Home   »   Selección

2do. tiempo: Costa Rica construyó su “Fortalezazo”…




Joel Campbell, delantero de Costa Rica.


14 junio, 2014
Selección

Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviados especiales)

Sin modificaciones en los equipos arrancó la segunda etapa. Tampoco varió la fisonomía táctica con la que culminó el primer tiempo, aunque de todos modos, se observó un poco más clara la intención de Uruguay de mantener un orden con el esquema 4-4-2. La incógnita pasaba por saber si el equipo tendría aire para aguantar la coordinación. El plan de los costarricenses, conocedores de los efectos que el calor y la humedad causan en aquellos que no están acostumbrados, podía constituirse en su aliado.

Inicialmente, ese aparente mejor orden de la mitad de la cancha, se tradujo en una actitud donde los cuatro volantes se mostraron más rigurosos en mantener la línea sin quebrarla. Quién la rompió fue Lugano. Salió a cortar a Campbell con todo, fuera de posición, sobre el sector derecho del ataque adversario. El árbitro germano le mostró la tarjeta amarilla con justicia. De la ejecución de la pelota quieta surgió otra incidencia de sumo peligro para Uruguay. Centro también pasado al segundo palo –como el último córner del primer tiempo- y la llegada en solitario de Oscar Duarte ganándole la espalda a Stuani. Se elevó y metió un impecable frentazo buscando picar la pelota. Muslera estuvo notable rechazando el esférico. El rebote lo tomó el mismo Duarte sin poder rematar al arco, perdiéndose el gol.

El gol que llegaría en la jugada siguiente. En la primera ocasión del partido en que Costa Rica avanzó por la izquierda de la defensa oriental, una pared en combinación generó toda la impresión que la devolución de la pelota se perdía fuera por la línea de fondo. Pero… llegó un atacante quien de primera tiró el centro hacia atrás al corazón del área. Lugano no alcanzó a despejar, la pelota siguió su curso recibiendo sólo Campbell, el jugador más peligroso del partido. El remate impresionante no pudo cerrarlo Maximiliano Pereira e infló las mallas.

Desde el arranque de la segunda etapa apenas transcurrían diez minutos. Uruguay pareció agotado, sin reacción. Se quedó parado en la cancha. Costa Rica se tiró inmediatamente adelante en busca del golpe de K.O., abandonó la línea de cinco y de una incidencia donde no hubo infracción de Gargano a Bryan Ruiz, derivaría el segundo gol de los “ticos”. El juez mostró tarjeta amarilla al jugador oriental. Repitieron en la ejecución la misma anunciada receta que venían exponiendo desde el primer tiempo. Centro pasado al segundo palo. Lo fue a buscar el mismo Oscar Duarte que en el córner del final del primer tiempo se “comió” el gol del empate. Y en el arranque del complemento cabeceó la pelota salvando Muslera. Esta vez no falló, volvió a superar a Stuani, cabeceó en gran forma y puso el tanteador 2:1 a favor de los caribeños. ¡Increíble, en dos minutos, se le escapaba a Uruguay la victoria como agua entre los dedos!

Oscar Tabárez movió el banco de suplentes. Mandó al campo a Álvaro González por Forlán y Nicolás Lodeiro por Gargano. La intención estaba clara. Mantener el esquema 4-4-2 y procurar que el sanducero se convirtiera en el generador de fútbol que Uruguay no tenía, en un intento de jugar “de Forlán”. Mientras se acomodaban las piezas celestes en la cancha, otro ataque de Costa Rica estuvo a punto de liquidar el partido. Un gran remate desde fuera del área de Celso Borges, apenas pasó desviado lamiendo el palo izquierdo del arco de Muslera.

Después del impacto pareció ordenarse el equipo celeste, en tanto Costa Rica se replegó definitivamente. Rearmó la muralla apretada de las dos líneas –la de cinco de defensas y cuatro volantes-, ahora entusiasmados por el éxito. Lodeiro comenzó a tomar contacto con la pelota. Álvaro González apareció más aplicado. El empate estuvo a punto de llegar en dos ocasiones. En la primera, luego de un centro la pelota le quedó a Cavani quien se internó en el área y envió el centro atrás, pasado al segundo palo. No encontró receptores. Ningún uruguayo estaba en el camino. Faltaba Suárez… Inmediatamente, una pelota trabajada por la derecha con incursión de Maximiliano Pereira que llegó al fondo y tocó atrás para Álvaro González. Metió un centro en diagonal, recogido por un impecable cabezazo de Cavani, en el primer palo, que salvó el excelente golero Navas.

A los 25 minutos el técnico Pinto excluyó a Tejeda enviando al campo a Cubero, en procura de reforzar la zona izquierda de la defensa, por donde Maximiliano Pereira venía incursionando con acierto. Tabárez respondió con el ingreso de Abel Hernández en lugar de Cristian Rodríguez, en una apuesta lógica y arriesgada para colocar dos hombres de área en el ataque, quitando un volante y retrasando a Lodeiro. Quedaba un cuarto de hora por delante. ¿Tendría fuerza y aire el equipo oriental?

Jugados definitivamente a aguantar el resultado, renunciando al ataque, Costa Rica apostó a cerrarse atrás, hacer tiempo y desgastar a Uruguay. Le quedó vigente la apuesta a algún pelotazo largo para Campbell. Disponiendo de la pelota y la cancha, el equipo celeste intentó desplegar un fútbol de pases y toques para llegar al área rival, destapando a algún a Cavani o Hernández, con un pase justo que lo dejara camino al gol. Apenas en una ocasión se arrimó Uruguay con este procedimiento al área de los “ticos”, metiendo Lodeiro un pase justo que interceptó un defensa en esfuerzo extremo. Otra vez, obligado a ser protagonista, el equipo celeste demostró que carecía de aquel ángel de tiempo atrás. Los héroes parecían agotados. El cansancio también hizo lo suyo, perdiendo coordinación los orientales. Fruto de esto último, en una jugada dura, salió la tarjeta amarilla para Cáceres. El conjunto daba muestras claras de no poder más.

En ese momento –a los 83 minutos- el técnico colombiano de Costa Rica metió el segundo cambio. Marcos Urena entró por el capitán Bryan Ruiz. Fresquito como una lechuga, entusiasmado y contagiado por una victoria que parecía segura, se metió en diagonal hacia afuera (de izquierda a derecha) por la defensa uruguaya. Ingresó con la facilidad con la que el cuchillo corta la manteca. Recibió el pase justo, capturó la pelota, enfiló hacia el arco y tocó cortito ante la salida desesperada. El 3:1 quedaba definitivamente sellada. Uruguay bajó los brazos, se entregó porque en los pulmones de los jugadores no queda aire. Las piernas no respondían a los dictados de la mente. Sólo así se puede justificar el tremendo patadón que Maximiliano Pereira le aplicó, en el último minuto, a Campbell, recibiendo la correcta expulsión del juez alemán.

Así se corrió el telón de la infeliz actuación de Uruguay en el debut en la Copa del Mundo. Un estreno que se pensó iba a resultar esperanzador, para afrontar los dos partidos más difíciles del grupo que serán los próximos ante Inglaterra e Italia. “De virada” –como dicen aquí en Brasil-, los “ticos” se anotaron una victoria histórica. Para ellos, lo de éste sábado 14, ingresará en sus vidas como un “Fortalezazo”…

El centrodelantero Joel Campbell fue la mejor figura de la cancha, teniendo siempre a mal traer a la defensa celeste.

El centrodelantero Joel Campbell fue la mejor figura de la cancha, teniendo siempre a mal traer a la defensa celeste.


Etiquetas: Selección uruguaya