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Una esencia que exige

La forma de juego que pretende Marcelo Bielsa, sin dudas, requiere de futbolistas con las características ideales para poder ejecutar su idea. Esta doble fecha, volvió a demostrar evidencia de ello.




Rodrigo Aguirre y Giorgian De Arrascaeta, autores de los goles para el triunfo vital ante Venezuela. Uruguay, dejó una doble sensación en una nueva doble fecha de eliminatorias rumbo al Mundial 2026.


11 junio, 2025
Selección

Después del amargo trago por la derrota por 2:0 ante Paraguay en Asunción, Uruguay se recuperó y ganó -por el mismo marcador- el partido trascendental ante Venezuela en el Estadio Centenario. Pero, ¿Qué sensación dejó la doble fecha de eliminatorias? Algunas conjeturas, es cierto. Pero la reciente victoria ante la “Vinotinto” dejó un efecto alentador. Sin dudas.

 

El triunfo ante Venezuela no borró la decepcionante actuación ante Paraguay. Eso, hay que remarcarlo y dejarlo en claro. Pero, al menos, la opacó. Porque el duelo ante la “Vinotinto” era esencial para Uruguay, que tenía que ganar como sea. Para la celeste, era una prueba de fuego. Y sin embargo, la superó con éxito. En definitiva, el combinado de Marcelo Bielsa ganó de forma justa y merecida, y quedó en la puerta de la clasificación al Mundial 2026.

 

UNA ESENCIA SIN COMPONENTES

 

Ante Paraguay, Uruguay mostró un muy bajo nivel colectivo e individual. Por momentos, se vio un desorden táctico alarmante en líneas generales, errores defensivos puntuales y un exiguo poder en ataque. Tanto así, que la celeste prácticamente no generó ocasiones de peligro.

 

Uruguay, tuvo una noche de terror en el Defensores del Chaco. Irreconocible. Errático. Impreciso. Sin ideas. Pero lo que más preocupó fue la falta de temperamento y rebeldía que mostró el combinado de Marcelo Bielsa. La celeste, fue superada ampliamente por el conjunto guaraní, que le jugó un partido perfecto y lo dejó nocaut.

 

¿Argumentos del mal funcionamiento uruguayo? Varios. Entre ellos, y el más esencial de todos, las bajas importantes. Como por ejemplo, las de Federico Valverde, Rodrigo Bentancur, Nicolás De La Cruz y Darwin Núñez.

 

Uruguay, sintió en demasía la ausencia de sus figuras y quedó en evidencia lo imprescindibles que son estos futbolistas, para el esquema del entrenador y para su filosofía de juego. Claramente, la celeste los extrañó hasta por demás y ello se reflejó en la pobre versión futbolística que dejó en tierras guaraníes.

 

Una condición insustituible en el estilo de juego que pregona Marcelo Bielsa es buscar ser protagonista con la pelota en campo contrario. Pararse con todas sus líneas en zona alta. Buscar el juego colectivo con la posesión en su poder y avanzar en bloque. Pero, para poder ejecutar esta forma de juego, se necesita de jugadores con las características ideales para poder plasmar la idea. En definitiva, se podría decir que, la esencia de juego que pretende Bielsa para su equipo, exige de futbolistas que den con la talla. Así de simple.

 

Una forma de explicar lo mal que jugó Uruguay en tierras guaraníes, basta solo con volver a repasar las características de los futbolistas que jugaron ese día. Sobre todo, en zona media. A Uruguay, le costó una enormidad amigarse con la pelota y con el juego fluido. Pero todo tiene una explicación y una lógica. Los futbolistas elegidos por Bielsa ante Paraguay, no se adecuaron a la idea de juego que pretende el entrenador argentino para su equipo.

 

No solo que a la celeste le costó efectuar juego fluido con la pelota en su poder, sino que sufrió cada retroceso defensivo. Cada vez que lo atacaron, fue una película de terror en defensa.

 

Pues claro, es que este Uruguay de Bielsa, no está diseñado para perder la pelota de forma continua en zona media. Ahí, es cuando surgen las dificultades y los contratiempos defensivos. Porque la línea de cuatro juega adelantada casi al extremo, asumiendo el riesgo de ceder espacios a su rival ante cualquier contragolpe. Y ello fue lo que sucedió.

 

Uruguay no pudo retener la pelota en su poder y, por lo tanto, tampoco pudo ejecutar la idea primordial de ser protagonista ante su rival. Ello, terminó reflejando en lo que vimos todos, no pudo atacar bien ni defender bien. Ni una cosa ni la otra. 

 

DE LA MANO DE RODRIGO BENTANCUR

 

Ante Venezuela, Marcelo Bielsa realizó una sola variante con respecto al partido ante Paraguay: Rodrigo Bentancur por Guillermo Varela. Sí, un solo cambio bastó para que el juego de la celeste se asemeje bastante a lo que el entrenador argentino pretende para su combinado.

 

Nahitan Nández retrocedió al lateral derecho para jugar en lugar de Varela y, con la presencia de Bentancur, el mediocampo uruguayo retomó su idiosincrasia actual. O al menos, la que busca Bielsa para complacer su filosofía de propuesta. ¿Tanto influyó la presencia de Bentancur? Más de lo que se imaginan.

 

Porque bajo su rol, el equipo retomó la confianza y el protagonismo con pelota. Fue el propio Bentancur, quien asumió la responsabilidad de ser el eje principal e impulsor de cada salida desde el fondo. Pero también, fue estandarte para distribuir la pelota, para organizar el juego colectivo y para ser partícipe de casi todas las jugadas de ataque celeste.

 

Bentancur, le dio a Uruguay el carácter necesario para asumir los riesgos a la hora de salir jugando desde la defensa, y ello, fue clave para transmitir a sus compañeros, a que retomen la confianza para jugar con la pelota en su poder. La presencia del “Lolo” fue decisiva. No solo por todo lo que aportó individualmente, sino porque fue el nexo para la transición defensa-ataque y, además, fue el principal alentador para que sus compañeros retomen el estilo de juego que su entrenador busca para su equipo.

 

No obstante de esto último, Manuel Ugarte, Maximiliano Araújo y hasta el propio Giorgian De Arrascaeta, se colmaron de confianza y seguridad para intentar jugar con pelota y generar fluidez a nivel colectivo. Se mostraron constantemente como opción de pase, aparecieron en momentos clave y se volvieron determinantes. Tanto así, que los tres elevaron considerablemente el bajo nivel que venían mostrando. Uruguay, con Bentancur, mejoró en todos los aspectos y sentido.

 

En conclusión, Uruguay dejó atrás una doble fecha en la que rescató tres puntos de seis. Quedando en la puerta de la clasificación al próximo Mundial, pero, al mismo tiempo, mostrando casi un antítesis en su juego entre su primer compromiso con respecto al segundo. Sin embargo, ese contraste, tuvo una lógica. Una explicación. Una coherencia. Hubo argumentos de fondo.

 

La deducción se despeja por sí sola con el análisis de este texto. Para poder ejecutar la idea de juego que pretende Marcelo Bielsa, el equipo demanda de jugadores con las características ideales para poder plasmar dicha estrategia. Y justamente, esto, se evidenció en esta doble fecha entre lo que mostró Uruguay en un partido y el otro. ¿La diferencia? Rodrigo Bentancur.

 

Uruguay, con Bielsa, busca una esencia de juego. Pero dicha esencia, exige de jugadores que den con la talla. De lo contrario, sucede lo que pasó en Paraguay.