Peñarol, volvió a ganar y no es poco. Tres puntos de tranquilidad y una semana de paz. Superó con un gol de centro y dos de penal al ya descendido Cerrito. Aunque la realidad indicó que en ningún momento lo superó en juego.

El aurinegro regaló la etapa inicial. Lento, impreciso, y sin profundidad. Llegó al gol, gracias a un penal VAR, y ni siquiera lo pudo disfrutar ya que en el enésimo error cometido por su sector derecho defensivo (Menosse/Busquets), Flavio Scarone, ni lento ni perezoso, agradeció el obsequió e igualó el tanteador.

Centro y gol de carambola. El dueño de casa, volvió a demostrar enormes deficiencias en su juego en el complemento. Fue todo a pulmón, a empujones, a aisladas acciones individuales. Lo destrabó con un intrascendente centro de Ezequiel Busquets, que contó con la colaboración del arquero Nicolás Gentilio, que se metió con pelota y todo dentro de su propio arco. Ese tanto de pura chiripa lo puso arriba en el tanteador y le otorgó el necesario sosiego para mantener la diferencia y alargarla en los minutos de descuento con el segundo penal que Ruben Bentancourt volvió a cambiar por gol.

Peñarol, lo único rescatable y positivo es que sumó su segundo triunfo consecutivo en el torneo.