¿Con o sin extremos?
Diego Aguirre, un entrenador que se identifica por utilizar un esquema con volantes externos, se vio ante un panorama excepcional y arriesgó con una nueva estrategia en su último partido.
Ignacio Sosa y Matías Arezo, pilares del nuevo ataque de Peñarol.
Una de las facetas indispensables en la metodología de juego en los equipos de Diego Aguirre ha sido la presencia de los extremos. En sus diferentes etapas que dirigió a Peñarol, los volantes por afuera han sido una de sus principales armas letales dentro de su esquema.
Solo basta con rememorar sus antepasados como entrenador aurinegro y notar los nombres que se recitaban de memoria en sus equipos, y que se han destacado en las diferentes temporadas cuando estuvo al frente de la dirección técnica. En 2003, con Edgard Álvarez y Cristian “Cebolla” Rodríguez siendo claves por las bandas. En 2009/10, con el destaque de Jonathan Urretaviscaya y Gastón Ramírez. En 2011, cuando sobresalieron Mathías Corujo y Matías Mier. O en 2024, cuando Javier Cabrera y Jaime Báez se adueñaron del juego por afuera.
Es difícil imaginar un equipo de Aguirre sin extremos. Sin jugadores que le den amplitud a su juego, que abran la cancha y se desdoblen por afuera. Porque en el fútbol actual, muchas veces metódico y mesurado hasta por demás, los extremos terminan siendo los futbolistas que rompen con los esquemas del rival. Porque son sinónimo de sorpresa, vértigo y cambio de ritmo. Y si hay un entrenador que no ha pasado por alto esta condición, ése, ha sido el propio Diego Aguirre.
LA TEMPORADA 2005, LA EXCEPCIÓN
Peñarol tuvo una campaña 2024 memorable, para el recuadro; ganando el Campeonato Uruguayo de punta a punta y alcanzando la semifinal de Copa Libertadores. ¿Quiénes fueron los extremos de aquel equipo de Peñarol? Javier Cabrera por derecha y Jaime Báez por izquierda.
Diego Aguirre solicitó exclusivamente la continuidad de ambos futbolistas de cara a la temporada siguiente (actual). No obstante, Peñarol comenzó jugando el inicio de la temporada actual con los mismos extremos que se habían destacado el año anterior: Cabrera y Báez. En principio, ambos puestos parecieron estar más que cubiertos y no había preocupación por parte del cuerpo técnico, ya que se trataba de dos jugadores a los que el técnico los conocía, que habían respondido con creces recientemente y habían colmado las expectativas. Sin embargo, no todo fue color de rosas ni todo tan perfecto. La complejidad en el puesto se fue generando de a poco hasta transformarse en una película de terror.
Báez, debido a temas personales, nunca volvió a demostrar el buen rendimiento de la temporada pasada. Sus actuaciones han sido tan irregulares que el mismo Báez, en mayo, le solicitó a Aguirre poder irse a Italia para estar más cerca de su familia. Esto, apenas era un indicio del gran dilema que se le aproximaba a Peñarol de cara a futuro con este puesto. Fue el primer dolor de cabeza para el entrenador aurinegro, que tuvo que recurrir a sus alternativas.
Lo cierto, es que Aguirre probó una serie de nombres para el extremo izquierdo, pero ninguno colmó sus expectativas. Desde la salida de Báez, no pudo adaptar una alternativa que se adueñe del puesto ni que se recite de memoria en el equipo titular.
Ni David Terans ni Diego García (ambos fichajes para este 2025) pudieron quedarse con la vacante. Es cierto que ambos tuvieron partidos de muy buen rendimiento jugando por ese sector. Sin embargo, después de una seguidilla de pruebas, no pudieron afianzarse completamente y otra vez fueron desplazados al banco de suplentes. De todas maneras, sin haberse ganado el puesto definitivo, García fue el que mejor respondió cada vez que el entrenador recurrió a su aporte.
Para colmo de males, Alejo Cruz, el extremo izquierdo que llegó para la segunda parte del año, sufrió una rotura fibrilar en sus primeros entrenamientos y fue baja durante un mes y medio. Recién este miércoles 24 de setiembre, ante Tacuarembó F.C por Copa Uruguay, tuvo sus primeros minutos desde su regreso al club.
LA LESIÓN DE CABRERA
A la salida de Báez. A la danza de nombres que pasó por el extremo izquierdo sin poder afianzarse. Y al dilema de Aguirre de no poder encontrar una alternativa fija como volante zurdo, se sumó la grave lesión de Javier Cabrera; el único extremo titular que tenía el equipo.
El popular “Cangrejo”, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha el pasado sábado 6 en el partido ante Plaza Colonia y lo espera un largo tiempo de recuperación por delante. Si la salida de Báez y el “casting” para ganarse un lugar en el extremo izquierdo ya era preocupación para Aguirre, imaginen lo que significó la lesión de Cabrera. Sin dudas, fue un golpe en el mentón para el entrenador aurinegro, porque de un día para otro, se quedó sin su mayor exponente por banda.
UN ESQUEMA SIN EXTREMOS
Fue tanta la disconformidad de Aguirre con los diferentes rendimientos individuales para los extremos, que, para el partido ante Juventud de Las Piedras el fin de semana pasado, decidió cambiar la estrategia y probó con un esquema sin extremos. Con tres volantes centrales (Ignacio Sosa, Jesús Trindade y Eric Remedi), un enganche (Leonardo Fernández) y dos puntas (Matías Arezo y Maximiliano Silvera). Esta decisión técnica, le amplió el margen al propio Arezo, quien tuvo su gran oportunidad en la delantera junto a Maxi Silvera.
El equipo de Aguirre no contó con extremos y fue novedad. Ganó 1:0, pero mostrando un rendimiento bastante discreto en líneas generales y sin mayor destaque colectivo. Al equipo le faltó esa cuota de vértigo y velocidad por afuera, que suelen mostrar los equipos de Aguirre, y se mostró con un juego más centralizado y a ritmo lento.
Los argumentos que llevaron a esta drástica decisión de Aguirre, de apostar a una nueva estrategia y a un nuevo armado del equipo fueron una multitud. Su nuevo y llamativo sistema de juego despertó la atención de todos porque el técnico se la jugó por una idea de juego que no lo identifica.
Sin embargo, los extremos titulares lesionados y otros que no colmaron las expectativas. Volantes centrales a gran nivel. Y Arezo pidiendo titularidad a gritos. Fueron razones lógicas para jugársela y arriesgar por una idea diferente. Ahora, la historia cambió un poco. Pero nada más un poco. ¿Por qué? Porque Báez decidió volver de Italia y ya tuvo sus primeros minutos contra Tacuarembó F.C. Un futbolista al que Aguirre le tiene una fe bárbara. Y también, porque Alejo Cruz ya se recuperó y está a disposición.
La interrogante de aquí en más, se despeja por sí sola; ¿Se mantienen los tres volantes centrales o vuelven los extremos? Aguirre y una decisión entre la espada y la pared; entre retomar su identidad o apostar por una nueva estrategia.
