Esa bala no es de salva
Ariel Longo. Columnista.
Cuando alguien habla de códigos debe saber si el mismo los respeta. Los de fútbol no están escritos. Sirven muchas veces para usarlos de escudo de autodefensa.
Muchas veces se dice: “yo soy humilde”; el ser humilde no se dice; se ejerce. Otras veces la frase es: “yo soy honesto”; siendo obvio que está implícito que se debe ser sin decirlo. Lo mismo sucede con los “códigos” de fútbol; se ejercen sin decirlo.
Gerardo Pelusso terminó su ciclo en Nacional.
Hubo dos hechos en los cuales no estoy de acuerdo. A pesar de estar lejos transitoriamente por estar dirigiendo en Guatemala y en uso de licencia como Presidente de A.U.D.E.F; creo de muy mal gusto estas dos circunstancias que la magia del internet, hace estar muy cerca aun estando lejos.
Una de ellas es la tapa de un matutino en donde ante la salida de Gerardo Pelusso como entrenador de Nacional; su titular era: “Chau, chau, adiós”; como si fuera parte de que se “lo sacó de arriba” como hincha el que escribe, como una burla inaceptable, sin miramiento del momento, que a pesar de que sabemos que estamos expuesto, es mas periodístico un : “Cesaron a Pelusso” que mofarse de una situación donde el momento familiar no es el mejor y los que tienen que alegrarse o no por esta situación son los parciales de ese club, porque son los que han estado cerca de la situación y los “dueños” del juzgamiento haya sido certero o no.
La otra es el “ajusticiamiento en tono de burla” también visto en internet realizado al entrenador Eduardo Acevedo, en su época de jugador. Estando él siendo panelista de un programa de TV, le pasan en su propia cara y en algo inesperado, que supongo, estaría “fuera de libreto” para el mismo, una jugada del mundial 1986 entre Uruguay y Argentina donde
Eduardo Acevedo.
es protagonista directo, donde SOLO los que han jugado, saben de los sinsabores o de las alegría en las que han participado directamente y lo que han dejado al fútbol, donde también sabemos si la “embarramos” y el principal “verdugo” es uno mismo en un sinceramiento muy feroz íntimo sin necesidad de lo externo, que sabemos que va a existir. No hay “máquina” perfecta; y esa alegría o sufrimiento es muy interno siendo muy feliz o muy doloroso; donde también “la sentencia en tono de burla” es exclusiva del hincha, pero no de alguien que comunica y mas en esa circunstancia ya que es es sin aviso. Otra cosa es en tono de crítica pero sin burla.
Los dos temas anteriores forman parte de “códigos” no escritos de fútbol, y se perfectamente que jugadores, entrenadores e incluso árbitros entenderán lo escrito. Incluso dentro del periodismo o en la parte dirigencial también en su mayoría lo entenderán no así quienes creen que somos de “use y tire”, los que participan de un espectáculo que hacen funcionar “una industria sin chimeneas”.
Reitero que sin dudas una crítica dura, aunque no nos guste es entendida aunque a veces no compartida, pero una “burla” es inaceptable.
Los códigos no escritos, cuando son violados, no tienen sanción, solo poder escribir el descontento.
