y Yepes que perdían marcas, nació el segundo gol concretado por inesperados protagonistas. Para los colombianos, claro, que no los tenían en el libreto que le armó Pekerman. Un avance de Suárez en posición de puntero izquierdo lo cortó Perea demostrando el susto que tenía. La tiró cortita al outball. Rápidamente la repuso Fucille colocando el esférico en el área, sobre la línea final, a la izquierda. Ese muy buen jugador que es Gastón Ramírez la controló marcado de atrás por Perea. El fraybentino bajó la pelota, giró la mandó –siempre a ras del suelo- hacia el corazón del área. ¿Para quién? ¿Dónde estaba Suárez? El que llegó fue Stuani, desde atrás, tocando en corto para marcar el segundo gol.

En ese instante el partido concluyó. Uruguay con el 2:0 a favor –justificado por completo-, se adueñó del campo, de la pelota, de las acciones y terminó como patrón del Estadio Centenario, sometiendo a los “grandotes” colombianos que fueron totalmente superados en el segundo tiempo. Un victoria de la planificación de ajedrez desarrollada perfectamente por el técnico y cumplida a la perfección por los jugadores. Cual si fuera un Bobby Fischer del fútbol -o mejor, tratándose de Tabárez, un Kasparov- trabajó para que el equipo asegurara, primero y antes que nada, el cero en el arco propio. Que no se preocuparan -ni se desesperaran- los jugadores celestes en salir a buscar la pelota allá lejos, en la mitad de la cancha, donde los colombianos la manejaban en un coqueto pero ineficiente tuya y mía. Uruguay se juramentó en recuperar la pelota en la última zona, al llegar a la boca del área oriental. Y desde allí, una vez obtenida, salir jugando rápido y de contragolpe, pero siempre a ras del suelo. Y así lo hicieron en el primer tiempo en forma correcta y en el segundo de manera admirable. Así ganó uruguay. “Con menos fue más”, como solía decir el Prof. De León. Demostrando, también, que esas pequeñeces de la tecnología como son “la posesión de la pelota”, son simple bobadas. ¿Por qué? Porque esto es fútbol, “el arte del imprevisto”, según la definición muy acertada de Dante Panzeri.

URUGUAY 2:0 COLOMBIA

Cancha: Estadio Centenario. 

Juez: Antonio Arias. Líneas: Rodney Aquino y Carlos Cáceres (terna de Paraguay). 

URUGUAY: Fernando Muslera, Maximiliano Pereira, José Giménez, Andrés Scotti, Jorge Fucile, Alvaro González (46′ Walter Gargano), Egidio Arévalo Ríos, Nicolás Lodeiro (46′ Christian Stuani), Cristian Rodríguez (71′ Gastón Ramírez), Luis Suárez y Edinson Cavani. Director técnico: Oscar Tabárez. Suplentes: Martín Silva, Juan Castillo, Gastón Silva, Matías Aguirregaray, Diego Pérez, Sebastián Eguren, Alvaro Pereira, Alvaro Fernández y Gonzalo Castro.

COLOMBIA: David Ospina, Stefan Medina, Luis Amaranto Perea, Mario Yepes (86′ Jackson Martínez), Camilo Zúñiga, Carlos Sánchez, Abel Aguilar (80′ Aldo Ramírez), Fredy Guarín, James Rodríguez, Teófilo Gutiérrez (68′ Juan Cuadrado) y Radamel Falcao García. Director técnico: José Pekerman.Suplentes: Faryd Mondragón, Camilo Vargas, Aquivaldo Mosquera, Cristian Zapata, Alexander Mejía, Elkin Soto, Juan Quintero, Luis Muriel y Carlos Bacca.

GOLES: 77′ Edinson Cavani (U), 80′ Christian Stuani (U).

Tarjetas amarillas: 27′ Maximiliano Pereira (U), 40′ Stefan Medina (C), 55′ Christian Stuani (U), 85′ James Rodríguez (C).


Etiquetas: Selección uruguaya