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Ariosa, volver a vivir…




Sebastián Ariosa con su mejor amiga, la pelota. Este martes por la mañana, tras pelear por casi dos años contra una cruel enfermedad, cumplió el sueño de volver a pisar una cancha de fútbol. Participó del entrenamiento del plantel superior violeta en el Complejo Arsuaga.


26 febrero, 2015
Fútbol Uruguayo Primera

Sebastián Ariosa, volvió a su hábitat natural, la cancha de fútbol. Mañana de verano, pintada para deporte al aire libre en el complejo Arsuaga, que sirvió de pretexto para el retorno de un hijo pródigo de la casa, el popular “Trufa” que casi dos años después y tras ganar el partido más importante de su vida, superando un cáncer de mediastino, se volvió a vestir de violeta para cumplir el sueño que íntimamente compartió con su señora esposa, correr detrás de una pelota.

Sebastián Ariosa con su mejor amiga, la pelota. Este martes por la mañana, tras pelear por casi dos años contra una cruel enfermedad, cumplió el sueño de volver a pisar una cancha de fútbol. Participó del entrenamiento del plantel superior violeta en el Complejo Arsuaga.

Sebastián Ariosa con su mejor amiga, la pelota. Este martes por la mañana, tras pelear por casi dos años contra una cruel enfermedad, cumplió el sueño de volver a pisar una cancha de fútbol. Participó del entrenamiento del plantel superior violeta en el Complejo Arsuaga.

Sebastián Ariosa, este martes por la mañana, tras pelear por casi dos años contra el cáncer y vencerlo, cumplió el sueño de pisar una cancha de fútbol. Volver a vivir…

El 23 de mayo de 2012 se le diagnosticó cáncer de mediastino y su vida dio un vuelco de 180 grados. Pasaba por el mejor momento de su carrera futbolística en Olimpia de Paraguay,  “no podía jugar, entraba a la cancha y a los pocos minutos sentía que me ahogaba, no podía respirar y se me hinchaba la cara. Me sentía muy mal, consulté a los médicos del club que me enviaron a un especialista en Asunción que me detectó un tumor maligno en el mediastino. Se me vino la noche, todo se vino al piso. Retorné a Montevideo y de inmediato mes puse en contacto con el Dr. Ney Castillo. Me recibió en su despacho de la Fundación Pérez Scrimini y me aseguró que si siga el al pie de la letra el tratamiento médico en dos años iba a volver a las canchas. Su apoyo fue incondicional y clave en mi recuperación. Me devolvió las ganas de pelear y salir adelante”.

Veintiún meses le demandó el período de recuperación contra la cruel enfermedad, “Fueron días muy difíciles, interminables. Mi señora Virginia fue mi guía espiritual, jamás me dejó sólo llegó estar días enteros a mi lado en La Española. En los primeros meses no podía ni siquiera recibir la visita de familiares y amigos. Me encontraba aislado en mi domicilio, solamente con la compañía de mi señora. Comencé con las sesiones de quimioterapia cinco o seis veces por semana. Fue durísimo, cuando llegaba  a mi casa, tachaba los días en el calendario soñando con el fin de la pesadilla que estaba viviendo. Pasé siete meses insoportables. Nunca bajé los brazos, ni me entregué, mentalmente me mantenía fuerte, confiando en que iba a superar la enfermedad y ganar el partido más importante mi vida”.

La negra noche comienza a quedar atrás, “tras las interminables e insoportables sesiones de quimioterapia, comencé con el tratamiento de pastillas que fue mucho menos nocivo para mi organismo. Poco a poco me fui sintiendo mejor físicamente y con la ayuda de un gran amigo el profesor Javier Carballo comencé a caminar y a andar en bicicleta en abril del año pasado. El alta oncología definitiva la recibiré aproximadamente en dos meses, pero con la autorización expresa para realizar actividad física y siempre supervisado por el profe Carballo, lentamente fui intensificando los ejercicios de recuperación y a sentir que el sueño de volver a jugar, se podía hacer realidad. En el invierno pasado ingresé por primera vez a un gimnasio y no me puse a llorar de pura casualidad. Fue el puntapié inicial de la alegría que estoy viendo hoy aquí en mi segunda casa”.

Olimpia, Casimiro Neto, la falta de apoyo, la suspensión de contrato y la deuda por cobrar… “Olimpia es un club grande y ojalá le vaya muy bien, sobre todo por su gente. Del anterior presidente no quiera hablar más, se portó muy mal, me soltó la mano en el peor momento de mi vida. Algo inhumano lo que realmente hizo conmigo. El actual presidente Marco Trovato, por el contrario me abrió las puertas del club y tuve la oportunidad de mantener una larga conversación con él. Me reconoció la pésima actitud del anterior presidente para conmigo y se puso a mi entera disposición. Mi contrato con Olimpia finalizaba en diciembre de 2016, pero puedo decir que hoy por suerte soy jugador libre y con el pase en mi poder. El litigio por deudas impagas con Olimpia sigue en pie. Ya gané el juicio en FIFA y falta la decisión del TAS. En los primeros días de marzo nos comunicarán la fecha de la audiencia final del juicio contra Olimpia. Mis abogados Horacio González Mullín y Felipe Vázquez, están gestionando la posibilidad de que la audiencia se lleve en cabo en un país sudamericano”. Vale decir que la deuda de Olimpia con Sebastián Ariosa, asciende a 482.000 dólares.

El presente y el futuro en su mundo, el fútbol… “El noviembre, comencé con la práctica de fútbol en las canchas de “Fútbol inteligente” de Platense y hoy por suerte estoy aquí en mi segunda casa, junto a mis amigos de toda la vida Andy (Andrés Fleurquin), “Nacho” (Ignacio Risso) y todos los que componen esta gran familia que es Defensor Sporting. De por vida estará agradecido a dirigentes, técnicos, futbolistas e hinchas del club, se portaron diez puntos. Jamás se olvidaron de mí, por el contrario siempre estuvieron a mi lado. Con Mauricio (Larriera), somos “viejos” conocidos, pasemos momentos inolvidables en Olimpia. Hablamos de entrenador a jugador y me abrió las puertas de par en par. Por supuesto me falta ritmo de fútbol y es lo que quiero encontrar participando activamente de los entrenamientos junto al plantel principal. Mi ilusión es volver a vestir la camiseta de Defensor Sporting. Deseo de todo corazón volver a las canchas luciendo la camiseta violeta”.

Sebastián Ariosa, a los 29 años, le ganó al cáncer y volvió a su hábitat natural, la cancha de fútbol.  Un ejemplo de vida.

"Mi ilusión es volver a vestir la camiseta de Defensor Sporting", dijo Sebastián Ariosa que le ganó la pelea al cáncer y volvió a entrenarse junto a los componentes del plantel principal violeta.

“Mi ilusión es volver a vestir la camiseta de Defensor Sporting”, dijo Sebastián Ariosa que le ganó la pelea al cáncer y volvió a entrenarse junto a los componentes del plantel principal violeta.


Etiquetas: Ariosa Defensor