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Alfonso Espino, la ruta del campeón: desde San Jacinto en ómnibus a Los Céspedes




Alfonso Espino en el ómnibus que pasa 6:45 por la agencia de San Jacinto


30 noviembre, 2014
Fútbol Uruguayo Primera

Alfonso Espino, veintidós años, el lateral izquierdo titular del Nacional Campeón 2014, no se sube al caballo, prefiere seguir a pie. Hace diez años que viaja todos los días en líneas interdepartamentales y otras internas, a entrenar a Montevideo, primero a Danubio, después a Huracán Buceo, después a Miramar Misiones, ahora a Nacional, desde San Jacinto. No quiere comprar auto porque está construyendo una casa para sus padres, a dos cuadras de la cooperativa de vivienda donde viven, en el barrio Unión Repeto de San Jacinto. Ésta les quedó chica para tres hermanos. Así que lo que gana va para materiales.

Alfonso Espino en el ómnibus que pasa 6:45 por la agencia de San Jacinto

Alfonso Espino en el ómnibus que pasa 6:45 por la agencia de San Jacinto

-El viaje no se nota -dice-. Son seis cuadritas hasta acá (la agencia de ómnibus en el centro de San Jacinto), otras seis a Los Céspedes, porque el chofer me hace la gauchada de dejarme en Belloni donde más me sirve y la mayoría de las veces voy sentado, en buen asiento, son ómnibus cómodos y es buena gente el chofer. Una vez me dormí y me despertó:

¿te bajás acá o seguís?“.

Estábamos por Belloni.

No, hoy bajo en Tres Cruces“.

Porque iba al Parque Central. Me bajo en Tres Cruces y camino hasta el Parque. Lo que pasa también es que mi padre hace años trabajaba en el Banco de Seguros en Montevideo y viajaba con estos mismos choferes. Entonces nos conocen hace mucho. Además me coincide bastante el horario del ómnibus con el de la práctica. Soy el que llego primero, con Iván Alonso y Gonzalo Porras, pero casi todos llegan temprano.

UNA CASA DE CUATRO CUARTOS

-Cuando tenía que ir al Santa Rita, en cambio, me bajaba en Tres Cruces y tomaba otro ómnibus hasta Carrasco. Tenía que arrancar a las cinco de la mañana en San Jacinto. Tenía tres horas de viaje.

El tema más complicado ahora son los perros que te salen allá cuando caminás hacia Los Céspedes, un par de perros policía que son bravos. Ahora voy mucho con Guillermo (De Amores, también de San Jacinto, golero de Liverpool), que va a Lomas de Zamora, le queda de pasada, pero se me jodió (está en rehabilitación luego de una operación por desprendimiento de retina en el ojo  izquierdo). Lo estoy cuidando para que se recupere bien.

Alfonso con Javier, el chofer que ya llevaba al padre de Alfonso, el "Manzo" Espino

Alfonso con Javier, el chofer que ya llevaba al padre de Alfonso, el “Manzo” Espino

-No es lo más común que un jugador se haga una casa antes de comprarse un auto…

-Capaz que alguien en mi lugar, así de afuera, piensa lo mismo que yo. A mí se me puso eso en la cabeza: quiero terminar de hacer una casa, para tener un lugar propio para toda la vida, porque a la vivienda de la cooperativa fuimos cuando ya estaba hecha, entonces hoy o mañana no la tenemos. Esta semana empezamos a hacer la casa. Es una plata para gastar. Ya mi vieja sacó el presupuesto y quiere hacer la parte del fondo y el parrillero primero para el 24 ir a comer ahí. Es a dos cuadras de la cooperativa. Tengo dos hermanos, uno de diecisiete y el otro de quince, que viven con nosotros y duermen juntos y ya quieren dormir separados porque no se bancan ninguno de los dos. Así que la casa tiene que ser de cuatro cuartos, uno pa’ cada uno. Si todo sale bien supongo que en seis meses está pronta, porque el constructor trabaja muy bien.

EL SAN JACINTO DEL “PACHA”

Alfonso hizo baby fútbol en el San Jacinto, el único cuadro de la ciudad.

