El elegido
Después de dos intentos fallidos por parte del vicepresidente Flavio Perchman, por querer convencer a Jadson Viera de asumir en Nacional, finalmente, el entrenador se decidió y tuvo el éxito anhelado.
Jadson Viera, con la mirada puesta en la Copa tras consagrarse campeón uruguayo con Nacional. El entrenador, tomó el cargo en las instancias finales y no defraudó a quienes confiaron en sus condiciones.
La película de Nacional de la temporada 2025 tuvo el desenlace anhelado por todos sus hinchas porque finalizó como campeón uruguayo, ganando la final nada menos que a Peñarol, su clásico rival.
Pero para el vicepresidente del club, Flavio Perchman, el final tuvo un doble valor porque el tricolor terminó logrando el título de la mano de Jadson Viera, el entrenador preferido del dirigente albo. Su equipo se consagró campeón bajo la conducción del director técnico que tanto deseó para Nacional y por el que tanto insistió durante todo el año.
LA SALIDA DE PABLO PEIRANO
Nacional decidió cambiar a su anterior entrenador Pablo Peirano a falta de dos fechas para el final de temporada, incluso, siendo líder absoluto en la tabla Anual. ¿Los motivos? Irregularidad futbolística. El equipo no convencía desde el funcionamiento colectivo. Desaprovechamiento de las oportunidades, porque cada vez que Peñarol dejaba puntos, Nacional tampoco podía ganar. Ello, claramente, fue dejando conclusiones y secuelas a fututo. Sobre todo, desaprobaciones de toda índole.
Sin embargo, el argumento esencial que adoptó la dirigencia de Nacional para decretar la salida de Peirano, o quizás, el más sólido de todos, tuvo como base en que el entrenador nunca mostró las armas suficientes para superar los desafíos más complejos. Finalizó cuarto en su grupo de Copa Libertadores, sin siquiera clasificar a Copa Sudamericana. Perdió la final del torneo Intermedio, a manos de Peñarol. Por si fuera poco, fue goleado 3:0 por su tradicional rival en la segunda fecha del torneo Clausura. Fue eliminado de Copa Uruguay a manos de Plaza Colonia. Y para rematar, tampoco pudo ganar el Clausura.
Todos ellos, fueron motivos necesarios, suficientes y justificados como para tomar una drástica decisión para con Peirano, pese a que el equipo se mantenía en el primer lugar en la tabla acumulada.
Es que se acercaban las finales y la dirigencia pasaba raya. Se aproximaban las pruebas más difíciles y a los directivos no le cerraban muchas cosas del entrenador. Había más dudas que certezas. En cierto modo, inundaba más el temor que la expectativa. Había que actuar, cuánto antes. Ya no quedaba margen para el error.
Hasta que, después de varias idas y vueltas, la directiva tomó la decisión de despedir a Peirano para ir en busca de Jadson Viera.
JADSON VIERA, EL ANHELO DE PERCHMAN
Fueron muchas las acciones y demasiados los movimientos por parte del vicepresidente, Flavio Perchman, que dejaron evidencia de que Jadson Viera era su entrenador preferido.
Porque no era la primera vez que el vicepresidente de Nacional lo iba a buscar para que se vista de entrenador principal del club tricolor. Perchman, ya había instaurado el nombre de Jadson Viera como prioridad a comienzos de esta misma temporada. El directivo albo anhelaba que sea Viera el promotor inicial de su proyecto deportivo en el mes de enero. Sin embargo, por diferentes razones y argumentos personales por parte del entrenador, sobre todo por su compromiso con Boston River, el propio Viera optó por no tomar el cargo en su momento.
Incluso, a mediados de esta misma temporada, cuando Nacional decidió cesar a Martin Lasarte, Perchman, otra vez insistió con Jadson Viera para que se transforme en el nuevo entrenador. Aunque, por segunda vez en poco tiempo, volvió a quedar trunca esta posibilidad tras reafirmar su obligación con el club al que estaba arraigado contractualmente en su momento (Boston River).
