Con estirpe aurinegro
Matías González, pedido por Diego Aguirre para disputar la temporada 2026 con Peñarol, cumplirá el sueño de jugar en el club de sus amores luego de experimentar dos años a préstamo en Danubio.
Matías González, pedido por Diego Aguirre para sumarse al plantel de Peñarol de cara a la temporada 2026. El zaguero, cumplirá su gran anhelo de jugar en la Primera división del aurinegro.
Pasó la mitad de su vida en Peñarol, desde los 10 años hasta los 21. Hizo todas las formativas en el club mirasol. Incluso, fue campeón de la Copa Libertadores Sub-20 con el aurinegro en 2022. Sin embargo, una grave lesión en septiembre de ese mismo año, lo marginó de las canchas durante once meses y ello lo condicionó a futuro.
Después de haberse recuperado de su lesión, de cara a la temporada 2024, las chances para Matías González de tener minutos en el primer equipo de Peñarol eran muy escasas y ello lo llevó a aceptar la propuesta de salir a préstamo. Fue entonces, cuando Mario Saralegui, entrenador de turno en Danubio en aquel momento, lo pidió exclusivamente para que se sume al plantel de la franja.
Saralegui, hombre identificado con Peñarol en su época como futbolista y también como entrenador, ya lo tenía visto a González desde muy chico. Lo conocía como pocos. El entrenador, tenía muy en claro las condiciones con las que contaba el zaguero y las características que podía aportarle a Danubio. En busca de minutos y regularidad, González, lejos de dudar, aceptó la propuesta danubiana con gran ilusión. Se sumó al equipo de Saralegui en enero de 2024 (a préstamo por un año) y las expectativas eran muy grandes porque se trataba de un futbolista de gran proyección.
Sin embargo, su periplo por el club franjeado no se dio de la forma más anhelada ni de manera perfecta. De hecho, a González le costó una enormidad en el comienzo. La falta de ritmo y el volver a acoplarse a la competencia lo condicionó demasiado y lo rezagó del resto. Esta condicionante, obligó al zaguero a tener que esperar su oportunidad. De hecho, Saralegui terminó siendo despedido en Danubio tras la octava fecha del torneo Apertura y González seguía sin poder debutar en Primera.
A raíz de la llegada de Alejandro Apud como entrenador de Danubio, el zaguero se colmó de incertidumbre. Incluso, más de la que ya tenía. Pues claro, si el técnico que lo había recomendado para Danubio ya no estaba más en el club. Además, no tenía minutos. Todo era un caos para el juvenil. Tras navegar en un mar de incertidumbre, González tuvo que esforzarse el doble que sus compañeros en sus horas de preparación debido a su falta de ritmo. A base de trabajo, entrega, actitud y mucha voluntad, de a poco, el zaguero fue ganando minutos y la confianza del nuevo director técnico.
Finalmente, González debutó el 3 de mayo ante Rampla Juniors y su aparición en Primera división fue el comienzo de una nueva etapa para el futbolista. Un antes y un después. Su continuidad fue de menos a más.
SU EXPERIENCIA EN DANUBIO, DE MENOS A MÁS
En su primer año en Danubio, González jugó de forma intermitente. Tuvo partidos muy buenos y otros no tanto. Pese a ello, sus buenas condiciones quedaron a la vista de todos. Disputó diez partidos en la temporada 2024 y ocho de ellos lo hizo como titular. ¿Objetivo cumplido? A medias. Porque sí pudo debutar en Primera y afianzar sus primeras armas, pero apenas jugó un porcentaje mínimo de partidos en la temporada.
La cesión de su préstamo caducó con Danubio el 31 de diciembre de 2024 y comenzaron las dudas sobre su futuro. El futbolista, tenía que regresar a Peñarol. Pero, ¿Estaba en condiciones de regresar al aurinegro tras haber acumulado tan pocos minutos? Apud, el técnico que había llegado a Danubio con el plantel armado y el torneo en marcha, apostó por él para la temporada siguiente (2025) y solicitó a los dirigentes danubianos que extiendan su préstamo por un año más. El tiempo le dio la razón a Apud.
Porque lo puso a prueba de fuego en un momento crítico, donde el margen para el error en Danubio pendía sobre un hilo. La paciencia del hincha había llegado a un límite y cada acción de los futbolistas danubianos era juzgada con lupa. Exigencia extra para un joven, que se enfrentaba a un desafío en un momento particular. Muy arriesgado. González, se puso un trajo colmado de incertidumbre dentro de un contexto decisivo.
