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¡Cumplidos si somos Campeones!




El eficiente entrenador Fabián Coito. Hay que cambiar el verso: "cumplidos si somos Campeones".


29 abril, 2013
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Reflexiones ante lo que significa -al menos a mi juicio-, esta nueva frustración de la juventud uruguaya sub-17 que defendió la camiseta celeste. ¡Volvamos al pasado! Recordemos la anécdota de Obdulio y Míguez en Maracaná o la vieja frase con la que Dalton Rosas Riolfo definía a nuestro fútbol glorioso y ganador: “en las paredes de las sedes de los clubes no se cuelga la foto del cuadro vicecampeón”.

El eficiente entrenador Danilo Coito. Hay que cambiar el verso: "cumplidos si somos Campeones".

El eficiente entrenador Fabián Coito. Hay que cambiar el verso: “cumplidos si somos Campeones”.

 

Dalton Rosas Riolfo fue un personaje ejemplar y simbólico de aquel Uruguay-país y su fútbol, que lamentablemente hoy no existe, sepultado por los profundos cambios del mundo y la globalización. Pocos como él supieron interpretar el sentimiento del pueblo y sus gustos. Campechano, de hablar simple y conocedor eximio de la mente popular, se desempeñó con pleno éxito alcanzando lugares de privilegio en las actividades en que se expresa nuestra gente en todo nuestro país: el fútbol, el carnaval y los gauchos.

Jugador de Nacional y Liverpool, hombre clave en la fundación y desarrollo de la MUTUAL junto con Enrique Castro. Cuando colgó los botines fue periodista de nota. Impulsó “Tierra de Campeones”, cita obligada todos los mediodías por CX24 La Voz del Aire. Creador del tablado del “Jardín de la MUTUAL” en la Avda. 8 de Octubre casi Larrañaga. Con “La Milonga Nacional” hizo época. De gran nivel cultural que escondía en su obesa humanidad con lenguaje alejado de los libros, nunca olvidó el sentir de nuestra tierra adentro. Llevó al primer plano la actividad de los payadores; desafió a la Comuna con su propia doma en “La Criolla de Bella Vista” y el famoso indomable “Paleta quemada” y extendió su desarrollo empresarial llevando alegría a los barrios pobres con el “Tony Park”, aquellos juegos que construía con desechos de calefones que transformaba en esqueleto de aviones…

Dalton fue un fenómeno que resumía al glorioso y ganador fútbol uruguayo con una frase de profundo contenido. “En las sedes de los clubes de fútbol nunca está colgada la foto del cuadro vicecampeón…” ¡Qué enorme realidad encerraba ese concepto! Definía, clara y radicalmente, lo que era aquel país donde se nacía para ser ¡campeón o nada! El vicecampeón, el segundo, no existía… Y mucho menos el hoy tan en boga y de moda en boca de nuestros dirigentes, directores técnicos y jugadores: “cumplimos alcanzando el objetivo de la clasificación”.

¡Por favor! Volvamos a las palabras “del Dalton” -como lo conocía el pueblo-, símbolo de la reflexión de Obdulio antes de la final de Maracaná, cuando llegó el “Cotorra” Míguez y con su ingenuidad de los 22 años le dijo al capitán, tratándolo de usted…

-“¿Sabe lo que me dijo el Dr. Jacobo? Mañana partido de guante blanco y con cuatro estamos cumplidos…”

Míguez aludía a un encuentro que minutos antes tuvo en la rambla de Copacabana con el dirigente Dr. Juan Jacobo, de Peñarol, quién realizó esas sugerencias el día previo al encuentro decisivo contra Brasil. Y Obdulio le respondió, lacónicamente…

-“Cumplidos si somos Campeones…”

Claro, en aquel tiempo era impensado que la fotografía del Uruguay Vicecampeón del Mundo 1950, colgara de la pared de la vieja casona de la Asociación Uruguaya de Fútbol y, mucho menos -¡por favor!-, que todo el pueblo saliera a la calle en caravana para recibir a los Vicecampeones del Mundo…

¿A qué viene todo esto? A que los uruguayos de hoy en día, de este mundo globalizado, nos hemos acostumbrado demasiado al “cumplimos alcanzando el objetivo de la clasificación”.

Desde 1981 ninguna selección juvenil de Uruguay puede lograr el título de Campeón. Pero, claro, de vez en cuando o en forma repetida como el actual proceso de la Sub-17 que consigue en forma consecutiva su tercera clasificación para disputar la Copa del Mundo a ese nivel, aparece el “cumplimos alcanzando el objetivo de la clasificación”.

¡Contra esa brutal frase hecha que se ha metido hasta los tuétanos de cada uruguayo futbolero me quiero revelar! En 1981 -en Ecuador-, ni Francescoli, ni el “Tano” Gutiérrez, ni el “Polilla” Da Silva, ni ninguno de los de aquella selección juvenil, pensaban que “cumplían si clasificaban para el mundial de Australia. ¡No! Como dijo Obdulio, ¡cumplían si salían campeones! Y salieron campeones metiéndole cinco goles a la Argentina nada menos que en la final.

¿Y a qué se debe la frase hecha y la imposibilidad de alcanzar el título ni siquiera, como ocurrió en el Sub-20 de enero pasado, con Argentina y Brasil ausentes de la ronda final? A mi juicio, sin duda alguna, el problema se origina desde el primer día que se juntan los técnicos y los jugadores para iniciar el proceso. Desde ese momento aparece en boca del responsable la frase hecha: “cumplimos alcanzando el objetivo de la clasificación”. ¡No! ¡Por favor! Nunca más hay que comenzar así la tarea. ¡Volvamos al pasado! ¡Recordemos la anécdota de Míguez y Obdulio! ¡Metamos en la cabeza de los muchachos la frase “del Dalton”. Ese será el mejor motivo para cargar a los botijas de la enorme responsabilidad que significa defender la camiseta celeste: “cumplidos si somos Campeones”.