Pero la preferencia de Perchman sobre Jadson Viera viene de antes. Su gusto por el técnico no solo lo hizo notar en Nacional, sino también, en el club donde Viera pudo debutar y ejercer por primera vez como entrenador de Primera división. Porque a principios de 2024 fue el propio Perchman quien recomendó y aconsejó a los directivos de Boston River en darle la posibilidad a Jadson Viera para que comience su periplo como entrenador.
Así se lo hizo saber en aquel momento el actual vicepresidente de Nacional a Pablo Álvarez, director deportivo de Boston River. “Jadson no estaba entre esos tres entrenadores candidatos. Entonces, ante la duda, Flavio Perchman fue quien nos aconsejó entrevistar a Viera, y no dudamos. Nos reunimos con él y nos dejó buenas sensaciones, por el entusiasmo y la convicción que nos transmitió. Nos dio detalles de nuestro plantel, eso fue un plus. Nos sorprendió y nos decidimos por él apostando a una aproximación a lo que aspirábamos de un técnico. Por suerte, nos terminó brindando una muestra muy exacta a lo que fue su entrevista. Tuvimos buena intuición”, revelaba Álvarez a Tenfield.com en una nota publicada por este medio en diciembre de 2024.
Lo cierto, es que después de dos intentos fallidos, de tanta incertidumbre, de diálogos sin acuerdos, de idas y vueltas, de versiones encontradas y desencontradas, y de un sinfín de polémicas, por fin, en el tercer intento, Perchman pudo convencer a su técnico preferido para que tome las riendas de Nacional tras el cese de Peirano.
Jadson Viera, dirigió sus dos primeros partidos en Nacional (los últimos dos del torneo Clausura) y ambos terminaron en empate: 0:0 ante Cerro y 1:1 contra Defensor. El equipo, mostró más de lo mismo en su funcionamiento, salvo algunas puntualizaciones diferentes. La llegada del nuevo entrenador parecía no impactar demasiado en los futbolistas y el hincha se volvía a impacientar. Lógicamente, tras estos resultados poco amigables, los cuestionamientos y reproches del público comenzaron a resonar.
Es que el tricolor ya no tenía margen para nada. Estaba obligado a no perder más puntos si quería conservar su liderazgo en la tabla Anual. Pese a conseguir solo dos puntos de seis, Nacional finalizó en el primer lugar. Pero, ¿Qué garantías tenía para las finales? Ninguna. De hecho, el equipo bajo el mando de Jadson Viera aún no había podido ganar.
ESTRATEGA EN LAS FINALES
Jadson Viera, se sacó cartel en las finales y le terminó dando la razón a los dirigentes, que fueron por él, justamente, con el objetivo de superar estos desafíos que tanto le habían costado al entrenador anterior, Pablo Peirano. Fue en las finales donde se vio su mejor versión como técnico y donde sacó su mayor crédito como estratega, motivador y ganador.
SU PLAN EN EL CAMPEÓN DEL SIGLO
Para la primera final en el Campeón del Siglo, que finalizó 2:2, sorprendió a todos con su once inicial apostando a una ofensiva renovada con Christian Ébere y Gonzalo Carneiro en el ataque. Ello, significó un riesgo. Porque la decisión, era lo más parecido a una prueba de fuego.
Es que el desafío no era para nada sencillo, ya que para poder ejecutar su determinación tuvo que excluir de la oncena nada menos que a Maximiliano Gómez y Nicolás López, las dos principales figuras del equipo. Sin embargo, el propio Jadson Viera terminó evidenciando no temblarle el pulso a la hora de tomar decisiones drásticas y tener que ponderar el funcionamiento colectivo por sobre el individual. ¿Cómo salió la prueba? Casi perfecta.
Ambos jugadores fueron determinantes. Ébere, además de sus dos asistencias para los goles, se consolidó como uno de los mejores de Nacional, colocado sobre el extremo derecho, cumpliendo un tándem a desgaste sobre la banda, pero moviéndose por todo el frente de ataque. Mientras que Carneiro fue único referente de área y aportando bastante más que el segundo gol.