Danubio, manejó diferentes entrenadores a lo largo del año. Porque Apud luego fue reemplazado por Juan Manuel Olivera y el equipo terminó el año con Gustavo Matosas reconvertido a la función de director técnico. Pese a ello, González pudo adaptarse a las diferentes propuestas y estilos de cada director técnico y pudo cumplir con los requisitos de cada uno de ellos, a base de jerarquía y mucha clase.
No obstante, sus muy buenas condiciones le permitieron adaptarse al lateral derecho, puesto donde cumplió a gran nivel. Siendo zaguero natural, cumplió con creces en una posición a la que no estaba acostumbrado. A tal punto, que no solo se transformó en titular indiscutido como marcador de punta sino que terminó siendo una de las grandes revelaciones del torneo en dicha posición.
“Me siento mucho más cómodo jugando de lateral que de zaguero. Mientras iban pasando los partidos me sentía cada vez mejor. Por lesiones de compañeros, en los últimos partidos volví a jugar en la zaga pero prefiero jugar de lateral”, confesó González al terminar el torneo.
SUS NÚMEROS EN 2025
En 2025, González jugó 2.169 minutos distribuidos en 25 partidos. Marcó tres goles y dio cinco asistencias. Por si fuera poco, no tuvo expulsiones.
UN PEDIDO EXCLUSIVO DE DIEGO AGUIRRE
Tras finalizar la temporada 2025, González volvió a caducar su préstamo con Danubio y, otra vez, comenzaron las vacilaciones sobre su futuro. Aunque, en esta oportunidad, la historia era muy diferente con respeto al 2024. A la vista de todos, se vio el gran torneo que hizo González en el franjeado y ello trajo consecuencias positivas para el futbolista. La situación actual era muy distante y las buenas noticias no tardaron en llegar.
Finalmente, después de tanta espera, González tuvo su premio al recibir el tan ansiado llamado de Diego Aguirre, quien le expresó su deseo de ser parte del plantel aurinegro de cara a la temporada 2026. Aquel zaguero, reconvertido a lateral en Danubio, tendrá un desafío enorme el año que viene en el club de sus amores. Ya afianzado en Primera división, tendrá la oportunidad de demostrar todo lo bueno que hizo en el franjeado para poder ganarse su lugar en el club que lo vio nacer y en el que tanto desea poder jugar.
¿Cómo zaguero o lateral? Aguirre, lo pidió exclusivamente para que se desenvuelva como lateral derecho. Así de simple. Además, Pedro Milans, titular en el puesto en Peñarol en los últimos años, dejará el club y ello abre la posibilidad para su remplazo con nuevas caras. González, tiene todas las cartas a su favor para poder quedarse con el puesto. ¿Por qué?
CARACTERÍSTICAS
Matías González, demostró estar a la altura de las circunstancias para un puesto que requiere ciertas características: rápido para cortar, expeditivo para anticipar, inteligente para leer al rival, muy aguerrido en las divididas, fuerte en el juego aéreo, y con una personalidad y un temperamento peculiar como para afianzarse en un puesto. Además, se acostumbró a proyectarse con mucho criterio. Convirtió goles y asistió.
Su regularidad le bastó para ganarse su lugar en un equipo que tuvo diferentes entrenadores y diferentes requisitos. Con el transcurso de las fechas, se fue consolidando a través de un ascenso superlativo en su rendimiento, hasta el punto, de transformarse prácticamente en imprescindible de la defensa de Danubio.
Claramente, a González no le pesó los grandes desafíos. Tuvo el carácter necesario para asumir el rol y convertirse en pieza fundamental en un equipo que no daba garantías en defensa. Nunca la tuvo fácil, ni tampoco le tocó caminar sobre un camino de flores. Sus posibilidades siempre se han dado a través de un panorama cuesta arriba y cada partido que le tocó enfrentar fue como una especie de “final”. Sin embargo, el contexto crítico de tener que superar las adversidades lo hizo aún más fuerte y, sin dudas, le vino bárbaro para demostrar hasta su faceta menos conocida.
Aquel zaguero aguerrido, surgido de la cantera, y casi sin oportunidades en Primera, tuvo que pasar por varias experiencias y atravesar por tragos amargos durante mucho tiempo para disfrutar del presente que siempre soñó: tener la oportunidad de jugar en el equipo de sus amores.