-Antes estaba en la Liga de Pando; jugábamos con San Luis, Atlanta, Nacional de Pando… ahora está en Liga del Este, juega con el Atenas de Tala, Nacional de Tala, Peñarol de San Ramón…

Hizo escuela y liceo en San Jacinto hasta cuarto.

Alfonso Espino recostado a la vidriera de la agencia de Cromin en San Jacinto

Alfonso Espino recostado a la vidriera de la agencia de Cromin en San Jacinto

-Me falta quinto y sexto porque acá no había liceo de noche. Ahora están haciendo un liceo nuevo para el año que viene y lo más probable es que termine liceo ahí.

El último año de baby lo hizo en Danubio, en AUFI y de ahí se fue seis meses a Huracán Buceo…

-Me llevó el “Cacho” Carlos Mancini, el técnico de Danubio y jugué en la séptima de Huracán hasta que se desafilió, pero tuve un buen técnico, que me decía que no me boludeara, que siguiera. Estuve seis meses sin hacer nada, hasta que a los catorce entré en la sexta de Miramar. En Miramar tuve a Carlos Lage, a Danny García, Juan Alzubides, Gabriel Esnal y a Antonio Di Candia.

En sexta de Miramar me quebré tibia y peroné en Brasil. Llegamos, comimos, hicimos un partido amistoso y a los diez minutos me quebré solo, un desastre, se ve que cargué todo el peso en una pierna, sentí el “track” y me quedé tirado en el piso; me acuerdo que nadie me creía: “dale, Pacha, dale”, decían y yo seguía tirado. Me tuve que venir.

-¿Por qué “Pacha”?

-Por el Pacha Barilko. Desde el primer día que llegué a Miramar me dijo el profe Gonzalo Cerri: “si te preguntan quién te lo puso, vos decí que fue un profe que venía en moto a practicar y se mamaba”. Después, cuando fuimos a Colonia con Nacional, que hicimos un partido con Wanderers, me saqué fotos con el Pacha Barilko. Él es de Colonia.

-¿Cuál era tu espejo como futbolista?

-Desde la sub-20 el Pelado Cáceres me encantaba cómo jugaba, no sé por qué pero me encantaba, así que siempre lo he seguido a todos lados.

“NACIONAL O EL FRIGORÍFICO SAN JACINTO”

-¿Cómo llegaste a Nacional?

-En 2012 hice la pretemporada en Miramar y me mandaron a practicar con Cuarta, que ya no tenía edad para estar ahí y estaba libre, así que decidí irme. Llegué a Nacional por Matías Vecino, que es de acá, de San Jacinto. Estaba (Marcelo) Gallardo en Nacional y Pablo Rodríguez era el técnico de la Tercera. Matías habló con Pablo, le dijo que yo iba a ir a probarme nomás. Estuve una semana practicando y Pablo me dijo que ya había empezado el campeonato, que fuera a mitad de año que era más fácil para ficharme. Estábamos en Marzo, me hizo ir en Julio, pero me dijo: “vos volvé que ahí vamo’ a ver mejor”. Volví -me acuerdo que me llevaron Sergio Guisolfo y Jorge Pazos García- estuve dos semanas practicando y Pablo me dijo que me quedara pero él se fue; ganaron el campeonato y se volvieron a Argentina con Gallardo, porque terminaron el contrato. Entonces agarra Gustavo Bueno y quedó con el Profe Julio Moreno, al que Pablo ya le había dicho que yo quedara. Hice pretemporada, me ficharon una semana antes del primer partido y con Gustavo jugué un año hasta las finales con Fénix. Salimos Campeones y después vino Álvaro (Gutiérrez) a Tercera, porque Gustavo agarró el Primero y ya jugué más, porque siempre que bajaba a la Tercera el “Chino” (Maximiliano) Moreira, jugaba él, pero Álvaro buscaba ponernos a los dos, uno de volante y el otro de lateral. Fue todo rápido, en dos años subí a primera. Me subió (Gerardo) Pelusso. Yo era de los más jóvenes y antes de jugar mi primer partido, con Racing, firmo mi primer contrato en Nacional. Con Pelusso jugué bastante, con Racing, con River y por Copa Libertadores; me hizo viajar, bien de bien.

