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El infierno de Arambarri

El volante estará entre seis y ocho meses de baja por una grave lesión de rodilla.




Mauro Arambarri.


23 octubre, 2023
Uruguayos

Juan José Lahuerta

 

Getafe (Madrid), 23 oct (EFE).- Asentado en el Getafe como una de sus estrellas y destinado a ser un miembro asiduo de la selección uruguaya, Mauro Arambarri ha pasado de tenerlo casi todo a vivir permanentemente en la enfermería por culpa de unas lesiones que en el último año han frenado su gran proyección.

 

 

La última noticia, inesperada, ha caído como un jarro de agua fría para el jugador charrúa, que después de pasar un calvario con su tobillo derecho ya veía la luz al final del túnel. En un escueto comunicado, el Getafe anunció que Arambarri sufría una de las peores lesiones que puede tener un jugador: “rotura parcial del menisco externo y de uno de los fascículos del ligamento cruzado anterior” en una rodilla.

 

 

Estará entre seis y ocho meses de baja, se perderá lo que resta de temporada y comenzará una dura recuperación en solitario en la que probablemente tendrá que pelear psicológicamente después de encadenar varias recaídas con su anterior lesión.

 

 

Y es que, Arambarri ha pasado de ser un centrocampista importantísimo para el Getafe a convertirse en un jugador desaparecido por culpa de sus largas bajas médicas. Su carrera, que iba como un tiro, ha sufrido varios frenazos inesperados en los últimos tiempos.

 

 

Adiós al Mundial de Qatar

 

 

Arambarri sufrió su primera lesión de gravedad el 1 de octubre de 2022 durante un encuentro ante el Valladolid disputado en el Coliseum. Aquel día, el jugador charrúa abandonó el terreno de juego en el minuto 62 con un problema en su tobillo derecho. El parte médico dictaminó que sufría una “rotura de la sindesmosis” y que iba a estar cerca de cuatro meses ausente de los terrenos de juego.

 

 

En total, se perdió 17 partidos del Getafe: trece de Liga, dos de Copa del Rey y dos amistosos. Y lo que es peor, dijo adiós al Mundial de Qatar cuando tenía bastantes papeletas para ser uno de los citados por el entonces seleccionador Diego Alonso. De hecho, en los amistosos anteriores frente a México, Estados Unidos y Panamá, formó parte de la convocatoria de Uruguay y llegó a ser titular ante el combinado estadounidense.

 

 

Su maltrecho tobillo le provocó perderse el que habría podido ser el mayor acontecimiento de su carrera profesional. Tenía mucha competencia en su puesto: Matías Vecino, Rodrigo Bentancur o Fede Valverde tenían muchas opciones de quitarle el puesto, pero un hueco en el banquillo sí que podría haber tenido.

 

 

Las urgencias esa misma temporada del Getafe, que peleó hasta el último minuto para no descender, provocaron un acto de generosidad por parte de Arambarri, que reapareció en la vigésima jornada para jugar ante el Atlético de Madrid. Aguantó en pie cuatro partidos. Al quinto no pudo volver a jugar por una recaída en su tobillo derecho que le obligó a pasar de nuevo por quirófano.

 

 

La generosidad de Arambarri

 

 

En esta ocasión, se perdió nueve partidos de Liga. Pero, la garra de Arambarri y sus ganas fueron malas consejeras, porque volvió a reaparecer para enfrentarse al Celta en la jornada 33. La siguiente, ante el Real Madrid, causó baja por una lesión muscular. En la 35, disputó 36 minutos ante el Elche. En la 36 y 37, el tobillo le dio guerra de nuevo y faltó contra el Betis y Osasuna.

 

 

Y, en la última jornada, en la que el Getafe se jugaba la permanencia en Valladolid, decidió jugar para ayudar a sus compañeros en la difícil tarea de conseguir la salvación que finalmente consiguió. Sin embargo, todos esos esfuerzos le pasaron factura y en verano fue operado de nuevo, por tercera vez.

 

 

En esta ocasión, el cuerpo técnico del Getafe, de la mano del servicio médico, decidieron que Arambarri debía recuperarse poco a poco y por completo, sin forzar la situación. Por eso, se perdió toda la pretemporada y las tres primeras jornadas de la presente campaña.

 

 

Reapareció en el Bernabéu para enfrentarse al Real Madrid y después fue sumando minutos en cada uno de los partidos hasta disputar uno completo ante el Villarreal en la octava jornada. En la novena fue suplente y jugó la última media hora y, de nuevo titular el pasado fin de semana contra el Betis, participó junto a sus compañeros hasta que su rodilla dijo basta.

 

 

El Getafe pierde así a una de sus piezas más importantes y a una de las claves del éxito del equipo que triunfó con el entrenador José Bordalás en su primera etapa. Arambarri formó una dupla temible en el centro del campo junto a Nemanja Maksimovic y juntos dirigieron a su equipo hasta una histórica quinta plaza en el curso 2017/18.

 

 

Aquellos buenos tiempos parecen lejanos. Desde su primera lesión grave en octubre de 2022, el Getafe disputó 44 partidos oficiales. Arambarri participó en 14. De 3.960 minutos posibles, jugó 719, exactamente un 18,1 por ciento del total, una cifra ridícula para un hombre acostumbrado a jugarlo casi todo y que ahora vive un infierno del que espera salir pronto para continuar con su carrera exitosa en el Getafe. EFE