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Peñarol es pura decepción

Fénix le ganó 1:0 a Peñarol en el Estadio Campeón del Siglo, por la primera fecha del Torneo Clausura.




Ignacio Laquintana, Billy Arce y Sebastián Cristóforo, a pura desazón, se marchan de la cancha.


1 agosto, 2022
Primera

Peñarol es pura impotencia y decepción. Nuevo modelo, el mismo déficit: falta de gol e inconcebibles errores defensivos. Batacazo de Fénix. Peor comienzo del Clausura, imposible, para un aurinegro que perdió tres puntos y que sigue lejos, lejísimos de su tradicional adversario, también en este torneo. Noche negra en el Campeón del Siglo.

 

Mejor el dueño de casa en la primera mitad. Si bien impuso condiciones, manejó el balón e intentó por banda, no pudo reflejar su superioridad futbolística en el marcador. Generó dos situaciones de peligro –remates de Méndez y Bentancourt- ante un albivioleta que fue de mayor a menor. Buen arranque con la velocidad de Ignacio Pereira, pero sin pegada. Vale subrayarlo: fue bien anulado por el VAR el gol de Nicolás Milesi. Hernán Rivero, que participó en la jugada, se encontraba fuera de juego.

 

El albivioleta sacó provecho del nerviosismo local en el complemento. Cambió el viento, la visita “despertó”, creció en juego y comenzó a manejar el balón y a generar acciones de peligro. El carbonero, con el paso de los minutos, se fue convirtiendo en un manojo de nervios e imprecisiones. Larriera intentó con cambios, acumuló delanteros en cancha, y los pelotazos comenzaron a llover sobre el área visitante. Todo a empujones, sin fútbol, en un decir, “a los ponchazos”. En esa locura ofensiva, Lucas Viatri capturó un balón dentro del área y sacó un sorpresivo disparo que, en gran intervención, el arquero Mosquera logró rechazar. El cero no se movía del marcador, con lo cual la desilusión ganaba en las tribunas. Y en los descuentos llegó el golpe de nocaut de Fénix, gracias a un penal de Aguirregaray en perjuicio de Gonzalo Vega, que el propio Vega cambió por gol para festejar la conquista de los tres puntos.

 

Peñarol no levanta cabeza y, en horas agitadas, sigue a los tumbos.