Una historia soñada
El debut de Lucas Villalba en Nacional tuvo un desenlace casi que inédito y su historia se abrazó a un estreno soñado.

Lucas Villalba, brazos arriba y puños cerrados en el festejo de gol tricolor, en noche de verano soñada.
Fue anunciado como incorporación de Nacional el mismo día del partido clásico, pero por la tarde. Exactamente, a las 16:27 horas. Es decir, el club hizo la publicación oficial de su nombre cuatro horas y media antes de la fijación del encuentro ante Peñarol (21 horas).
Por razones casi que lógicas, el entrenador tricolor, Martin Lasarte, había tomado la decisión de no convocarlo de cara al partido contra los aurinegros. Pues claro, se trataba de un futbolista que recién aterrizaba en su nuevo equipo y que no conocía ni siquiera a sus compañeros. No se encontraban mayores excusas racionales para aceptar su ausencia.
Sin embargo, en cuestión de un par de horas, la llegada de Lucas Villalba a Nacional tuvo un giro drástico de último momento. Porque apenas un instante antes del comienzo del partido, el mismo club anunció que su nuevo extremo se metía en la convocatoria del clásico en lugar del venezolano Rómulo Otero, quien quedó afuera por un problema familiar que tuvo su hija. Sí, el chico que había firmado por la tarde, se pondría la camiseta de su nuevo club momentos después, y nada menos que ante el rival de todas las horas.
Pero, ¿Cómo fue su historia? A los 61 minutos de juego, Villalba tuvo su anhelado debut en Nacional tras ingresar en lugar de Franco Catarozzi. Primera pelota que tocó, hizo un desborde hasta el fondo y la jugada casi terminó en gol de Bruno Damiani. Después, cada vez que tuvo contacto con la pelota, generó acciones de peligro exponiendo un cambio de ritmo impactante. Y para rematar, en la última jugada del partido, el propio Villalba marcó el 3:1 para su equipo sentenciando un estreno soñado. Además, con un lindo gol para el recuerdo.
La historia de Lucas Villalba en su debut con la camiseta de Nacional no es una historia que se dé a menudo. Porque todo su desenlace; desde que llegó, firmó, fue anunciado por el club y entró en la concentración “de apuro”, casi “de rebote”, fue como una premonición que parecería estar marcada, en exclusiva, para un futbolista que se ganó su propia bienvenida por la alfombra roja.
El debutante, quien en principio no iba a entrar en los planes de Lasarte, terminaría siendo uno de los héroes en la noche del clásico ante su tradicional rival. El ‘pibe’, que había firmado por Nacional horas antes del partido, sellaría por cuenta propia un estreno de ensueño, que tendrá para contarlo por el resto de su vida.
Es cierto que no habría que apresurarse para los elogios. Es cierto que 35 minutos en cancha no son suficientes como para despejar un análisis profundo en un futbolista y sacar mayores conclusiones. Pero la realidad indica que, Lucas Villalba, en el poco tiempo que le tocó jugar, deslumbró al público tricolor, que se frota las manos de cara a futuro.
Antecedentes
Villalba, de 23 años, comenzó su carrera como futbolista profesional en Boston River en 2020. Después de dos temporadas casi que sin minutos en el “Sastre”, pasó a Tacuarembó F:C en 2022. Allí tuvo más participación aportando tres goles y seis asistencias a lo largo de las temporadas 2022 y 2023. Su último club fue Montevideo City Torque, donde jugó en 2024 en la Liga de Ascenso Profesional. En el conjunto ciudadano anotó seis goles y brindó siete asistencias durante 36 partidos, logrando el ascenso a Primera división.
Villalba, uno de los futbolistas con mejor valoración y más destacadas de la Liga de Ascenso Profesional en 2024, firmó contrato con Nacional por tres temporadas (hasta el 31 de diciembre de 2027), tras acordar la compra del 60% de su ficha en US$ 800.000.
Características
Pícaro, encarador, audaz, rápido y atrevido con pelota. Villalba demostró en solo 35 minutos con la camiseta de Nacional tener la personalidad y capacidad necesaria como para no temer a exponer sus cualidades.
La confianza en sí mismo le ha sido clave para poder evidenciar sus dotes en la cancha y utilizar sus recursos naturales sin siquiera pensar en una eventual presión, por todo lo que significa jugar y debutar en un equipo grande.
Villalba, es un extremo derecho que suele jugar por su perfil dominante. Se destaca por su habilidad y velocidad. Pero sobre todo, por llegar al fondo para asistir a sus compañeros. Es de los extremos que suele encarar por su misma banda rompiendo los esquemas del rival, tal como lo hizo ayer ante Peñarol.
Además, es de los extremos que buscan resolver rápido y en velocidad con su perfil dominante, sin tener que ‘enganchar’ al medio. Tal como lo hacían los viejos punteros de otras épocas, aunque, con la diferencia de tener que cumplir la responsabilidad táctica cuando el equipo lo requiere.
Los extremos, el pedido exclusivo de Lasarte
“No quiero involucrar a los protagonistas que pueden llegar, entonces no quiero hablar de nombres que no han llegado. Particularmente, nosotros establecimos la incorporación y necesidad de extremos. Uno por cada lado. Necesitamos extremos. Los nombres quedan en la interna”, decía el entrenador de Nacional, Martín Lasarte, días atrás tras la derrota ante San Lorenzo en su estreno por la Serie Río de La Plata.
La búsqueda de extremos en Nacional es una realidad y una prioridad desde hace un tiempo, y también, es un pedido casi que exclusivo del entrenador Lasarte de cara a la temporada entrante. Por el momento, el venezolano Rómulo Otero llegó para ocupar el puesto como extremo derecho que dejó vacante el paraguayo Antonio Galeano, tras su salida. El técnico tricolor ya lo dejó en evidencia cuando lo mandó como titular en los dos partidos anteriores al clásico.
De todas maneras, su titularidad tampoco es una fija. Deberá demostrar sus buenas condiciones en la cancha y tendrá que ganarse el puesto a base de rendimientos. Y más ahora, que Lucas Villalba demostró todo su repertorio de cualidades en apenas 35 minutos. En definitiva, estas dos nuevas opciones para la banda derecha es una buena noticia para el técnico albo.
Por el extremo izquierdo, en tanto, viene jugando Jeremía Recoba, quien se mantiene en el puesto desde la temporada pasada. Si bien Jeremía, ha jugado muchas veces en este sector, ha quedado en evidencia que no es un futbolista con características de extremo natural sino que ha demostrado ser un armador de juego, con gran visión de campo. En definitiva, sus condiciones naturales lo identifican más como un media punta por el centro que como un volante/extremo por banda.
En cierto modo, todo indica que el extremo derecho estaría cubierto entre Otero y Villalba. Ambos futbolistas llegaron para ocupar este puesto y en poco tiempo han demostrado estar a la altura. En definitiva, después de tanta incertidumbre, Lasarte, podría tomar cierta calma sobre uno de los dos extremos. La gran aparición de Villalba significó buenos augurios para Nacional y su entrenador en todo sentido porque se trata de un puesto que pedía a gritos un dueño.
Sin embargo, sigue sin poder confirmar un nombre fijo para su extremo izquierdo, un puesto que se ha mostrado “rengo” en todo el 2024 y, urge de una incorporación que cubra este lugar. Recordemos que el puesto de extremo izquierdo ha sido una especie de “conejillo de india” en Nacional en la temporada anterior, debido a la cantidad de futbolistas que pasaron por dicha prueba, sin colmar las expectativas de Lasarte.