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Dos caras de la moneda

La final de ida que se disputó ayer en Belvedere provocó un análisis muy variado por parte del periodismo deportivo uruguayo, que repartió elogios y cuestionamientos tanto a jugadores como a técnicos.




Esta estupenda fotografía de Fernando González Roth, ayer en Belvedere, grafica con expresividad dos caras de la misma moneda: el lamento de Matías Arezo y la felicidad de Sebastián Britos, figura fundamental para la victoria de Liverpool.


14 diciembre, 2023
Primera

A diferencia de lo que ocurrió en la semifinal, el equipo al que le tocó festejar en esta primera final fue Liverpool. Un Liverpool que, con su triunfo 2:0 sobre Peñarol, se permite acariciar el título de Campeón Uruguayo. Y así como en el partido pasado los elogios fueron para Diego Aguirre y su planteo, en esta ocasión se invirtieron los roles, y quien ganó el duelo táctico y se llevó los aplausos de los periodistas fue el entrenador negriazul, Jorge Bava, mesurado y analítico, pero firme en su positivo afán de escribir la historia.

 

Lo que más se le destacó al entrenador de Liverpool fue su astucia y su mentalidad ganadora en un momento clave del partido. Es que Bava decidió darle ingreso a Rubén Bentancourt para ir en busca del gol en el complemento, formando un doble nueve junto con Thiago Vecino. Y cuando llegaron las expulsiones de Franco González y de Gonzalo Nápoli, en lugar de replegarse y tapar los agujeros, decidió mantener la figura ofensiva y obtuvo su premio. Así lo marcaron muchos periodistas, como Martín Charquero, quien aseguró que fue “decisivo” el entrenador con su estrategia. Incluso, los dos goles negriazules tuvieron como autores a sus dos artilleros, que se complementaron muy bien y desestabilizaron por completo a la defensa aurinegra, provocando un daño, quizás, irreparable.

 

Al mismo tiempo, otro que recibió elogios fue el arquero negriazul, Sebastián Britos, quien fue designado por muchos, incluso por periodistas partidarios de Peñarol, como “la figura de la cancha” y el gran responsable del resultado. Sobre todo en el primer tiempo, cuando el equipo de Aguirre fue superior, el golero sumó atajadas espectaculares que mantuvieron el cero en su arco. Pero también lo fue en el segundo tiempo, cuando le tapó un claro mano a mano -tras un grosero error de Juan Izquierdo- a nada menos que el goleador de Peñarol, Matías Arezo, quien, pese a su peligrosidad, no estuvo fino en la definición. 

 

Por otra parte, la tarjeta roja que recibió el “Cepillo”, que había ingresado al campo de juego pocos minutos antes, generó un gran malestar general en los hinchas carboneros, que fueron los que más expresaron su enojo, sobre todo en la red social “X”. A pesar de haber sido una pieza fundamental en la victoria de Peñarol en la semifinal, los fanáticos no tuvieron piedad y compartieron duras críticas contra el joven delantero, y también contra otros jugadores como Matías Aguirregaray, el brasileño Leonardo Coelho y el argentino Ángel González.

 

Pero las críticas excedieron por mucho a González. De hecho, Enrique Orué, periodista del programa de radio “Fútbol a lo Peñarol”, fue duro con la pareja de zagueros, conformada por Hernán Menosse y Coelho. “El gol de Bentancourt es lapidario para Coelho y Menosse. Es inexplicable su falta de jerarquía para no contrarrestar un balón que viene llovido desde campo negriazul y de frente a los dos”, sentenció. Orué también mencionó a Matías Arezo entre sus explicaciones de la derrota, alegando que “no estuvo a la altura de sus condiciones en la definición”, y destacó a Sebastián Britos y a los delanteros de Liverpool, catalogando su rendimiento como “excepcional”. En la misma línea, el ex defensor y actual comentarista Jorge Gonçálvez subrayó en la transmisión de Star+ que “los errores de atención” que cometieron Menosse y Coelho “no son aceptables”.

 

Otro de los actores cuestionados fue Diego Aguirre. La ausencia de Abel Hernández, autor del agónico gol que le dio la chance a Peñarol de estar jugando estas finales, fue inentendible a juicio de no pocos periodistas. Y por más que el entrenador la justificara por cuestiones sanitarias, relacionadas con el afán de preservar al jugador para el partido del sábado, su explicación no conformó enteramente. “Ahora puede ser muy tarde” es una frase que quedó flotando en el aire.

 

En pocas horas, Peñarol tendrá que enfrentarse a un panorama delicado, en el que tiene la obligación de convertir al menos dos goles y, por otro lado, asegurarse de no recibir ninguno para emparejar las cosas. Algo que, teniendo en cuenta la clase de rival al que enfrenta, no resultará sencillo, puesto que Jorge Bava demostró ayer -como si hiciera falta- que su equipo, además de tener una identidad y un estilo definidos, no se achica en las difíciles.