Al boliche de la esquina, cerca del televisor…
El Bar La Pasiva palpitando las horas previas.
Como en cada partido de Uruguay, la previa se vive de una manera especial. La calle y los boliches respiran un aire diferente. El tradicional Bar “La Pasiva” de la zona de Carrasco no es la excepción.
Cae la tarde y en La Pasiva se va palpitando una nueva noche de eliminatorias.
Mozos de aquí para allá. Dos plasmas encendidos ya con la fecha de las eliminatorias. La cocina que se prepara para una noche de mucho trabajo. No solo por el hecho de ser viernes, sino porque juega la celeste, y como es tradición, miles de uruguayos vuelven a repetir el viejo ritual de ir a ver fútbol, “al boliche de la esquina”…
“Cuando juega Uruguay siempre tenemos entre un 80 y 100% de las mesas ocupadas”, nos cuenta Clovis Palombo, encargado de La Pasiva de Arocena y Schroeder. El local es un clásico de la zona y su reciente remodelación mejoró la acústica además de ampliar la capacidad. Dicen que no hacen reservas, “no es necesario, se llena solo”, más en en una noche tan especial como la de este viernes. Un par de televisores de pantalla plana permiten ver sin problemas a todos los clientes y por supuesto, también a los empleados: “somos veintiún personas en el horario de la noche, todos muy futboleros”, reconoció Palombo.
El Bar Arocena, otro típico boliche que se apronta para el partido de la celeste.
Otros bares y pubs en Montevideo, se han organizado de una manera distinta para el partido de Uruguay. Más que nada los que acostumbran abrir pasada la medianoche, pero en este caso lo harán antes, con pantalla gigante para que nadie se pierda alternativa de lo que sucederá en el Estadio Nacional de Lima. “Lo vivimos a full, esperemos que gane Uruguay”, cierra Clovis, desde atrás del mostrador de La Pasiva. Deshojando la horas, para ver a la celeste en la cancha, cerca del televisor…
