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Peinado: “El básquetbol cambió, y acá nos dormimos”

Carlos Peinado, el gran capitán, hoy comentarista en las transmisiones de Tenfield, fue protagonista de la formidable actuación de Uruguay en los Juegos Olímpicos de 1984.




Carlos Peinado, entre su presente como comentarista, la situación sanitaria y la gloria celeste.


29 abril, 2020
Básquetbol

 “Empecé a ver la serie de los Chicago Bulls -“The Last Dance”, disponible en Netflix-, y ahora la comparto con mi señora. Michael Jordan, en aquellos Juegos Olímpicos, estaba en un su último año universitario. Era otro tiempo. No había redes sociales ni estaba disponible la información de hoy”, recuerda Carlos Peinado, el gran capitán del básquetbol uruguayo, hoy comentarista de Tenfield en el deporte donde forjó su fantástica trayectoria.

 

-En las redes se viralizaron imágenes del partido de Uruguay contra la selección de Estados Unidos frente a un joven Michal Jordan, quien poco después se convirtió en fenómeno y, más tarde, en el mejor jugador de la historia. ¿Cómo lo recordás?

-Sabíamos lo que era en ese momento, cuando jugaba en la Universidad de Carolina del Norte. Lo vimos en la cancha y nos dimos cuenta. Amagaba lo que fue confirmando en el correr de los años. Yo lo comparaba a nivel FIBA con el yugoslavo Dražen Petrović, que también llegó a la NBA. Lamentablemente, un accidente terminó con su vida. Fue otro fenómeno.

 

-¿Qué representó para ustedes aquella campaña notable de una generación increíble?

-Para nosotros resultó inolvidable. Fuimos sextos y nos quedamos con bronca. Nos decían: “Ustedes no se dan cuenta a dónde llegaron”. Hoy, clasificar es tremendo.

 

-¿El paso de los años le dio otra dimensión a lo que consiguieron?

-Con el correr del tiempo lo fuimos valorando más, como el hecho de llegar a Primera y competir. Era muy difícil encontrar imágenes nuestras en aquella época. Hace poco me mandaron los últimos seis minutos del Preolímpico de San Pablo.

 

-¿Por qué no fuimos más?

El  mundo cambió, el básquetbol también, y nosotros nos dormimos mucho tiempo. Nos fuimos quedando con un montón de carencias. Las diferencias son abismales. Uruguay ha tenido la repesca. Antes se jugaba con Turquía, una potencia, o con República Checa, que era revelación. Los filtros para llegar son cada vez mayores. Después están Croacia, Serbia, Italia, Grecia… No estoy hablando de equipitos, Brasil también lucha para meterse, igual que Canadá.

 

-¿Cómo hicieron para ser competitivos en el alto nivel?

-Desde 1981 a 1986, como generación vivimos cosas importantes, como jugar Mundiales o competir de igual a igual con potencias del básquetbol, por ejemplo la Yugoslavia unida o Rusia, que todavía era la Unión  Soviética. Estados Unidos jugaba aún con universitarios. Después de la derrota en Seúl 1988, adoptó la determinación de llevar a los jugadores de la NBA. Había perdido la final con Rusia, durísima, en Munich 1972, cuando hubo problemas con el reloj, se jugó dos veces un segundo y medio, y los rusos sacaron y convirtieron, ganando la final Olímpica. Hay equipos que les han ganado a los estadounidenses, como Argentina, en Indianápolis 2002. A los Juegos van con todo. Si le preguntás a Maradona qué le quedó en su vida, es haber ido a los Juegos. A Messi, no. Lo mismo pasa con los deportistas del atletismo y de la gimnasia artística. No es lo mismo que un Mundial: el fútbol es la excepción.

 

-¿Qué pensás de este momento, del coronavirus y de la actividad suspendida?

-Toda esta experiencia causó revuelo en el deporte, y el básquetbol no quedó exento. Como se da en otros lugares, hay que priorizar la salud. La Liga ha tenido una buena postura: esperar hasta setiembre para ver cuáles son los lineamientos. Hay que seguirlos más allá de no estar de acuerdo en alguna cosa, porque nos va a sacar el flagelo de este virus y arrancar de a poco, sin desesperación. Todos quieren volver, cuidarse, estar en casa y cumplir con el distanciamiento  social. Estamos experimentando.

 

Carlos Peinado, a los 65 años, es un histórico del básquetbol uruguayo, cargado de gloria desde Sporting 1970-75, 78-79 y 1985, Gimnasia y Esgrima La Plata 75-78, Bohemios 1980, Hebraica Macabi 1986-92 y Malvín 1993. Leyenda en la celeste, Campeón Sudamericano 1979-81, mundialista 1982-86, obtuvo el sexto puesto en los Juegos Olímpico en Los Ángeles 1984. El base fue dirigido por Ramón Etchamendi y por Víctor Hugo Berardi, y disputó los Preolímpicos de San Pablo 1984 -segundo lugar- y de Montevideo de 1988. El “capitán de capitanes”, en exclusiva.

 

Carlos Peinado, su historia, los Juegos de 1984 y el presente.