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Cambió la pisada

Peñarol le ganó 2:0 a Albion, en el Estadio Campeón del Siglo, por la tercera fecha del Torneo Clausura.




Nicolás Rossi y Ruben Bentancourt, en el abrazo de triunfo aurinegro.


13 agosto, 2022
Primera

Peñarol, cambió la pisada. Ganó y en el fútbol de hoy en día es lo único que vale. Gracias a los dos goles en contra de Angelo Pizzorno, sumó los tres puntos y se metió de lleno en la pelea por el Clausura.

 

Faltó el gol, nada más, ni nada menos en la primera mitad. Neto dominio aurinegro, que se adueñó del balón y se posicionó en campo contrario, más aún después de decretada la expulsión de Maxi Callorda, a los 18 minutos. Con uno más en campo, resultó ser un monólogo en ataque, pero pese a su insistencia no logró destrabar el tanteador. Porque fue demasiado lento, se olvidó de profundizar por banda y no consiguió nunca filtrar un pase entre líneas para romper a la defensa del “Pionero” que resistió a los repetidos y fallidos envíos aéreos del dueño de casa. 

 

Ignacio Laquintana, a toda velocidad desbordó por derecha, sacó un remate rasante al centro del área chica y Angelo Pizzorno, en su afán de rechazar el balón, lo envió al fondo de su propio arco. El local en ventaja en el mismo inicio del complemento. Arriba en el tanteador y con un hombre de más en campo, todo hacía suponer que se venía la goleada. Pero no fue así, inesperadamente se frenó en la cancha. Y entonces, los nervios se instalaron en la tribuna y se los transmitió al equipo que volvió a mostrarse lento y a su vez cayó en reiteradas imprecisiones en el manejo de la pelota. Lo que le permitió crecer a Albion, que con remates de media distancia exigió a un seguro Kevin Dawson. Ya en los descuentos, en la única jugada elaborada de ataque por los ingresados Nicolás Rossi y Ruben Bentancourt, llegó el segundo gol lleno alivio, nuevamente convertido en propia meta por Angelo Pizzorno.

 

Peñarol, ganó, fue justo, es cierto, pero volvió a dejar en evidencia su alarmante falta de gol.

 

El lamento de Angelo Pizzorno, por el gol en propia meta en primer plano, contrasta con el abrazo de fondo repleto de alegría de Walter Gargano, Ruben Bentancourt y Lucas Viatri.