La presencia de Ébere fue clave para cumplir la disciplina táctica. Sobre todo, para cubrir el ancho de la cancha cuando el equipo perdía la pelota. Pero también fue determinante para avanzar y contrarrestar en velocidad, con espacios. Lo mismo sucedió con Carneiro. Su presencia fue decisiva para cada contrataque a favor, iniciando jugadas por mérito propio, desde muy lejos del arco rival. Sus envidiables condiciones en velocidad, con su zancada larga, fue parte de la estrategia para impulsar cada contragolpe.
La intensión de Jadson Viera con su renovada ofensiva fue clara, imponiendo un sistema táctico (4-1-4-1) al momento de defender y un (4-3-3) al momento de atacar. Ponderó un equipo más compacto, más sacrificado desde lo físico y utilizó el contragolpe como arma letal con Ébere, Carneiro y Juan Cruz De Los Santos como estandartes de esta faceta.
SU PLAN EN EL GRAN PARQUE CENTRAL
Para el partido de vuelta, que finalizó con triunfo de Nacional por 1:0 en el alargue, Jadson Viera mantuvo a Gonzalo Carneiro en ataque pero le devolvió la confianza al ‘Diente’ López y Maxi Gómez en ofensiva, ponderando futbolistas con mejores condiciones técnicas y con capacidad de resolver en espacios cortos. Con esta postura, Nacional buscó ser protagonista desde el primer minuto.
A modo de poder quebrar la eventual metodología defensiva de su rival, Viera acudió a futbolistas que puedan romper líneas en espacio reducido ponderando su jerarquía y talento por encima de cualquier otra condición. Por ello, el técnico apostó a sus máximos goleadores sacrificando al banco de suplentes a Christian Ébere, quien había sido la gran figura en el partido de ida.
“La estrategia con la línea de cuatro y tres volantes fue poder tener juego vertical, jugar en largo, con el media punta y con los delanteros para aprovechar los mano a mano”, argumentó Viera tras el triunfo. “Lo que busqué con tres volantes, uno de más llegada y otro de contención por izquierda fue poder frenar los avances de Leo (Fernández), porque en el partido de ida el juego pasó por él”, sostuvo el entrenador. Y agregó: “Con Ébere y Juan Cruz (De Los Santos) en el banco quería tener recambio. Porque si ponía a los extremos de titular me quedaba sin ellos para ir a buscar el partido”.
La participación de Ébere en el Gran Parque Central fue muy diferente a la que tuvo en la final de ida. Primero que nada, porque no solo que comenzó en el banco de suplentes, sino que ingresó apenas diez minutos, en el segundo tiempo de alargue. Pese a su escasa oportunidad, el nigeriano entró confiado y lo demostró cada vez que tocó la pelota. Cada participación suya fue un suplicio para Peñarol. En su tercera acción en el partido, se consolidó para la eternidad marcando el único gol que tuvo la final definitoria.
MOTIVADOR Y GANADOR
“El primer día que llegué puse como prioridad la palabra ‘unión’. Tirar todos para el mismo lado. Por ello hay un mérito gigante de ellos (jugadores). Tratamos de que vuelva la mística. Los jugadores tuvieron un año duro. Había muchos sentimientos en este campeonato. Teníamos un peso extra porque definimos en nuestra casa. Felicito inmensamente al plantel porque ellos tenían un torneo muy especial”.expresó Viera tras consagrarse campeón uruguayo.
Sus palabras dejaron en claro que Jadson Viera logró llevar a cabo una conexión positiva entre los involucrados, que se terminó reflejando en los resultados deportivos. Además de su impronta futbolística y su estrategia específica de cara a las finales, en muy poco tiempo de trabajo logró alcanzar una identificación especial con su plantel, que le respondió con éxito en ambos partidos clásicos.
Jadson Viera, el preferido de Perchman, se volvió el gran causante del anhelado título que consiguió Nacional después de dos temporadas de sequía.