En Nacional me trataron desde que llegué como si fuera uno más. Tuve suerte porque estaba el Santi Pereira, que es de acá (de San Jacinto) y me dio una mano bárbara. Yo la verdad que dije: “No me queda otra: Nacional o el Frigorífico San Jacinto, que ahí tenés trabajo siempre y a los más chicos los toman casi siempre”. Ya tenía veinte años y siempre tenés que tener un poquito de suerte. A mí se me dio.

Sacando pasaje en la agencia.

Sacando pasaje en la agencia.

ENTRADAS PARA LA MADRE

-¿La familia te va ver a los partido?

-¡¿No va a ir?!  Antes mi viejo iba siempre a vernos a los tres, porque mis dos hermanos juegan en Miramar. Ahora uno tiene los cruzados rotos y el otro se boludeó con el liceo, repitió segundo y le sacaron el fútbol, “ponete las pilas, pasá segundo y el año que viene vemos”, pero ahora tengo que pedir entradas para mi vieja también porque no se pierde un partido. Somos todos muy futboleros. Mi viejo jugó, pero no llegó a jugar en Montevideo, jugó en San Jacinto, Atenas de Tala, Artigas de Sauce, en los cuadros de la zona.

¿Cómo se llama el cuadro de San Jacinto?

-Club Vida Nueva y Deportivo San Jacinto, pero más fácil: El Rojo.

“EL CLÁSICO FUE MÁS LINDO QUE EL CAMPEONATO”

La vida en Nacional…

-Y… Ya con el semestre que estuvimos más o menos, yo estaba contento. No por el grupo, pero por mi parte, que pude jugar algún partido que otro. Me hicieron contrato hasta diciembre de 2015. La felicidad mía iba para ese lado, por más que fue un semestre malo, que no anduvimos ni pa’ atrás. Ahora es una locura. Yo no me doy cuenta. Le decía a mi padre que no caigo todavía. Ganar el clásico, salir Campeón. Arranqué a jugar en la quinta fecha, porque en la cuarta Juan Manuel (Díaz) se lesionó. No salí más. En Nacional los grandes te tratan como si te conocieran de toda la vida, son unos crack. Cuando los ves de afuera decís: “¡pah, pa’ estar con éstos debe ser bravo!“, pero la verdad que son tremendas personas. Con toda la carrera que tienen atrás son igual que nosotros y eso fue lo que nos fortaleció para sacar los resultados, porque se habla todo, nadie esconde nada. Además, Álvaro (Gutiérrez) es uno más del plantel, se integra a las comidas, toca la guitarra, canta con nosotros…

-¿Habías jugado clásicos?

-Había jugado tres clásicos en tercera. El primero lo perdimos uno a cero, el segundo lo ganamos tres a cero, hice un gol, en el Estadio, fue de lo más lindo que viví y el otro ganamos cuatro a cero. Llevo tres ganados y uno perdido, aunque en el último salí cuando íbamos perdiendo pero eso no se cuenta (risas). Pa’ mi el clásico fue lo más lindo, más que el Campeonato.

LA VOZ DE “CIENGRAMOS”

Alfonso Espino no sabe manejar. “Tal vez también por eso -arriesga-. Estoy más tranquilo“. Hace veinte años entrevisté a Héctor “Ciengramos” Rodríguez, cuando era coordinador de todas las formativas de Nacional, y me dijo que lo peor que hacen los jugadores cuando empiezan, es comprarse el autor. “Con la primera plata que agarran -me dijo- lo primero que hacen es comprarse el coche y van en auto hasta a la panadería. Eso los perjudica físicamente”.

Parece que el “Pacha” Espino lo hubiese oído y tiene otra ventaja: de San Jacinto a Los Céspedes, el paisaje que pasa por la ventanilla del bondi es espectacular, una maravilla. Y cuando está amaneciendo, más.

Alfonso "Pacha" Espino. A pie.

Alfonso “Pacha” Espino. A pie.