La razón del artillero
Con la llegada de Matías Arezo a Peñarol, se abre una gran incógnita en torno a cómo se formará el equipo y qué pasará con Silvera. ¿Jugarán juntos o alternarán?
Matías Arezo, y su original festejo de gol con la camiseta de Peñarol.
Luego de una larga novela, repleta de incertidumbres, Peñarol sorprendió con el anuncio del retorno de Matías Arezo al club. Un auténtico bombazo en el mercado uruguayo y una incorporación de gran jerarquía para el ataque mirasol.
El delantero de 22 años vuelve a Peñarol desde Gremio (Brasil), a través de un préstamo hasta el final de la temporada, con una opción de compra definitiva.
Arezo ya supo vestir los colores aurinegros durante la temporada 2023, donde convirtió 22 goles y brindó 4 asistencias en 40 partidos. Tomó la decisión de regresar —y su insistencia fue un factor fundamental en la negociación— en busca de continuidad y regularidad. ¿La tendrá?
SILVERA Y AREZO, ¿JUNTOS O ALTERNADOS?
De acuerdo con el sistema de juego característico de Aguirre (4-2-3-1), con dos extremos por las bandas y un artillero en el centro del ataque, y con Leo Fernández como enganche por detrás, la llegada de Arezo genera un “buen” dolor de cabeza para el entrenador, quien deberá definir si mantiene la formación o si apuesta por un doble nueve.
Maximiliano Silvera ha sido uno de los jugadores insignia del equipo de Aguirre, destacándose por su intensidad y su solidaridad en la presión, así como en la presencia que marca en la cancha gracias a su enorme desgaste. Se trata de un jugador afianzado en el equipo, siempre titular y con regularidad. Muchas veces su disciplina táctica y su trabajo sin pelota pasa desapercibido, pero sus aportes son significativos.
Arezo, a quien Aguirre ya dirigió en 2023, le ahorra al técnico la etapa de conocerse. En cuanto a sus características, muchas son similares a las de Silvera, como su velocidad, su potencia y su gran desgaste en el campo de juego. Si bien no destaca por su porte físico, Arezo ya demostró su habilidad para generar sus propias situaciones de peligro. De todas formas, su llegada abre una gran incógnita sobre cómo se integrará en el equipo y qué rol tendrá tanto él como Silvera.
Unas de las primeras opciones que surgen es la conformación de una pareja de centrodelanteros, un doble nueve Silvera-Arezo, que podría ser muy interesante de ver en la cancha. Ambos con buen recorrido, movedizos y con sed de gol. Sin embargo, esto implicaría un cambio de formación, algo que Aguirre sólo hace en circunstancias puntuales.
Otro posible escenario es que ambos integren la oncena titular, pero no en la misma posición. Con el objetivo de no romper la formación habitual del equipo, uno de los dos podría recostarse sobre la banda izquierda —que aún no tiene un nombre fijo—, mientras que el otro permanece como centrodelantero. De todas formas, las probabilidades de que esto suceda son bajas por dos motivos: primero, porque Peñarol está en busca de la contratación de un extremo izquierdo; y segundo, porque dicha posición no es la natural para ninguno de los dos.
Una tercera opción es que ambos alternen sus presencias y sumen minutos por separado. Quizás, en principio, este sea el escenario más probable, ya que cuenta con un antecedente inmediato.
EL CASO BATISTA
La llegada de Facundo Batista, quien jugó en Peñarol durante el segundo semestre de 2024 y registró una gran efectividad en cuanto a minutos jugados y goles anotados —promedió un gol cada 80 minutos—, generó un problema similar al que Aguirre se enfrenta ahora. En aquel momento, el técnico mirasol lo resolvió por medio de la alternancia —Silvera como titular y Batista como revulsivo—, y el resultado se explica por sí solo, con una alta cuota goleadora de ambos y con el título del Campeonato Uruguayo obtenido a fin de año.
Pero, además, la decisión de alternar a ambos delanteros también se explica por la preponderancia que Aguirre le dio a su sistema 4-2-3-1. Conformar un doble nueve lo obligaba a sacrificar a uno o ambos extremos, debiendo ajustar la figura del equipo, o a un volante central, perdiendo balance defensivo.
De esta manera, Aguirre dejó en claro que, en principio, el sistema está por encima de los nombres. Algo que ya sucedió con David Terans, quien todavía no logró la regularidad deseada.
Sin embargo, a diferencia de Batista, quien llegó como opción de recambio, Arezo arribó a Peñarol con el claro objetivo de encontrar continuidad y de volver a impulsar su carrera. En otras palabras, el joven delantero viene para ser titular y el hincha ya está ansioso por verlo jugar. Pero nada indica que su titularidad esté asegurada.
Por lo tanto, si Aguirre elige la vía de la alternancia, Arezo deberá disputar el puesto con Silvera, quien no se ha destacado, hasta el momento, por su cuota goleadora, pero que no deja de ser una pieza clave e inamovible en el equipo, siendo el habitual titular y contando con el total respaldo del técnico. Desde ese aspecto, el flamante delantero corre con desventaja. Pero si el entrenador mirasol decide apostar por ambos, todo dependerá de la sociedad y de la complementación que ambos puedan producir en el ataque.
Mientras tanto, y por más análisis que se haga, las preguntas seguirán latentes: ¿Aguirre debería cambiar la figura para jugar con el doble nueve Silvera-Arezo? ¿Es mejor alternarlos, como se hizo con Batista en la temporada pasada? ¿Podría alguno de los dos oficiar como extremo o recostarse hacia la banda?
En definitiva, un “buen” dolor de cabeza para Aguirre, quien tendrá la última palabra.
