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El Pozo




La desazón de Nicolás Lodeiro y Gastón Ramírez luego del empate ante Paraguay en el Centenario.


23 marzo, 2013
Columnistas

Cuando se pierde la fe, se pierde todo.

Y los uruguayos – nos incluímos, claro – estamos a punto de abandonarla.

Sin embargo debemos resistir y continuar con nuestro asentimiento, hasta que, definitivamente, la celeste nos demuestre lo contrario. Duele que en cinco partidos se sumen sólo dos puntos. Derrotas ante Colombia, Bolivia y Argentina. Y los empates contra Ecuador y Paraguay, destruyen toda esperanza.

La desazón de Nicolás Lodeiro y Gastón Ramírez luego del empate ante Paraguay en el Centenario.

La desazón de Nicolás Lodeiro y Gastón Ramírez luego del empate ante Paraguay en el Centenario.

¿Porqué no rinden como deben estos jugadores? Es la interrogante que el vestuario mismo se hace.

Dinámica, coordinación, asociación, táctica, ubicación en el campo y eficacia, no han sido aprobadas por éste grupo. Sorprende y confunde ésta ausencia de clase.La tienen pero no la demuestran.

Paraguay fue más ordenado, es cierto, pero Barreto sacó varias pelotas de gol. Allí ofendimos. Sin suerte, que también juega. Pero pedir suerte a un grupo tan selecto de protagonistas, parece innecesario y lo es.  Falta juego, orden y traslado correcto de la pelota.  En éste nivel mundial en los que se encuentran todos los jugadores, no se puede justificar. Es inexplicable.

El gol que hacemos costó todo. El gol que nos hacen, costó casi todo.  Un empate con el último, aún cuando sabemos que los partidos con los paraguayos son siempre bravos, castiga,  porque éste Paraguay no asusta a nadie. Con lo poquito que tiene, le alcanzó para mucho más que amagar.

Las preguntas son:  a) ¿están los mejores?, b) ¿hay que renovar?, c) ¿por qué el bajo rendimiento?, d) ¿ya es costumbre?, e) ¿está seriamente comprometida la ida al Mundial?, f) ¿saldremos del pozo?,  g) ¿qué podemos esperar?

Las respuestas son: a), si,  b) se debe considerar,  c ) no lo saben ni los protagonistas, d) sí, e) sí, f)  ¿…?, g )  ¿…?.

Nuestro notable Juan Carlos Onetti nos dijo, en su formidable novela, El Pozo, que somos, entre otras cosas, pesimistas y escépticos. Pero en el fútbol, con tanta gloria pasada, ¿porqué serlo?. Justamente por eso, porque es pasado y nada más.  Y porque cuando vemos éstos partidos, nos fulmina la depresión, por más optimistas que seamos. Y nos recuerda y nos sumerge en  aquella desesperanza onettiana de su obra.

¿Cómo salir de ésto? Ganando. Así de sencillo, así de imposible, hace ya, 450 minutos …