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Estampa de líder

Sebastián Coates, el capitán que decidió volver a Nacional en 2024 directo desde Europa, tuvo un año consagratorio cambiando críticas por aplausos. Los reproches, el título, la revancha y su futuro.




Sebastián Coates, con la Copa de campeón uruguayo en manos tras vencer a Peñarol en las finales. El capitán tricolor, se consolidó como uno de los mejores, cambiando críticas por aplausos.


3 diciembre, 2025
Nacional

El repentino regreso de Sebastián Coates a Nacional en julio de 2024 sorprendió a más de uno y, lógicamente, causó admiración en los hinchas tricolores. Es que, el zaguero, decidió pegar la vuelta al club de sus amores a los 33 años, cuando todavía estaba en pleno auge en el Sporting Lisboa de Portugal, donde era líder y capitán.

 

Coates, venía de jugar nueve temporadas consecutivas en el Sporting de Lisboa, de ganar ocho títulos, de disputar torneos de élite mundial como la Champions League de forma regular, y, por si fuera poco, de ser considerado uno de los mejores zagueros de la historia del club portugués. Asimismo, poco antes de su regreso a Uruguay, el mismo club portugés lo condecoró con el premio como mejor jugador en su puesto en la temporada 2023.

 

Pese a recibir una multitud de elogios y halagos por parte de los dirigentes y de los propios hinchas del Sporting de Lisboa, e innumerables pedidos de la afición rogándole que se quede un tiempo más en el club portugés, nada de ello hizo modificar a Coates la decisión que ya había tomado: regresar a su país para vestirse con la camiseta del club que lo formó como futbolista profesional.

 

Coates, se terminó yendo ovacionado del club portugués, como un ícono, como una verdadera leyenda. Para ser recibido en Nacional, casi de la misma manera. Su envidiable trayectoria y su decisión de volver en un nivel superlativo al equipo de sus amores, automáticamente, lo colocaron en el pedestal más alto del club tricolor.

 

La mesa estaba servida. El mundo Nacional se frotaba las manos a la espera de escena, y al mismo tiempo, colmado de ilusión. Porque claro, una cosa es saber que un futbolista cuenta con unas condiciones extraordinarias, donde puede augurar un eventual rendimiento personal, y otra cosa es lo que vaya a suceder en la realidad.

 

Lo cierto, es que en el año de su regreso, Coates no colmó las expectativas del hincha, quien esperaba bastante más de un jugador de clase internacional. Si bien, el zaguero tuvo rendimientos individuales a buen nivel, incluso, marcó tres goles en pocos meses y uno de ellos se lo anotó a Peñarol, Coates terminó siendo parte de la crítica general de un equipo que quedó en el debe deportivamente, ya que apenas ganó el torneo Intermedio en toda la temporada.

 

Nacional, en 2024, defraudó en todo sentido, a nivel local e internacional. Y Coates, no fue esquivo a los reproches y cuestionamientos del hincha.

 

LAS CRÍTICAS, EL TÍTULO Y LA REVANCHA

 

Tras un 2024 colmado de frustraciones, entre la decepcionante actuación propia, sumado a los múltiples logros de su tradicional rival, Nacional estaba sometido a dar una muestra de rebeldía en este 2025.

 

Pausa y reflexión fueron las prioridades en la nueva directiva de Nacional para determinar el camino a seguir: diálogos, reuniones, acuerdos, decisiones y medidas a tomar. Éstos, fueron los pasos que decretó la dirigencia tricolor, que como primera resolución, decidió ratificar su confianza para el entrenador Martin Lasarte, junto a Sebastián Coates, como estandarte y capitán.

 

Mediante una minuciosa pretemporada, comenzaron los trabajos. Pero, al mismo tiempo, la transformación y renovación de plantel con un solo objetivo: cambiar la pisada. Los dos triunfos clásicos ante Peñarol a principio de año, por la Serie Río de La Plata y por la Supercopa, eran indicios de que se aproximaba un cambio para Nacional. Al mismo tiempo, Coates, de a poco, se transformaba en el líder que no había podido brillar en la temporada anterior.

 

Sin embargo, el 2025 no fue todo color de rosas. Es más, Nacional tuvo más frustraciones que éxitos. Más vaivenes que certezas. Bastante más reproches que elogios. Repasemos. Perdió el Apertura a manos de Liverpool. Finalizó cuarto en su grupo de Copa Libertadores, sin siquiera clasificar a Copa Sudamericana. Perdió la final del torneo Intermedio, a manos de Peñarol. Por si fuera poco, fue goleado 3:0 por su tradicional rival en la segunda fecha del torneo Clausura. Fue eliminado de Copa Uruguay a manos de Plaza Colonia. Y para rematar, tampoco pudo ganar el Clausura.

