Los abrazos de los rojiverdes exteriorizaron la dimensión de la remontada, 2:1 a Central Español en el Estadio Charrúa. Rampla Juniors ganó tres puntos de esos que valen a lo grande en el tramo definitivo del Campeonato de Segunda. Conquistó un triunfo decisivo para seguir ilusionado con el ascenso directo. El éxito se originó en su notable eficacia. La expulsión de Nicolás Fernández –golpe a Juninho-  lo dejó con diez a veintidós  minutos del final antes de las rojas más de Sequeira y Alonso. Aumentó la temperatura del partido en todo sentido. Hubo manotazos entre los jugadores y la tensión por los puntos en juego no pasó por alto. Entonces se se reorganizó con diez para resistir.

 El picapiedra resurgió en el cabezazo de Santiago Pallares en el cierre del primer tiempo. Representó el desahogo cuando había sido superado en el juego. Luego, en el gran pase de Pallares a Machado, sorprendió con el segundo.

Central Español hizo más y se fue con las manos vacías. El golazo de Sebastián Gallegos –centro de Villoldo y pelota que bajó Bellini- lo  hizo despegar. El brasileño Juninho fue el receptor de la ofensiva y también de las faltas de los defensas rivales. El equipo de Julio Fuentes fue superior pero cayó por su ineficacia. No logró imponer la ventaja de un jugador  más en el recorrido final del encuentro.  El cierre de diez  contra  nueve no cambió el desenlace en los ocho  minutos adicionales. Rampla Juniors gritó mucho  más que una simple victoria y sueña.