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Mal, muy mal, además. Pitana…




El árbitro Néstor Pitana le muestra tarjeta amarilla a Egidio Arévalo Ríos.


27 marzo, 2013
Columnistas

Se jugó mal, muy mal, es cierto, pero hubo tres penales “invisibles”, sólo para el juez argentino Pitana y sus colaboradores. A los 31′, centro de González, pelota en el brazo de Jara. Penal, si quería el juez. Desestimó.

40′: Empujón a Suárez, clarísimo, Pitana no se enteró. 57′: Mano de Jara sobre la cabeza de Lugano en centro celeste. Imposible no verlo. Posible fue, no sancionarlo. Tres o cuatro, da igual.

No interesa el apellido de los chilenos en cuestión, importa el “hurto a pito armado” que vimos todos. Eso sí, destacan la cortita de Suárez a Jara, a modo de compensación. A Suárez lo persiguen desde Inglaterra, lo denuncian en FIFA, completito.  Irrelevante.

Esto es, Pitana nos condenó y si no hay reclamos serios de la AUF, los arbitrajes continuarán siendo en contra de Uruguay, cosa que no es nueva en las Eliminatorias y en cuanto partido de importancia juegue la celeste.

El árbitro Néstor Pitana le muestra tarjeta amarilla a Egidio Arévalo Ríos.

El árbitro Néstor Pitana le muestra tarjeta amarilla a Egidio Arévalo Ríos.

No somos taquilla. Les duele a unos cuantos que nos clasifiquemos al Mundial. No “vende” la celeste. Las cadenas internacionales no facturan con nuestros tres millones de uruguayos.

Esa es una realidad que la vivimos desde siempre.

Pero, ahora, que estamos en la lona, vale recordar que, muchos personajes se alegran por la situación. Y ya es conocido en la región que el cuarto puesto del Mundial y la Copa América  molestaron a unos cuantos. Además, ya que estamos haciendo mal las cosas, suponen lejana la presencia de Uruguay en Brasil, donde tienen el peor recuerdo de toda su vida y por los siglos de los siglos de la celeste y siempre hacen  alguna cosita, para evitar nuestra presencia en un Campeonato del Mundo.

Eso lo tenemos bien claro, en esa especie de submundo silencioso y tramposo de intereses creados y embustes de todo tipo y tamaño. Ahora, si les damos una mano jugando así, listo. Pero esa es una historia que ya conocemos.

 NO PERDIMOS POR ESO

La actualidad nos marca a fuego que no ganamos en seis partidos, jugamos pésimo y  estamos seriamente comprometidos. Esto es, si “ayudamos” para no ir, no vamos.

Lo dijimos antes, de ésto se sale jugando asociado, pasándose la pelota, con control de ataque sostenido, con orientación y visión de campo. La coordinación aporta eficacia.  Las figuras notables que tenemos,  en algún momento – y ya quedan menos minutos – tienen que destacarse. Deben hacerlo.

No es normal que no ganemos, con éste selecto núcleo, ningún partido de seis. Y se ha probado casi todo. Debe quedar algún recurso aún.

Luis Suárez intenta dominar el balón, ante la marca de los chilenos Eugenio Mena y Gary Medal en su marcha.

Luis Suárez intenta dominar el balón, ante la marca de los chilenos Eugenio Mena y Gary Medal en su marcha.

El control a Suárez es fácil, porque lo toman siempre solo, Cavani no puede lucir si no tiene la pelota, el medio juego está como trabado, Arévalo contiene pero no puede hacer sólo la cobertura central, los laterales, sea Alvaro Pereira o Maximiliano, esta vez el Vasquito que luchó pero no anduvo y se entreveró para el primer gol de Chile, con rebote en Palito, Paredes y 1 a 0.

No fue solución. No funciona la idea.

A temperamento llegamos a tirar sólo cuatro corners. El cambio de Silva dio resultado. Unica pelota de gol, que dio en el travesaño. Cuando andás mal, no hay caso.

Probó Forlán que entró por Ramírez y tiró bien al arco. Contuvo Bravo, ubicado justo, en dos oportunidades. Después, otro descuido abajo y Vargas en rebote metió el 2 – 0.

Esta desorientación tiene que cambiar. Quedan pocos “kilómetros en la vuelta a Brasil” y el pelotón nos sacó una ventaja importante.

Hay que pararse en los pedales y meter. El último esfuerzo. ése que sólo se le pide a los grandes jugadores. Y los tenemos.

Cuando pasan éstas cosas, éstos desajustes gravísimos, se pide la renuncia del técnico, de los jugadores, de los dirigentes, hay diluvio de acusaciones a todo el entorno,  esto es, lo de siempre, lo conocido, como si los que están no sirven y los que no están, son los magos y maravillosos portadores de la resurrección.

Inútil y vulgar juicio valorativo.

El sufrimiento es parte recurrente de nuestra vida futbolística.

 ANTES GARRA  Y HOY,  ¿QUE?

¿ A qué se apela cuando se está en pleno temporal?. Al buen piloto. Al ánimo, al espíritu más que a otra cosa.

Los campeones uruguayos de todos los tiempos nos demostraron lo que es la garra.  Esa fuerza espiritual que puede más que la técnica, que la táctica o la estrategia.

El empujón del corazón, más que nada. Es lo que nos queda.

Es el envión final que debemos tener a como de lugar.

No es la primera vez que estamos casi en el final del camino y por culpas propias.

Nos quedan tres visitas inquietantes: a Venezuela, Perú y Ecuador.

Dos en el rancho nuestro: Colombia y Argentina.

Cinco compromisos de altísimo riesgo que, para cualquiera, sería imposible sortearlos.

La historia dice que a la celeste, no hay que darla por vencida, ni aún derrotada, como ahora.

No son sólo frases, el fútbol lo demostró con hechos históricos.

Esta situación es tan engorrosa como incomprensible.

Se llegó, lamentablemente, por nuestros errores y ausencia de juego colectivo, entre otras cosas.

Solamente de ellos depende dar vuelta la pisada.

La celeste está golpeada, dañada, pero aún vive.

El himno uruguayo entonado en el Estadio Nacional de Santiago.

La celeste está golpeada, dañada pero aún vive.