 

Lógicamente, sus resultados negativos en el transcurso del año fueron repercutiendo desfavorablemente y desencadenando a la dirigencia a la toma de decisiones de forma drástica, casi que obligadas. Hubo cambio de entrenadores y, lógicamente, hubo críticas, silbidos y reproches de todo tipo y color para los futbolistas. Y Coates, por el solo hecho de ser el capitán, fue el blanco perfecto para las flechas que le caían de todos lados.

 

Tanto así, que en medio de la tormenta, Javier Gomensoro, uno de los dirigentes de Nacional, llegó a expresar que el plantel estaba “sobrevalorado” y le faltaba un líder como Diego Polenta. Ello, naturalmente, cayó como un baldazo de agua fría en el entorno tricolor porque significó una crítica directa para el propio Sebastián Coates.

 

Sin embargo, el futbolista optó por hacer oídos sordos al contexto y omiso a las críticas. Identificado por mantener un perfil bajo y por su buena relación con varios compañeros del actual plantel tricolor, se dedicó a trabajar en silencio con el objetivo de revertir la situación.

 

Lo cierto, es que tras aquellos dichos de Gomensoro, inmediatamente Coates recibió el apoyo de todo el plantel y de excompañeros, que salieron a defenderlo a capa y espada. Pese a ello, los dichos ya estaban dichos, y a partir de ahí, el capitán fue medido en su aval de rendimiento con una vara especial por parte de la hinchada. El mismo jugador, necesitaba redoblar esfuerzos en la cancha para ganarse otra vez la confianza de su público.

 

Con el correr de los partidos, Coates se fue afianzando cada vez más en la zaga junto con el colombiano Julián Millán (la gran revelación del torneo), a tal punto de conformar una dupla casi perfecta, colmada de virtudes, entre experiencia, liderazgo, solidez y voz de mando. Ambos, se complementaron de memoria con rendimientos exuberantes.

 

Después de múltiples vaivenes futbolísticos, Nacional se terminó quedando con la tabla Anual. Pero faltaba lo más importante. Las finales contra Peñarol significaban una prueba de fuego para todo el plantel tricolor. Y ni que hablar para Coates, después de todo lo que habían dicho sobre su postura como capitán. El final de la película era cielo o infierno. Así de simple. Una eventual derrota podría detonar la debacle a nivel colectivo.

 

Finalmente, Nacional tuvo el final anhelado siendo campeón uruguayo ganándole nada menos que a su rival de todas las horas. Y por si fuera poco, con una destacada actuación de su capitán, consolidándose como bastión y estandarte en ambos partidos decisivos. El propio Coates, sin expresarlo, terminó callando bocas y dejando en ridículo a aquellos dirigentes que salieron a reprochar sus acciones en la cancha.

 

HALAGOS Y UN FUTURO INCIERTO

 

“Se nos hicieron muchas críticas, por momentos merecidas y por otros, no. Trabajamos en silencio, nos cerramos como grupo y eso fue fundamental. Los que vinieron a mitad de año ayudaron muchísimo a levantarnos. No me olvido del cuerpo técnico de Martín Lasarte y del de Pablo Peirano, y Jadson Viera, que vino a dar la cara por nosotros y ayudarnos”, expresó Coates tras ser campeón uruguayo.

 

“Nuestro ‘éxito’ se construye día a día, gracias a cada uno de ustedes, que hacen posible lo que soñamos!! Nos merecemos FESTEJAR!! VAMOS NOSOTROS!!!”, redactó el capitán en su cuenta oficial de la red social, X.

 

Luego de cambiar silbidos por aplausos, Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional, salió en defensa del capitán una vez que el tricolor alzó la copa de campeón uruguayo: “Sebastián Coates es todo lo que está bien para el Club Nacional de Football. Es nuestro gran capitán. Ojalá haya Coates para 2026″.

 

Definirá, en sus vacaciones, si seguirá jugando. El capitán, dejó abierta la posibilidad de continuar. En Nacional, existe la esperanza que el capitán confirme su continuidad.

 

Sebastián Coates, estampa de líder.


Finales Campeonato Uruguayo 2025

 

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