¡Apareció el doble cinco!
Tras la salida de Damián García y la grave lesión de Eduardo Darias, por fin, Diego Aguirre encontró con Eric Remedi e Ignacio Sosa una dupla de volantes centrales que se entienden a la perfección.
Ignacio Sosa y el argentino Eric Remedi, los componentes del "doble" 5 de Peñarol.
La salida de Damián García a comienzos de temporada generó un dilema grande en Peñarol. Un dilema, que no le fue para nada fácil poder remediar. Es que García, se había transformado en el volante posicional indiscutido en el esquema de Diego Aguirre, a tal punto, que pasó a convertirse en uno de los futbolistas imprescindibles del entrenador.
Peñarol, sufrió y extrañó en demasía su salida. De un día para el otro, se quedó sin su pieza fundamental en zona media. Aquel equipo de Aguirre de 2024, que lo ganó casi todo, había adoptado su labor -como estandarte y abanderado táctico- de forma casi que natural. Y sin temor a una eventual exageración, podría afirmar que el equilibrio y balance colectivo del Peñarol del año pasado, muchas veces, dependía exclusivamente de la presencia de Damián García.
Sin ir más lejos, a modo de poder evidenciar este antecedente, podemos rememorar lo que fue el irregular comienzo de temporada de Peñarol en 2025, donde fue un desconcierto a nivel táctico en mitad de cancha. La ausencia del habitual trabajo a desgaste de Damián García, se hizo notar más que nunca en los primeros partidos del año.
PRIMERA APUESTA
A comienzos de 2025, Aguirre probó en el doble cinco a Rodrigo Pérez –como sustituto natural de García- junto con Eduardo Darias, quien repetía titularidad del año anterior. Pero, ¿Cómo fue el rendimiento del equipo con esta dupla? Bajo, muy bajo. Porque Pérez y Darias no se entendieron. No se supieron complementar. Y los resultados quedaron a la vista. El equipo no consiguió un buen funcionamiento y siempre estuvo lejos de su mejor versión.
Peñarol, sufrió tácticamente porque Rodrigo Pérez (primer reemplazo de García) tiene características diferentes a Damián García. No supo complementarse con Darias porque demostró ser un volante central de perfil más ofensivo, con tendencia a adelantarse en la cancha, a moverse a los laterales y a trasladar más la pelota. Sus características, de volante mixto y no tan posicional, se transformaron en un riesgo para el equipo, que lo sufrió en cada retroceso colectivo.
Bajo aquella nueva apuesta, con Pérez y Darias en el doble cinco, Peñarol mostró perder balance y equilibrio táctico. En cierto modo, las acciones naturales de Pérez en su función, se evidenciaron negativamente cuando el equipo quedó mal parado en reiteradas ocasiones, dejando espacios por aludido en mitad de cancha donde habitualmente solía custodiar con criterio. Pero esto, apenas era un indicio del gran dilema que se le aproximaba al conjunto aurinegro de cara a futuro con este puesto.
MÁS PROBLEMAS EN ZONA MEDIA
El problema para Diego Aguirre en zona media se acrecentó aún más cuando Eduardo Darias, uno de los pocos destacados que había tenido Peñarol en sus primeros partidos, se rompió los ligamentos cruzados y quedó marginado de poder jugar por los próximos nueve meses.
Darias, además, se sumaba a la baja del juvenil Tomás Olase (un juvenil de la confianza de Aguirre), quien semanas atrás se había lesionado de los ligamentos cruzados en su debut. Todo era una caos para el entrenador aurinegro en zona media. Aquel desafío de tener que encontrar el reemplazo de García, se volvía una doble prueba de fuego tras la lesión de Darias. La búsqueda de nuevos volantes centrales se multiplicaba.
Este último desenlace, terminó siendo la impulsión para que Ignacio Sosa comience a tener protagonismo en el equipo. “Nacho”, quien había sido parte del plantel en 2024, pero jugando muy pocos minutos, no desaprovechó su oportunidad exhibiendo rendimientos exuberantes. A base de confianza individual y una incansable tarea a desgaste en zona media, se ganó el puesto.
Tras la ausencia de Darias, en un principio, Aguirre insistió con la dupla Rodrigo Pérez-Ignacio Sosa en el doble cinco. Con este mediocampo, Peñarol tuvo cierta evolución colectiva, pero, de todas maneras, el equipo seguía sin poder encontrar el sustituto natural de Damián García. Porque ni Pérez ni Sosa llenaron el ojo del técnico y Peñarol seguía sin poder encontrar su mejor versión mostrando altibajos y vaivenes en su funcionamiento y en sus resultados.
LA SOLUCIÓN: ERIC REMEDI
En el partido ante Danubio por la décima fecha del Torneo Apertura, donde Peñarol ganó 1:0 en Jardines del Hipódromo y dio su puntapié inicial a la senda del triunfo. En ese partido, donde el equipo aurinegro comenzó a revertir su racha adversa e hizo un “click” a nivel colectivo, fue cuando surgió la presencia de Eric Remedi como titular en zona de volantes. Ese día, el argentino jugó junto a Ignacio Sosa en el doble cinco y el equipo funcionó muy bien. Tanto así, que Aguirre quedó muy conforme con el rendimiento colectivo.
Remedi, bajo una labor táctica a la perfección, le dio al equipo un mejor funcionamiento defensivo. El argentino, demostró ser el volante posicional que tanto extrañaba Peñarol. Cubriendo espacios. Respaldando a los laterales. Metiéndose entre los zagueros en momentos de retroceso colectivo. Brindando balance y orden al equipo. Y respaldando defensivamente a unos y dando libertad ofensiva a otros. Además, le dio al equipo un mejor manejo de pelota siendo el nexo de salida desde la defensa hacia adelante.
La aparición de Remedi fue solución para un Peñarol que, desde la salida de García, volvió a encontrarse con un pilar táctico en mitad de cancha. Con su presencia, el equipo recuperó equilibrio en zona media en un puesto que exige categoría y jerarquía. El argentino, demostró haberse acoplado a la perfección junto a Ignacio Sosa y, sin dudas, fue el recurso perfecto que encontró Aguirre para un puesto donde el equipo en 2024 estaba muy bien respaldado.
Los números son una fiel evidencia de la evolución que tuvo el equipo en todos los aspectos. Con la dupla Eric Remedi-Ignacio Sosa como titulares en el doble cinco, Peñarol jugó diez partidos hasta ahora; consiguiendo ocho triunfos, un empate y una derrota (3:2 frente a Liverpool).
Después de múltiples pruebas y un sinfín de dolores de cabeza, por fin, apareció el doble cinco en Peñarol.
