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Peñarol, barranca abajo

Peñarol y Deportivo Maldonado, igualaron 1:1 en el Estadio Campeón del Siglo, por la sexta fecha del Torneo Clausura.




Mauricio Larriera, es la imagen del desconcierto y la desazón de Peñarol. Perdió dos puntos y el Clausura se aleja.


11 febrero, 2021
Primera

 

Peñarol, barranca abajo. Prácticamente le dijo adiós al Campeonato Uruguayo. Lejos de la punta del Torneo Clausura y lejísimos de la primera posición de la Tabla anual.

 

No le pudo ganar a Deportivo Maldonado, jugando con dos futbolistas más en gran parte del segundo tiempo. Empate con gusto a hazaña para los fernandinos. Para los aurinegros, tristísima y lamentable presentación. Sin palabras.

 

Repitió otra flojísima primera parte, que en extremis la salvó el gol del juvenil Alvarez Martínez. Otra vez sin generación de juego, lejos de su nivel los volantes internos, todo resultó a pelotazos limpios, debido a que el fernandino de muy buena manera neutralizó a Facundo Torres. En una palabra, fue nulo en ataque. Un visitante que incluso fue más incisivo y peligroso en ofensiva. Pero en la hora, tras un tiro de esquina, la primera pelota que llegó al arco de Lerda, fue gol. Máxima efectividad. Vale señalar, el árbitro Gustavo Tejera, no sancionó un evidente penal cometido por Nicolás Olivera en perjuicio de Fabricio Formiliano.

 

Y fue peor el complemento. Nada de nada, se equivocaron una y otra vez los jugadores en la cancha y el técnico en el banco, no supo encontrarle la vuelta.

 

Ganaba 1:0, sin jugar bien, de casualidad. Pero se encontraba en ventaja y para su fortuna, de arranque quedó con un hombre de más, por la expulsión de Nicolás Olivera. Parecía que la victoria no se le iba a escapar, menos oficiando de locatario en su casa.

 

Pero siguió deambulando por el campo, sin jugar a nada. Y llegó el penal sancionado por el árbitro Gustavo Tejera. No fue falta de Fabricio Formiliano en perjuicio de Facundo Batista. Poco le importó a Maxi Cantera, que lo cambió por gol para igualar el tanteador.

 

Faltaban 20 minutos y todo hacía suponer que el aurinegro quemaría las naves en ataque. Pero no, siguió siendo una sombra. Pese a que su oponente pasó a jugar con nueve jugadores por la expulsión de Andrés Ravecca.

 

Para colmo de males, el técnico Larriera, le pifió feo en las variantes. Cambió lateral por lateral y delantero por delantero, cuando tenía dos hombres de más en cancha. Y el equipo siguió sin rumbo, lleno de nervios y dudas, lo que facilitó la tarea defensiva de un Deportivo Maldonado, que no pasó apuros y se llevó un punto de oro. Y por méritos propios.

 

Peñarol es una lágrima.