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Identidad perfecta

Leonel Rocco, histórico referente de Progreso, tomó la conducción técnica cuando el club pasaba por un delicado momento deportivo y le devolvió la esperanza. El "Gaucho", hoy, respira otro aire.




Leonel Rocco, el entrenador de Progreso.


16 octubre, 2025
Progreso

“No es un buen presente para la institución, estamos en zona de descenso. Sin embargo, creemos que hay material para trabajar. Alejandro Larrea y Próspero Silva realizaron una buena tarea, pero lamentablemente los resultados mandan. Ahora nos toca a nosotros intentar revertir la situación”, decía Leonel Rocco dos meses atrás, precisamente el lunes 18 de agosto, el mismo día que asumió el cargo como entrenador de Progreso.

 

“A Progreso lo miro siempre con una parte del corazón. Conocemos el club y es nuestra casa”, señalaba Rocco el día que tomó la dirección técnica en su segunda etapa en el “gaucho del pantanoso”.

 

Previo a la llegada de Leonel Rocco como entrenador, Progreso no la pasaba nada bien. El trabajo inicial de Javier Méndez no había dado los frutos que se esperaban y el reemplazo por Alejandro Larrea tampoco había sido solución. Aún con Larrea como DT, Progreso venía de perder 3:1 con Nacional, cosechaba su quinta derrota consecutiva donde, además, le habían marcado 12 goles en esos últimos cinco partidos. Y por si fuera poco, lo azotaba la tabla del descenso, donde caminaba sobre un hilo y estaba al borde del abismo en zona directa (cuatro puntos lo separaban de Cerro, su próximo perseguidor).

 

Las cosas no estaban bien en el conjunto de La Teja, sino todo lo contrario. Los números eran preocupantes y estaba obligado a dar una muestra de rebeldía cuánto antes porque ya no quedaba margen para el error. Aquella derrota ante Nacional, el pasado 16 de agosto, forzó a la dirigencia del club a tomar una drástica determinación deportiva, ya que significó el final de ciclo de Alejandro Larrea como entrenador para confiar en un histórico de la casa: Leonel Rocco.

 

El exarquero campeón uruguayo con Progreso en 1989 y último entrenador en clasificar al conjunto “gaucho” a una Copa Libertadores (2020), volvía al club  para asumir el compromiso de ser el principal responsable de poder encontrar la forma que el equipo necesitaba, para revertir la pobre imagen deportiva que venía mostrando. Todo era complejo y cuesta arriba. Nada era sencillo en el conjunto de La Teja, donde el nuevo entrenador debía afrontar una situación delicada.

 

Rocco, identificado, con un apego especial y muy querido en la institución, tomó a Progreso sin excusas. Confiado en sus condiciones y en sus propias armas, reanimó a los futbolistas desde lo emocional e impuso su impronta futbolística. Sus mensajes inmediatos y directos fueron siendo captados por sus jugadores y su trabajo minucioso se fue reflejando en el juego y en los resultados. Tanto así, que bajo su conducción técnica, no solo revirtió la drástica situación deportiva por la que atravesaba el club sino que le dio un giro drástico en todos sus aspectos.

 

A tal punto, que, actualmente, a falta de cuatro fechas para el final, Rocco prácticamente ya se dio el lujo de salvar del descenso a Progreso -de forma anticipada- cuando todo parecía perdido. El técnico elegido para cambiar la pisada, el mismo que tantas otras veces se vistió de héroe en Progreso como arquero y entrenador, volvió a caer en el club de sus amores como anillo al dedo, en un momento donde el equipo necesitaba recuperar la confianza y su propio autoestima.

 

NÚMEROS MUY POSITIVOS

 

Bajo su conducción, hasta ahora, Progreso disputó ocho partidos por el Torneo Clausura, donde ganó cinco, empató dos y apenas perdió uno. Sumó 10 goles a favor y recibió solo tres en contra. Además, con Rocco al mando, el “gaucho” viene de seis partidos sin derrotas y de cinco encuentros sin recibir goles. Los 17 puntos que suma Progreso en el Clausura, fueron conquistados, todos, por su actual entrenador.

 

Pero lo que sorprende aún más, es que en la tabla Anual, Progreso suma 38 puntos en 33 partidos jugados. Y los 17 que sumó Rocco en apenas ocho partidos, son casi la mitad de los puntos que logró el “gaucho” en todo el año.  Son números impactantes y más que interesantes.

 

Resultados bajo su conducción técnica: Progreso 1:0 Danubio; Boston River 2:1 Progreso; Progreso 3:2 Miramar Misiones; River Plate 0:0 Progreso; Progreso 2:0 Wanderers; Racing 0:0 Progreso; Progreso 2:0 Cerro; Plaza Colonia 0:1 Progreso.

 

UN EQUIPO CONSOLIDADO

 

Un aspecto trabajado de forma implacable desde la conducción de Rocco ha sido el sector defensivo. Progreso, pasó de ser uno de los equipos más goleados del campeonato a transformarse en uno más sólidos y fuertes defensivamente.

 

Es cierto que la actuación de su arquero, Nicolás Gentilio, junto con la de sus cuatro defensores titulares Gianfranco Trasante, Marcos Paolini, Nicolás Olivera, Ayrton Cougo, ha sido exuberante desde que Rocco tomó el cargo. Es más, tan bueno ha sido el trabajo en el aspecto defensivo del equipo “gaucho”, que esta línea de cuatro -ya mencionada- se ha recitado de memoria en el esquema del nuevo técnico.

 

Tampoco hay que omitir ni pasar por alto que Progreso ha mejorado defensivamente porque se ha hecho fuerte en todas sus líneas cumpliendo una misión táctica colectiva a rajatabla. La voluntariosa función cumplida por sus volantes (Adrián Colombino, Gonzalo Silva, Nicolás Fernández e Ignacio Lemmo) y sus delanteros (Gary Silva y Franco López) ha sido un respaldo innegable para el sector defensivo. Es que Progreso se ha consolidado como equipo, redoblando esfuerzos a nivel colectivo y empeñándose por ir a cada pelota como si fuese la última.

 

Rocco plantea un equipo corto y compacto, bajo un sistema táctico de juego (4-4-2), buscando ocupar todos los espacios en la cancha. Intensidad, presión sobre el rival y ritmo con pelota son las principales facetas que ordena para sus dirigidos. A la hora de defender, busca ser ordenado a través un retroceso defensivo asociado y en bloque, bajo un sacrificio colectivo. Todos corren, todos marcan y el equipo no da una por perdida.

 

Cuando el equipo recupera la pelota, tiende a jugar por abajo y de forma prolija tomando como referencia a su figura y mejor exponente, Ignacio Lemmo, quien no tiene una posición fija sino que adopta un puesto donde más cómodo se siente en la cancha. Lemmo, es el encargado de abastecer el juego a sus compañeros para combinar en corto o lanzar en largo. En muchas ocasiones, Progreso ha sido letal de contragolpe llegando al área rival en solo dos o tres pases exigiendo al rival con la potencia y velocidad de Gary SilvaFranco López.

 

Progreso, con su nueva apuesta futbolística, ha logrado revertir su delicada situación deportiva. Pero sobre todo, por ser un equipo parejo, batallador, equilibrado y comprometido con la causa. Bajo una metodología a base de esfuerzo, actitud y con un compromiso único, hoy, mira la tabla del descenso con más alivio y tranquilidad. Su nuevo entrenador, una leyenda para el club, ha hecho que sus futbolistas capten positivamente su mensaje y éstos lo han reflejado en la cancha, con juego y resultados positivos.

 

Progreso y Leonel Rocco, identidad perfecta.


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